Política

Guerra en Ucrania

Tambores de guerra en Crimea

Activistas prorusos en un puesto de control del puerto en Sebastopol
Activistas prorusos en un puesto de control del puerto en Sebastopollarazon

Un grupo de hombres armados con fusiles kalashnikov ocupó a las cinco de la pasada mañana el edificio central del Parlamento regional de Crimea en Simferopol. Los encapuchados, unos 50, que inicialmente no llevaban ningún símbolo que pudiera identificarlos, dejaron salir del recinto a los policias que lo custodiaban y a algunos diputados que se encontraban aún reunidos. Un poco más tarde, hicieron ondear una bandera rusa en el mástil del edificio legislativo. En conversación telefónica con las autoridades regionales, los hombres se autodenominaron como Grupo de Autodefensa de los Rusoparlantes de Crimea e indicaron que sus miembros eran ex militares dispuestos a dar su vida por la población rusófona de la península.

El Parlamento de Crimea se reunió en otras dependencias cercanas mientras la Policía acordonaba el complejo principal, y por la tarde emitió un comunicado oficial en el que anunciaba que, ante la situación de inestabilidad en todo el país y el «vacío de poder» en Kiev, ordenaba su disolución y la destitución del Ejecutivo regional, y convocaba un referéndum sobre el estatus de autonomía de la península para el 25 de mayo, coincidiendo con las elecciones presidenciales y legislativas. Los diputados de la minoría tártara, contraria a la escisión o a la anexión a Rusia, anunciaron que el referéndum no sería sobre la independencia sino sobre la ampliación de las competencias internas para la república. Un giro quizás hacia un modelo federal, pero sin cuestionar la pertenencia de Crimea a Ucrania. Esto se antoja complicado, ya que como jefe del Consejo de Ministros regional hasta la celebración del referéndum fue designado el líder del partido Unidad Rusa, Sergei Aksionov, claramente prorruso.

Nuevo primer ministro

Nada más terminar la reunión de la Rada en Kiev, el presidente interino, Aleksander Turchinov, viajó inmediatamente a Crimea para reunirse con las autoridades locales e intentar apaciguar los ánimos, dejando al frente del Gobierno de Kiev al nuevo primer ministro, el tecnócrata Arsenni Yatseniuk, que fue elegido por 372 votos a favor. «Éste será un Gobierno de kamikazes políticos. Estoy seguro de que no nos faltarán las fuerzas. Con nosotros está Dios y Ucrania. ¡Gloria a Ucrania!», afirmó Yatseniuk, de 39 años, tras recibir el apoyo de la Rada Suprema.

Durante toda la mañana estuvo reunido el Parlamento ucraniano para confirmar en el cargo al nuevo Gobierno de transición, cuyos nombres más destacados se decidieron el miércoles y pasaron la prueba de los cómites populares de la plaza Maidan, epicentro de la revolución que acabó con el presidente Viktor Yanukovich.

Ante las inquietantes noticias que llegaban de Crimea, el primer ministro interino, declaró que cualquier movimiento de las tropas rusas de la base naval de Sebastopol fuera de las zonas asignadas en el tratado entre ambos países sería considerado como una agresión militar a la soberanía ucraniana.

La anunciada «revisión de tropas» en las fronteras rusas anunciada el miércoles por el Ministerio de Defensa vino acompañada por declaraciones de parlamentarios rusos en Moscú sobre un proyecto de ley para facilitar y acelerar los procesos de adopción de la nacionalidad rusa por cualquier ciudadano de Ucrania o de las ex repúblicas soviéticas que así lo solicite, algo que choca con la legalidad ucraniana, que no permite la doble nacionalidad, aunque se sabe que los consulados de Rusia en Crimea llevan tiempo entregando pasaportes rusos casi instantaneamente a los ciudadanos, como ya hizo tras el conflicto militar con Georgia en Abjazia y Osetia del Sur en 2010.

A pesar de estos inquietantes movimientos, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, durante una entrevista en la cadena de televisión MSNBC, anunció que, en una reciente conversación telefónica, el presidente ruso, Vladimir Putin, se había comprometido con el presidente norteamericano, Barack Obama, a respetar la integridad territorial de Ucrania.

Mientras, los activistas prorusos han comenzado a organizar sus grupos de «autodefensa» en Crimea, que controlan algunas carreteras y vigilan los autobuses, ante la sospecha de que ultranacionalistas de otras regiones ucranianas pudieran intentar entrar en el territorio de la península, hecho que, de momento, no parece probable ante la petición de «calma y cabeza fría» que hizo el ministro del interior, Arsen Avakov.