Oriente Medio

Trump anuncia el fin de los bombardeos a los hutíes porque decidieron "capitular"

EE UU e Israel lanzaron los últimos días una fuerte ofensiva contra los rebeldes yemeníes

Yemen.- Trump anuncia que EEUU dejará de bombardear Yemen a cambio de que los rebeldes no ataquen barcos
Trump anuncia que EEUU dejará de bombardear Yemen a cambio de que los rebeldes no ataquen barcosEuropa Press

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer que su país dejará de bombardear a los rebeldes hutíes del Yemen porque, según dijo, estos han decidido "capitular" y frenar sus ataques en el mar Rojo. Trump hizo estas declaraciones durante una reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca con el primer ministro canadiense, Mark Carney, el mismo día en el que Estados Unidos e Israel atacaron varios puntos de la capital yemení en una operación contra los hutíes.

"Los hutíes han anunciado que no se encuentran bien; al menos nos han anunciado que ya no quieren luchar. Simplemente no quieren luchar. Y cumpliremos con la promesa y detendremos los bombardeos", explicó.

La ofensiva de Estados Unidos e Israel contra los rebeldes proiraníes de Yemen, los conocidos como hutíes, avanza hacia su fase definitiva. Después de que en la última semana la aviación estadounidense -junto a la británica- elevara el castigo contra la insurgencia en poder de gran parte del país de Oriente Medio desde hace más de una década, el lanzamiento este domingo de un misil desde Yemen contra los alrededores del aeropuerto de Tel Aviv ha involucrado también ya de lleno a Israel, cuyas fuerzas comenzaron en la noche del lunes a bombardear con dureza la provincia costera de Hodeida.

La ofensiva contra los hutíes, una de las más sólidas y resilientes fuerzas proxy de Teherán en la región, envía un mensaje de advertencia desde Washington y Tel Aviv a la República Islámica con las prometedoras negociaciones nucleares en el aire después de los tres encuentros indirectos celebrados en Omán e Italia durante el mes pasado.

Como había advertido durante el fin de semana el primer ministro Benjamin Netanyahu, el ataque contra el aeropuerto Ben Gurion -la primera vez que un proyectil procedente de Yemen alcanza la mayor área metropolitana de Israel desde el 7 de octubre- no iba a quedar sin respuesta y en la noche del lunes la aviación israelí llevó a cabo un severo castigo contra una de las provincias yemeníes en manos de los hutíes, responsables durante más de año y medio de un severo castigo al comercio internacional por mor de su campaña incesante de ataques a buques comerciales en aguas del mar Rojo y el golfo de Adén. Además, en la tarde de ayer, las fuerzas israelíes comenzaron a bombardear la propia capital yemení, Saná, incluido su aeropuerto internacional.

La implicación israelí en la campaña contra los hutíes se produce en medio de la ofensiva que desde hace más de una semana protagonizan Estados Unidos y Reino Unido contra el movimiento de base chií en Yemen. La semana pasada, las fuerzas británicas y estadounidenses llevaron a cabo un bombardeo contra una fábrica de drones de las fuerzas hutíes -como los habitualmente utilizados por el grupo contra buques comerciales occidentales- situada a 25 kilómetros al sur de Saná. Desde el inicio de la última ronda contra los insurgentes chiíes, las aviación estadounidense se atribuye el bombardeo de más de un millar de objetivos en el país.

Entretanto, Washington continúa reforzando sus capacidades militares en Oriente Medio. Recientemente la Administración Trump enviaba seis bombarderos B-2 a la isla de Diego García, en el océano Índico, y ya dispone de dos portaviones en la región, además de haber desplazado hasta la zona sistemas de defensa desde Asia. La semana pasada, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, advertía a Teherán de las consecuencias de seguir apoyando a los rebeldes yemeníes. “Mensaje a Irán: vemos el apoyo letal a los hutíes. Sabemos exactamente lo que están haciendo”, escribía en la red social X. “Sabéis muy bien de lo que es capaz el Ejército de Estados Unidos y estáis advertidos. Pagaréis las consecuencias en el momento y el lugar que elijamos”, concluía el secretario de Defensa.

Lo cierto es que, hasta ahora, ni las sucesivas rondas de bombardeos estadounidenses, iniciadas a comienzos del año pasado, ni las advertencias directas del presidente Donald Trump -que exigió a Teherán dejar de apoyar a una de sus más poderosas fuerzas proxy- han logrado disuadir a las fuerzas del movimiento que controla gran parte de Yemen gracias al apoyo militar y logístico de la República Islámica. Al unirse al ‘eje de la resistencia’ liderado por Hamás con la matanza del 7 de octubre, los rebeldes proiraníes comenzaron a perpetrar a finales de 2023 ataques contra buques occidentales en aguas del mar Rojo y el golfo de Adén.

A priori, la ofensiva aliada contra los hutíes no ayudará a restablecer el momento diplomático alcanzado por Washington y Teherán en las últimas semanas tras la suspensión el jueves pasado de la cuarta ronda de conversaciones . En apenas dos semanas, Irán y Estados Unidos han celebrado hasta tres encuentros en formato indirecto con el objeto de llegar a un acuerdo nuclear que no se antojaba lejano hasta la semana pasada. Estados Unidos quiere garantías del régimen de que su programa nuclear se limitará a objetivos civiles -lo que exigirá a Teherán no enriquecer urbano por encima del 3,67%- , también de que no continuará con el programa de misiles balísticos, y la República Islámica necesita el alivio inmediato de las sanciones occidentales en un momento de zozobra económica, así como las garantías de que no habrá ataques israelíes o estadounidenses contra sus infraestructuras energéticas y nucleares.

Con todo, el buen tono y los avances admitidos por ambas administraciones no impidieron que la Administración Trump anunciara hace justo una semana nuevas sanciones contra siete entidades relacionadas con el comercio de productos petroleros iraníes. Además, la Administración Trump ha sancionado a una empresa de gestión marítima a la que acusa de liderar la cadena de suministro de energía iraní y a otra de cargamento.