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Brasil prende fuego a su pasado

El museo, que albergaba 20 millones de piezas incluidos fósiles y momias, no contaba con sistema contra incendios

Un voraz incendio ha destruido este domingo el Museo Nacional de Brasil, situado en Río de Janeiro
Un voraz incendio ha destruido este domingo el Museo Nacional de Brasil, situado en Río de Janeirolarazon

El museo, que albergaba 20 millones de piezas incluidos fósiles y momias, no contaba con sistema contra incendios.

Las cenizas del emporio lulista bien podrían ser una metáfora del reino creado por Luiz Inácio Lula da Silva, en llamas en ciernes. Un enorme incendio acabó con los 200 años de historia del Museo Nacional de Río de Janeiro, una de las joyas culturales más preciadas de Brasil, con una colección de más de 20 millones de valiosas piezas. El siniestro, del que no se han informado víctimas ni cuantificado daños, se inició por causas aún desconocidas cuando ya había cerrado las puertas al público. Imágenes aéreas de televisión mostraron el majestuoso edificio, que ocupa una extensión de más de 13.000 metros cuadrados en el norte de la capital carioca, devorado durante horas por enormes llamas. Pese al rápido envío de camiones de bomberos, el fuego fue avanzando por las decenas de salas del museo, destruyendo todo lo que se encontraba a su paso. Cinco horas después, se logró sofocar el fuego. De momento, la Policía federal se ha hecho cargo de las investigaciones para esclarecer las causas del desastre. El vicedirector del museo, Luiz Fernando Dias Duarte, dijo sentir una «inmensa rabia». «Todo el archivo histórico, que estaba almacenado en un punto intermedio del edificio, fue totalmente destruido. Son 200 años de historia que se fueron», afirmó.

Dias Duarte acusó a las autoridades brasileñas de «falta de atención» y sostuvo que nunca se contó con un «apoyo eficiente y urgente» para la adecuación del palacio, que fue residencia oficial de la familia real e imperial. «Luchamos hace años, en diferentes gobiernos, para obtener recursos para preservar adecuadamente todo lo que fue destruido hoy [por ayer]», declaró a periodistas.

Más tarde en Twitter, el ministro de Cultura, Sérgio Sá Leitao, reconoció que «la tragedia podría haber sido evitada», explicó que los problemas del museo «se fueron acumulando a lo largo del tiempo» y recordó que en 2015, durante el Gobierno de la izquierdista Dilma Rousseff, «fue cerrado por falta de recursos para su mantenimiento».

«Lamentablemente esto ocurre justo cuando las medidas se estaban adoptando», añadió el directivo del museo. El Banco Nacional de Desarrollo firmó en junio un contrato de patrocinio por valor de 5,3 millones de dólares. Vinculada a la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), la institución había sufrido recortes en la financiación, que le obligó a cerrar al público varios de sus espacios.

Fundado en 1818 y creado por el rey Juan VI, el Museo Nacional era uno de las más antiguos de Brasil y la institución científica histórica más importante del país. El portal del centro señala que en su acervo había una colección de momias egipcias y otra de arte y artefactos grecorromanos, así como colecciones de paleontología que incluyen el esqueleto de un dinosaurio hallado en la región de Minas Gerais y el más antiguo fósil humano hallado en el actual Brasil, bautizado «Luzia».

También contiene otros tesoros, como el mayor meteorito encontrado en Brasil, bautizado como Bendegó y que pesa 5,3 toneladas, así como una colección de piezas que abarca un periodo de casi cuatro siglos, desde la llegada de los portugueses al actual territorio de Brasil en el año 1500 hasta la proclamación de la República en 1889.

«Hoy [por ayer] es un día trágico para Brasil. Se han perdido 200 años de trabajo, de investigación y conocimiento», afirmó el presidente Michel Temer, quien añadió que ha entrado en contacto con entidades financieras públicas y privadas para crear «una red de apoyo económico» a fin de ayudar en la reconstrucción del Museo Nacional.

Un grupo de manifestantes intentó entrar en el recinto del Museo Nacional mientras protestaba por el incendio y mostraba su solidaridad. Los manifestantes lanzaron sus críticas a las autoridades y al Gobierno del presidente Temer por el descuido con la historia y la ciencia de Brasil y con las instituciones públicas de investigación.

La conmoción social que ha causado este incendio llega en un momento duro para el país, sumido en un periodo de incertidumbre política ante las elecciones presidenciales del 7 de octubre, a las que el ex presidente Lula da Silva no podrá presentarse como candidato a pesar de estar situado primero en los sondeos.

El ex presidente brasileño anunció al cierre de esta edición que presentará recursos ante la Corte Suprema y la ONU para que le garanticen la posibilidad de disputar las elecciones después de que la autoridad electoral le negara el pasado sábado su inscripción como candidato. La estrategia de Lula fue revelada por su candidato a vicepresidente, el ex ministro de Educación y ex alcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, tras visitar al líder socialista en la celda en la que esté purga desde abril una condena a doce años de prisión por varios delitos de corrupción.

Hasta ahora, la estrategia del partido había sido que ex presidente brasileño permaneciera en la carrera el mayor tiempo posible. Pero algunos miembros importantes del partido consideraban que Lula debería tirar la toalla y respaldar formalmente a Haddad como candidato presidencial para darle tiempo suficiente a preparar la inminente campaña electoral.