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William Taubman: «Trump socava su posición al parecer una criatura de Putin»

William Taubman: «Trump socava su posición al parecer una criatura de Putin»
William Taubman: «Trump socava su posición al parecer una criatura de Putin»larazon

A través de «Gorbachov. Vida y época» (Debate), William Taubman nos describe al último líder soviético como un hombre optimista y conciliador que sucumbió en su sueño de llevar la democracia a su país. Para su biógrafo, solo entendiendo la personalidad del padre de la Perestroika se puede entender una política que contribuyó a la caída del comunismos y al fin de la Guerra Fría.

A través de «Gorbachov. Vida y época» (Debate), William Taubman nos describe al último líder soviético como un hombre optimista y conciliador que sucumbió en su sueño de llevar la democracia a su país. Para su biógrafo, solo entendiendo la personalidad del padre de la Perestroika se puede entender una política que contribuyó a la caída del comunismos y al fin de la Guerra Fría.

-¿Hasta qué punto era real la imagen que de Gorbachov se tenía en Occidente durante sus años de presidente de la URSS?

-Es complicado porque justo ahora la mayor parte del mundo presta menos atención en él o tiene una actitud crítica. Pero yo creo que en última instancia su imagen volverá a ser la del pasado. Fue un dirigente de extraordinaria decencia tanto como político como persona. Hoy en día, la política parece un negocio mucho más sucio y la mayoría de los dirigentes parecen más cínicos. Todo convierte a Gorbachov en un ingenuo. Yo creo que el mundo sería un lugar mejor con líderes que se parecieran a Gorbachov.

-Pero Gorbachov ya era una excepción entre los dirigentes soviéticos...

-Creo que esa singularidad es fundamental. Prestamos muchos atención a los líderes políticos -a su personalidad y a sus políticas- y a menudo es una exageración porque sabemos que hay fuerzas profundas que son más determinantes. Y Gorbachov es una excepción porque el hecho de ser una persona extraordinaria deriva de que hizo cosas que ningún otro líder hubiera hecho. No podemos limitarnos a decir que lo que hizo refleja los valores que todos compartían. Más bien tenemos que ver por qué hizo lo que nadie hubiera hecho. La respuesta se encuentra en su biografía. Gorbachov es un líder que hizo que las cosas se hicieran decisivamente de forma distinta.

-¿Cómo Gorbachov llega a la conclusión de que el sistema soviético debía reformarse para sobrevivir?

-Hay que comprender su infancia y cómo sus padres criaron a ese niño. Su padre era un hombre encantador que le alentaba, sus abuelos le querían mucho y su madre era más estricta pero lo protegió durante la guerra. Todo ello le convirtió en un hombre optimista, con confianza en sí mismo y que confiaba en los demás en un tiempo en el que había guerra, terror y hambre. Sin embargo, Gorbachov creció siendo una persona optimista. Posteriormente, esto fue fundamental en su conducta política. Era suficientemente optimista para creer que Rusia podía convertirse en una democracia, suficientemente demócrata para creer que él podía cambiar su país y confiaba suficientemente en los demás para pensar que podían ser capaces de instituir una democracia. Confiaba lo suficiente en sus colegas para pensar que podían trabajar juntos. En Rusia, la palabra consenso tiene una connotación negativa. Se considera que quien logra el consenso es alguien oportunista. Pero Gorbachov creía en el acuerdo como algo bueno. Su carácter marcó sus políticas.

-Pero no tuvo rivales para hacerse con las riendas del Partido Comunista y del país en 1985...

-Era astuto, educado, encantador. Andropov fue esencial en su ascenso político. Andropov era el jefe de la policía secreta. Metía a la gente en la cárcel y enviaba a los disidentes a instituciones psiquiátricas donde les inyectaban tranquilizantes. Pero tenía también otra cara. Andropov deseaba que hubiera reformas en Rusia. Él no tenía una educación suficiente, por lo que admiraba a Gorbachov, que tenía estudios superiores. Le apoyó con la esperanza de que al final Gorbachov hiciera lo que él tenía miedo de hacer.

-Gorbachov tenía que mediar entre los conservadores y los liberales. ¿Cómo valora la velocidad de las reformas? ¿No estaba la Unión Soviética preparada?

-Era la gran pregunta para Gorbachov. No sabía si iba demasiado rápido o demasiado despacio. Hacia el final pensó que había sido demasiado lento. Pensaba que tenía que haberse movido más rápido para romper con los más conservadores y unirse a los demócratas radicales. Pensó que tenía que haber sido más rápido en la creación de una economía de mercado. Pero ahora, en retrospectiva, él piensa que fue demasiado rápido, pues trató de transformar Rusia en apenas unos años. En una ocasión, afirmó que quizás Rusia tarde todo el siglo XXI en democratizarse. Ésta es su forma de pensar ahora, pero cuando hubo manifestaciones contra Putin, piensa que sí, que la gente está preparada para la democracia y que, por tanto, debería haber ido más rápido.

-¿Hubiera facilitado las cosas que se hubiera centrado primero en las reformas económicas, como China?

-Lo dudo. ¿Cuál es el modelo chino? Una reforma económica rápida, pero se mantiene el “statu quo” político. Por eso, podría decirse que si Gorbachov hubiera mantenido el control político, podría haber emprendido una rápida reforma económica. El problema aquí es que no estoy seguro de que Rusia estuviera suficientemente preparada y Gorbachov estaba comprometido con la democracia. Por eso ninguna de las dos ramas del modelo chino se aplican al caso ruso. La reforma económica no hubiera funcionado como en China y Gorbachov quería una reforma política.

-¿Sus esperanzas democráticas explican por qué no intervino durante la caída de los regímenes comunistas en Europa central y oriental?

-De lo contrario, sería inexplicable que los países del este se fueran sin disparos. La razón básica es que él esperaba que se convirtieran en democracias como estaba haciendo la URSS. Y aunque en Polonia y Hungría empezaron a formarse gobiernos mixtos con comunistas y no comunistas, pensaba que era un paso hacia una Europa democrática que podía unirse y tener alianzas sin guerra fría, ni Pacto de Varsovia ni OTAN. Era el bello futuro que él tenía en mente. Hay que recordar que su asesor principal en política internacional decía que en 1990 Gorbachov y su Gobierno solo dedicaban entre el 5 y el 10% a la política exterior. Todo su tiempo lo ocupaba la política doméstica. No tenía tiempo para ocuparse de Europa Oriental.

-La transición a la democracia y al capitalismo fue ejemplar. ¿No echó en falta más generosidad de Occidente hacia la Unión Soviética?

-Estoy de acuerdo. Al principio, George Bush no apoyaba tan intensamente a Gorbachov como lo hizo Ronald Reagan. Las potencias occidentales no esperaban que Gorbachov aceptara tan rápidamente la reunificación de Alemania y la entrada del país reunificado en la OTAN. Pero cuando accedió, ya lo dieron por hecho. Margaret Thatcher volvió a Rusia en 1991 y le dijo a los embajadores británico y americano: “Ronnie y yo le hubiéramos dado el mundo por lo que ha aceptado”. ¿Bush por qué iba a conceder un Plan Marshall a un país que estaba desmembrándose? EE UU prefirió apoyar a Yeltsin antes incluso de que cayera Gorbachov, que en ese sentido sí que puede tener resentimiento.

-¿Cómo los acontecimientos se precipitaron tan rápidamente tras el golpe de agosto de 1991 para que la URSS se disolviera esa Navidad?

-El golpe de Estado de agosto fue el golpe final en distintos aspectos. En primera lugar, privó a Gorbachov de utilizar las fuerzas positivas del Partido Comunista porque él tenía que dar las espalda al PCUS y ¿quién quedaba allí? Las fuerzas democráticas que se volvieron contra él. Después del golpe, se quedó aislado. No había ninguna apoyo de partido ni de los demócratas. Sus asesores se dieron cuenta, pero Gorbachov imaginó cómo aglutinar las repúblicas que quedaban, pero éstas ya no le necesitaban. Y Occidente pensó que tampoco le necesitaba, pues había obtenido de él lo que querían: el desarme, el control de armas, la reunificación de Alemania, su ingreso en la OTAN...

-Putin describe la desintegración de la URSS como “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”...

-Quizás Gorbachov estaría de acuerdo con Putin si se sustituye la palabra “geopolítica” por moral. Porque se pregunta ¿qué es mejor? ¿Una URSS democrática que se alíe con Occidente o quince repúblicas separadas luchando entré sí y Rusia dirigida por alguien como Putin?

-¿Están en peligro hoy los acuerdos de desarme nuclear firmados en tiempos de Gorbachov?

-Se están desintegrando. Algo como el tratado de 1985 para abolir las armas nucleares de alcance medio está en peligro. Ese tratado, que los rusos aparentemente han violado, está en cierto modo obsoleto porque los chinos están desarrollando sus propios misiles. Pero yo creo que es una locura deshacerse de él porque limitó y destruyó los misiles.

-¿Estamos ante una nueva guerra fría?

-Sí hay una nueva guerra fría pero es distinta. En cierto modo, es más segura y en otros es más peligrosa. Parte del problema es la agresividad de Rusia, pero EE UU también es responsable. Trump tiene razón cuando dice que las causas de esta nueva guerra fría están en ambas partes y también tiene razón en que hay que necesitamos hablar con los rusos para reducir la tensión. Sin embargo, Trump socava su posición al parecer como un amigo, un admirador de Putin. Existen en EE UU sectores favorables a mejorar las relaciones con Rusia, pero no confían en Trump porque parece una criatura de Putin. Ésta es parte de la paradoja de Trump.

-En su encuentro de Helsinki, Trump parecía fuertemente impresionado por Putin...

-Esto forma parte de las evidencias para decir que Trump es una creación de Putin, pero no sabemos hasta qué punto influye sobre él.

-Putin justifica su política más agresiva porque Occidente ha humillado constantemente a Rusia desde el final de la Guerra Fría...

-El bombardeo de Yugoslavia, la ampliación de la OTAN, Libia... son motivos. Sin embargo, ¿qué haría Putin si EE UU no hubiera ampliado la OTAN, bombardeado Yugoslavia o iniciado la guerra de Irak? Hubiera buscado otras excusas. Porque necesita un enemigo externo para justificar su política interior. Antes o después hubiera entrado en Crimea o hubiera sentido la intención de intervenir en Ucrania. Por eso, yo culpo a ambas partes de esta nueva guerra fría.

-¿Y en Europa? Hay países que se han convertido en una especie de “caballo de Troya” de Moscú para dividir la UE...

-Claramente eso es lo que está haciendo Putin, pero evidentemente no lo hace solo. El desarrollo de las políticas domésticas también lo explica. Los rusos trata de utilizar lo que ocurre en esos países a favor de sus propios intereses. A largo plazo, deberíamos preguntarnos si la amenaza que afrontan las democracias no es mayor ahora que cuando había partidos comunistas en esos países. En Rusia, el poder de Putin es muy estable y está más arraigado que en tiempos comunistas. Por ejemplo, el antiamericanismo de Putin es mucho más popular que en la URSS porque la propaganda comunista era demasiado burda y tenía un efecto boomerang: la gente se hacía proocidental para contrarrestar esa propaganda antioccidental.

-¿Qué queda en Rusia de las semillas democráticas que sembró Gorbachov?

-Parece que no hubiera quedado mucho. Es cierto que un 20% de la población rusa actual apoya a Gorbachov, la gente más joven y próspera. Solo tenemos que esperar a que en el futuro haya más gente así. Pero es solo una esperanza. Es como decir que la clase media respalda la democracia porque desea la libertad para hacer negocios, viajar, pensar, etc. Pero es una opinión casi determinista que puede subestimar el grado en que un régimen no democrático puede convencer a su población de creer que la democracia es algo malo.

-Otro determinismo dice que Rusia solo puede ser gobernada por un dirigente fuerte como Putin. Y Gorbachov por su rechazo a la violencia parecería más un líder escandinavo...

-Entre los críticos de Gorbachov se decía que éste escuchaba y cambiaba de opinión, como si estos fueran defectos, no virtudes porque un líder fuerte ni escucha ni cambia de opinión. Entonces, ¿cómo hemos terminado con Trump, Orban o Bolsonaro? No solo en Rusia, sino que en el mundo hay un conflicto entre gente que se siente cómoda con la libertad y gente que se siente incómoda.