Belleza

Estos son los pasos que debes seguir antes y después de exponer tu piel al sol, según un dermatólogo

Cinco consejos para lucir una piel sana y perfecta

Cinco consejos para lucir una piel sana y perfecta
Cinco consejos para lucir una piel sana y perfectaPinterest

Ha llegado el momento que muchas esperamos desde el mes de septiembre, y que otras, como La Vecina Rubia, cuentan en domingos hasta que vuelva a nuestras vidas. Hablamos del verano, y todo lo que viene con él. Las vacaciones, la playa, las escapadas, las tardes de terrazas... Pero también el sol y todos los problemas que este puede acarrear si no sabemos usarlo con protección.

Por ello hemos querido recurrir a una experta, la doctora Arantxa Arana, dermatóloga de la Clínica Dra Pérez Sevilla, para preguntarle qué debemos hacer para preparar nuestra piel antes de exponernos al sol, y cómo cuidarla después. Y estos son los consejos que nos ha dado.

Antes de la exposición al sol habrá que preparar la piel para que los rayos del sol no la dañen, ya que después del invierno puede estar reseca y con falta de humedad.

¿Cómo sería esa preparación? La doctora la basa en una rutina de cinco pasos básicos que debemos seguir todos los días para una piel luminosa y sana.

Limpiar: La piel funciona como una barrera para protegernos de las agresiones externas. Antes de la llegada del verano, es importante que nuestra piel y su pH estén lo más equilibrados posible para poder protegernos ante la exposición solar, la deshidratación y las quemaduras. Por ello, es muy importante seguir una rutina de limpieza mañana y noche con productos que respeten y no desequilibren el pH natural de la piel.

Exfoliar: Nos permite realizar una limpieza profunda de la epidermis, liberándola de las células muertas, al mismo tiempo que activamos la circulación y la oxigenamos para preparar la piel antes de recibir el sol por primera vez. De esta forma prevendremos el envejecimiento cutáneo, conseguiremos un bronceado más duradero y que la piel no se descame con tanta facilidad.

Hidratar: El sol nos deshidrata profundamente, por lo que debemos mantenernos hidratados por dentro y por fuera. Las cremas hidratantes nos ayudarán a crear una barrera protectora en la piel para evitar la pérdida de humedad, la sequedad e incluso la descamación.

Alimentación: Un mes, o mes y medio antes de la exposición solar, es recomendable seguir una dieta rica en betacarotenos, por su alto aporte en vitamina A.Los betacarotenos están presentes en frutas y verduras de color naranja y verde como espinacas, calabaza, zanahoria, calabacín, melón, melocotón o albaricoque. Son un gran antioxidante, que evita la producción de radicales libres provocados por el exceso de sol. Al mismo tiempo que protegen los melanocitos de la piel para que no se queme con tanta facilidad y potencia el bronceado.

Empezar a tomar el sol de forma paulatina: Durante el invierno nuestra piel no ha estado expuesta al sol, por lo que, después de tantos meses, es importante acostumbrarla a dicha exposición. Por ello, se aconseja que empieces a tomar el sol de forma paulatina, por ejemplo, con 10 minutos diarios e ir aumentando poco a poco.Así no perjudicaremos la oxidación celular y prevendremos el envejecimiento prematuro.