
Hogar
Ni amoniaco ni lejía: el truco definitivo para eliminar las humedades de la pared este invierno
Mientras muchos recurren a la lejía o al amoniaco, los pintores llevan tiempo recomendando una mezcla mucho más sencilla (y menos agresiva) que casi todos tenemos en la despensa

La escena se repite en muchas casas: una pequeña mancha oscura aparece en la pared, casi imperceptible al principio, hasta que un día ya es imposible ignorarla. La humedad no solo afea la pintura, también puede dañar el yeso, empeorar la calidad del aire interior y favorecer la aparición de moho. La reacción más común suele ser tirar de lejía o amoniaco, pero los pintores profesionales llevan tiempo recurriendo a una alternativa mucho más suave y eficaz: una mezcla de vinagre blanco ybicarbonato de sodio.
El remedio casero que usan los profesionales
Aunque los productos químicos fuertes parecen la opción "rápida", su uso continuado no es inocuo: irritan las vías respiratorias, pueden dañar la pintura e incluso empeorar el problema si no se ventila bien. Por eso muchos pintores recomiendan empezar por un método doméstico menos agresivo que, además, casi siempre tenemos en casa.
La combinación de vinagre blanco y bicarbonato se ha ganado un lugar fijo en la limpieza del hogar por sus propiedades desinfectantes y desodorizantes. Aplicada sobre las paredes, permite atacar el moho y las manchas de humedad sin necesidad de recurrir a productos más duros. El vinagre, gracias a su acidez natural, actúa como desinfectante y antifúngico, debilitando los hongos y sus esporas; el bicarbonato ayuda a levantar la mancha y neutraliza los olores característicos de la humedad.
Cómo se aplica sobre la pared
El procedimiento es sencillo y no requiere más que un pulverizador, una esponja y un poco de paciencia. En un recipiente con spray se mezclan a partes iguales, vinagre blanco y agua. Si la mancha es muy intensa o está muy localizada, se puede usar el vinagre sin diluir.
La mezcla se pulveriza directamente sobre la zona afectada, cubriendo bien las manchas de moho o humedad, y se deja actuar unos 20–30 minutos para que penetre en la superficie. Después, se frota suavemente con una esponja o un cepillo de cerdas blandas para no levantar más pintura de la necesaria. El último paso consiste en pasar un paño húmedo para retirar los restos y ventilar la estancia, favoreciendo que la pared termine de secarse.
En manchas persistentes, algunos profesionales recomiendan espolvorear ligeramente bicarbonato sobre la pared aún húmeda, dejar que actúe y retirar después con un paño limpio. El objetivo no es solo "borrar" la marca, sino reducir al máximo la carga de esporas en la superficie.
Mantener la humedad bajo control
Tratar la mancha es importante, pero no suficiente si la causa de la humedad sigue ahí. Por eso los expertos insisten en acompañar este tipo de remedios con pequeños cambios en la rutina de la vivienda.
Ventilar a diario, especialmente después de ducharse o cocinar, ayuda a reducir la condensación en paredes y techos. Evitar, en la medida de lo posible, secar ropa en el interior también marca la diferencia: el vapor que se libera termina depositándose en las superficies más frías.
El bicarbonato puede tener un segundo papel como absorbe humedad improvisado. Colocar un cuenco con este polvo cerca de la pared problemática ayuda a captar parte del exceso de agua del ambiente y retrasa la reaparición de manchas. En estancias con mala circulación de aire, los deshumidificadores se convierten en un aliado casi imprescindible.
Cuando, pese a todo, las marcas regresan una y otra vez en la misma zona, conviene sospechar de filtraciones, tuberías en mal estado o problemas de aislamiento. En esos casos, el remedio casero puede limpiar la superficie, pero será necesario un diagnóstico profesional para atajar el origen.
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