Cómo cuidar tu cabello en verano

El estado del cabello es un reflejo de la salud. Un cabello seco y dañado puede ser la consecuencia de una alimentación pobre, además de unos cuidados insuficientes. Para lucir una melena hidratada y brillante, es importante comer sano y buscar productos cosméticos que no lo dañen.

El cabello es muy sensible a las condiciones meteorológicas y a nuestros hábitos dietéticos y de cuidado. El verano, por ejemplo, puede dañar su estructura y volverlo seco y quebradizo. El sol, por ejemplo, quema y lo vuelve poroso. La sal del mar acelera la deshidratación y el cloro despigmenta. Por ello, es conveniente que durante las vacaciones se lleven a cabo unos cuidados especiales para evitar estropearlo.

En primer lugar, se debe aumentar su hidratación. Una parte del cabello es agua que puede evaporarse por las altas temperaturas. Debido a ello, los expertos aconsejan cuidar el aporte de líquidos al organismo y proporcionar una hidratación extra a través de productos específicos. La dieta, por ejemplo, tiene que ser abundante en frutas y verduras, que pueden tomarse crudas o cocinadas con un aporte de agua, por ejemplo, sopas frías como el gazpacho o batidos refrescantes.

Nutrientes esenciales

Estos alimentos además contienen nutrientes esenciales que intervienen directamente en la salud capilar. Por ejemplo, las hortalizas de color anaranjado y rojo llevan betacarotenos, precursores de la vitamina A que le da brillo y evita su fragilidad.

Para prevenir la caída es importante también que en la dieta no falten alimentos como el pescado azul. Al igual que las frutas frescas, contiene vitamina B6 esencial para prevenir el debilitamiento del cabello y su caída. Otra vitamina necesaria es la Biotina o vitamina B7, responsable de su crecimiento y fortaleza. La encontrarás en productos como los guisantes verdes, la soja o la avena.

Tratamientos especiales

Existen además tratamientos especiales para el cuidado del cabello en verano. Lo ideal es que contengan keratina o pantenol. También se puede recurrir a sérums o aceites de palma o de sésamo que reforzarán el efecto hidratante y protector. Pero lo más importante es que se adopten hábitos que eviten secarlo en exceso.

- Proteger el cabello con productos que contengan filtros solares.

- Lavar y acondicionar con productos que hidraten, nutran y reparen.

- Aplicar mascarillas o brumas reparadoras para después del sol.

- Evitar secadores, tenacillas, y otros aparatos para el cabello de aplicación con calor.