Accesorios de lujo

Maurice Lacroix cumple 50 años y lo celebra con diseños que miran al futuro sin olvidar su legado

La "maison" suiza celebra medio siglo de historia con relojes que combinan su "savoir-faire" más característico con un espíritu urbano pensado para marcar estilo allá donde vayas

Maurice Lacroix cumple 50 años.
Maurice Lacroix cumple 50 años.Maurice Lacroix

Hay firmas capaces de contar el tiempo y otras que, además, cuentan historias. Maurice Lacroix cumple 50 años y lo celebra con la misma elegancia con la que ha conquistado muñecas en medio mundo: fusionando "savoir-faire" suizo con un espíritu urbano que habla de modernidad, audacia y estilo. Medio siglo en el que la marca ha demostrado que un reloj puede ser tanto un objeto de precisión como un símbolo de identidad, y que la relojería es también cultura, tendencia y estilo de vida.

En un momento en el que la moda busca constantemente nuevos iconos, la "maison" suiza aprovecha este aniversario para reivindicar su legado y, al mismo tiempo, proyectarse hacia el futuro. Sus relojes son mucho más que un accesorio: son piezas que acompañan a una generación cosmopolita, que vive entre aeropuertos y "rooftops", y que busca en cada detalle la mezcla perfecta entre sofisticación y funcionalidad.

Y es precisamente ahí, en ese diálogo entre tradición y modernidad, donde Maurice Lacroix encuentra su terreno más fértil. No se trata solo de mirar hacia atrás, sino de reinterpretar la herencia con un lenguaje que conecte con el presente. En estos 50 años, Maurice Lacroix ha demostrado que la relojería puede ser tan aspiracional como cualquier pieza de moda y que un reloj bien elegido tiene el poder de convertirse en el mejor aliado para expresar estilo, carácter y visión de futuro.

50 años de "savoir-faire" suizo con sello urbano

Fundada en los años 70 en Saignelégier, en pleno corazón del Jura, Maurice Lacroix se ha consolidado como una de las casas relojeras más singulares de Suiza. Con más de 15 premios internacionales a sus espaldas, la marca ha sabido unir tradición artesanal con un enfoque contemporáneo que conecta con un público cada vez más cosmopolita.

El modelo "Calypso" de los 90 fue el punto de partida para una historia que se reinventó en 2016 con la colección AIKON, diseñada para una generación que entiende la relojería como extensión de su estilo de vida. Este 2025, en su 50 aniversario, la firma reafirma esa filosofía con piezas que laten al ritmo de la ciudad, pensadas para quienes buscan relojes que combinen precisión técnica con personalidad estética.

Piezas clave que marcan el medio siglo de Lacroix

Entre todas las novedades de la firma suiza destacan algunas por encima de otras. Empezando por el AikonIC es la gran apuesta: esfera de carbono con texturas únicas, bisel de cerámica en tonos que van del negro al turquesa y un calibre automático con 60 horas de reserva de marcha. Una pieza que habla de innovación y de exclusividad cotidiana.

Aikon IC
Aikon ICMaurice Lacroix

La colección AIKON Automatic Skeleton se amplía con nuevas versiones en 39 y 42 mm, que dejan al descubierto el corazón mecánico del reloj a través de una esfera transparente. Un diseño para quienes disfrutan del arte de la relojería en cada detalle.

Aikon Skeleton Automatic
Aikon Skeleton AutomaticMaurice Lacroix

En edición limitada llega el AIKON Wotto, una colaboración con el artista británico que traduce el lenguaje del arte urbano en grabados y personajes irreverentes sobre caja, brazalete y esfera. Solo 1000 unidades para quienes buscan una pieza que sea tan objeto de deseo como de conversación.

Aikon wotto limited edition
Aikon wotto limited editionMaurice Lacroix

Y para quienes prefieren una elegancia más atemporal, el Fiaba Square se reinventa en clave ochentera: geometría fluida, versiones monocromáticas en oro y propuestas bicolor que reivindican la versatilidad de un reloj que es casi una joya.

Fiaba
FiabaMaurice Lacroix

El tiempo como declaración de estilo

Medio siglo después de su fundación, Maurice Lacroix demuestra que la relojería no es solo cuestión de medir minutos, sino de marcar épocas. Su 50 aniversario es un viaje entre tradición y vanguardia, donde cada diseño refleja la magia de un oficio y la frescura de una mirada al futuro. Porque celebrar el tiempo es, al final, celebrarnos a nosotros mismos. Y hacerlo con un Maurice Lacroix en la muñeca convierte cada instante en una auténtica declaración de estilo.