
Salud
Pautas de expertos para combatir las agujetas tras la vuelta al deporte
Ese dolor muscular que aparece uno o dos días después del gimnasio no es un misterio. Son las agujetas, microlesiones que tienen una causa concreta y, sobre todo, una serie de remedios y pautas de prevención muy eficaces.

La tentación es quedarse quieto en el sofá. Cuando las agujetas hacen acto de presencia, ese dolor muscular que aparece uno o dos días después de un esfuerzo inhabitual, el cuerpo parece pedir reposo absoluto. Sin embargo, ceder a ese impulso es un error de manual y, de hecho, el peor remedio posible para acelerar la recuperación. El sedentarismo no solo no alivia, sino que puede prolongar la molestia.
De hecho, la clave para mitigar las agujetas reside paradójicamente en el movimiento. No se trata de volver al gimnasio a repetir el ejercicio que causó el daño, sino de optar por una actividad suave y de bajo impacto. Prácticas como caminar, nadar o montar en bicicleta de forma moderada son ideales para estimular el flujo sanguíneo en las zonas afectadas, lo que facilita la reparación de las fibras musculares. Por el contrario, hay que evitar a toda costa los entrenamientos intensos que incluyan saltos o una fuerte carga excéntrica.
Asimismo, cuando el dolor ya es una realidad, existen métodos específicos que pueden proporcionar un alivio considerable. Entre las distintas opciones, el masaje aplicado por un profesional es una de las herramientas más eficaces no solo para calmar la molestia, sino también para reducir la inflamación asociada. Otras alternativas que ayudan a reducir la percepción del dolor son los baños de contraste, alternando frío y calor, o las inmersiones en agua fría.
La prevención como la mejor estrategia
En este sentido, y aunque existan formas de aliviar sus síntomas, la mejor manera de combatir las agujetas es, sencillamente, no tenerlas. Un protocolo sensato de prevención es fundamental y pasa por seguir unas pautas básicas y asequibles para cualquier deportista. Realizar siempre un calentamiento adecuado, asegurar un aumento progresivo de la intensidad en los entrenamientos y ejecutar los ejercicios con la técnica correcta son los primeros pasos para minimizar el riesgo.
Por otro lado, es importante entender el origen de este dolor tan común. Las agujetas no son más que el resultado de microlesiones musculares, pequeñas roturas en las fibras provocadas por una tensión para la que no estaban preparadas. Se originan principalmente durante las contracciones excéntricas, aquel movimiento en el que el músculo se alarga bajo tensión, como ocurre al bajar unas escaleras. El dolor no es inmediato, sino que suele aparecer entre 12 y 24 horas después, alcanzando su punto álgido a las 48 horas para desaparecer por completo al cabo de unos tres días.
Con todo, ninguna estrategia funcionará de forma aislada si no se apoya en los cimientos de una buena recuperación física. La hidratación constante, una alimentación equilibrada que proporcione los nutrientes necesarios para la reparación de los tejidos y, por supuesto, un descanso de calidad conforman los tres pilares fundamentales. Son la base indispensable sobre la que se asienta cualquier plan de recuperación muscular eficaz y duradero.
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