Nutrición

¿Por qué muchos deportistas de alto rendimiento eliminan los lácteos de su dieta?

Mientras muchas estrellas del deporte eliminan los lácteos de su dieta por considerarlos inflamatorios, la evidencia científica contradice esta creencia y cuestiona las virtudes de las alternativas vegetales

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La decisión de eliminar los lácteos de la dieta, como han hecho muchos deportistas de alto rendimiento, obedece con frecuencia a motivos totalmente ajenos a la inflamación.DSVDSV

La extendida creencia de que los lácteos son perjudiciales para la salud por su supuesto efecto inflamatorio se topa con una realidad científica mucho más compleja. Hoy por hoy, no existe un veredicto claro que permita demonizar la leche y sus derivados, ni tampoco ensalzar de forma categórica las bebidas vegetales como una alternativa superior en este aspecto. La decisión de consumir unos u otros parece responder más a necesidades individuales y preferencias personales que a una evidencia científica incontestable.

De hecho, lejos de respaldar la idea de que los lácteos son inherentemente inflamatorios, numerosos estudios apuntan en la dirección opuesta. La investigación sugiere que, en personas sanas, estos productos tienden a mostrar un efecto neutro o incluso antiinflamatorio en el organismo. La brecha entre la percepción popular y los hallazgos de la ciencia es, en este terreno, considerable y alimenta un debate que a menudo carece de matices.

En este sentido, algunos productos como el yogur o el kéfir podrían jugar un papel especialmente interesante. Estos lácteos fermentados aportan microorganismos vivos que han demostrado tener un impacto positivo en la microbiota intestinal, un factor directamente relacionado con la modulación de la respuesta inflamatoria del cuerpo.

Las razones más allá del debate sobre la inflamación

Por otro lado, la decisión de eliminar los lácteos de la dieta, como han hecho muchos deportistas de alto rendimiento, obedece con frecuencia a motivos totalmente ajenos a la inflamación. La intolerancia a la lactosa, una alergia a las proteínas de la leche o, simplemente, la elección personal son razones perfectamente válidas. Es en este contexto donde surgen con fuerza las bebidas vegetales de almendra, coco o arroz, valoradas por no contener lactosa ni colesterol y por su bajo aporte de sodio.

Sin embargo, esta sustitución no está exenta de importantes consideraciones nutricionales. Por norma general, las bebidas vegetales presentan una menor biodisponibilidad de sus nutrientes y un aporte proteico inferior al de la leche de vaca. La bebida de soja es la excepción más notable, con un perfil proteico más completo. Además, tampoco existe evidencia concluyente que demuestre que estas alternativas vegetales sean superiores a la leche en la lucha contra la inflamación, lo que devuelve el foco a las necesidades específicas de cada individuo.