La elegancia no pasa de moda

Red Carpet: Lección de historia

Grammy, Óscar, Cannes… ¿Por qué la alfombra roja se viste de vintage?

Anya Taylor-Joy en la alfombra roja, vestida de Dior
Anya Taylor-Joy en la alfombra roja, vestida de DiorDIOR

¿Debemos creer en las casualidades o estas nunca llegan por sorpresa? ¿Nos tendríamos que sorprender por las coincidencias que encontramos en la alfombra roja cuando un sinfín de celebrities rescatan de los archivos vestidos icónicos de grandes de la moda o solo mirarlos como a cualquier otro? El año 2024 lo iniciamos esperando el estreno de una serie de Disney+ que prometía colocar en su lugar al genial Cristóbal Balenciaga y, pocas semanas después, era Apple TV quien “contraatacaba” con sus capítulos sobre Christian Dior. Y la reivindicación de ambas figuras no se ha realizado solo en la pequeña pantalla. Ya en marzo, durante la alfombra roja de los Óscar 2024, dos actrices parecía que buscaban llevar esa batalla a la red carpet.

Carey Mulligan en los Óscares, de Balenciaga
Carey Mulligan en los Óscares, de BalenciagaNICK AGRO ©A.M.P.A.S.

Carey Mulligan destacó por encima de muchas de sus compañeras con un impresionante diseño de Balenciaga que recuperaba una propuesta de los años 50. Se trataba de una de las creaciones más icónicas del genio vasco que vio como Anya Taylor-Joy buscaba eclipsarlo con la nueva versión del famosísimo vestido Junon de Christian Dior. Este vio la luz en 1949. El del de Getaria, en 1951. ¿Casualidad? Puede, pero todavía podemos ir un paso más allá. Unas horas más tarde, era Sydney Sweeney, la actriz famosa por su papel en Euphoria, la que volvía hacer saltar las alarmas al presentarse en la fiesta posterior a la ceremonia de entrega de los premios más importantes del cine con el vestido que en 2004 lució Angelina Jolie para aquellos premios y que firmó Marc Bouwer. Estaba claro que la moda nos estaba queriendo lanzar un mensaje y, en ese momento, vinieron a nuestra cabeza otros looks que habíamos visto recientemente y que nos sonaban de mucho antes. En los Grammy de 2024 también presenciamos como había artistas que recuperaban clásicos: Miley Cyrus se subió al escenario con un diseño que había creado Bob Mackie 20 años atrás; Oprah lució un vintage de Valentino y Olivia Rodrigo reivindicó la figura de Gianni Versace con una creación de la temporada primavera verano de 1996. Si a esto le sumamos la sorpresa que nos llevamos al ver a Bella Hadid en 2022 sobre la alfombra de Cannes con uno de los vestidos blancos de la serie que creó Tom Ford para Gucci en 1996; el Jean Louis de 1962 de Kim Kardashian (y su polémica) en la gala MET de 2022 o la apuesta que está haciendo Emily Ratajkowski por sacarle todo el jugo al archivo de Jean Paul Gaultier, ya nos queda claro que la moda sí nos busca decir algo.

Miley Cyrus en los Grammys de 2024, con un diseño de Bob Mackie
Miley Cyrus en los Grammys de 2024, con un diseño de Bob MackieGtres

Puede ser un poco pronto todavía para sacar conclusiones, pero sí que podemos llegar a algunas. En el momento que vivimos, donde cada vez se apuesta más por la sostenibilidad, parece que esta vuelta a abrir los armarios busca también defender un consumo mucho más responsable por parte de toda la sociedad. Pero no solo eso. Durante mucho tiempo, las marcas han preferido más enfocarse en su futuro que mirar al pasado e, incluso, muchas no querían ni oír hablar de su historia anterior. Ahora eso ha cambiado: son muchas las que organizan exposiciones donde presentan con orgullo la historia que les acompaña, teniendo claro que eso es un síntoma de calidad. Dior, Chanel, Valentino o Dolce & Gabbana, que acaban de inaugurar la suya, From the Heart to the Hands en Milán hasta el próximo 31 de julio, así lo han entendido. Estamos por tanto ante un cambio de paradigma que está mostrando de manera firme sus síntomas más evidentes.

Penélope Cruz en la alfombra roja, vestida de Balmain
Penélope Cruz en la alfombra roja, vestida de BalmainJON DIDIER/ ©A.M.P.A.S.

En el año 2000, Julia Roberts eclipsó al mundo con un diseño vintage de Valentino. Aquel vestido se ha convertido en un icono que pocas han llegado a igualar. Unos años después, en 2009, Penélope Cruz hacía lo propio con una creación de Pierre Balmain, recordándonos la poesía que existía en los primeros años de aquella maison. Ellas dos fueron las precursoras en un canto de amor hacia las creaciones de los grandes de la moda. Dos décadas después, esa tendencia parece que se impone con un trasfondo que va mucho más allá de la mera pasión por la moda, aunque el amor hacia la belleza nunca ha tenido ni tendrá edad.