Política

Junta de Andalucía

28F, “de todos” y no patrimonio de nadie

Juanma Moreno se estrena en el Día de Andalucía reivindicando «lo que hicieron nuestros mayores» e instando a que la «voz sensata y potente» por la igualdad territorial vuelva a oírse «gobierne quien gobierne»

Los galardonados con las Medallas de Andalucía, con los presidentes de la Junta y el Parlamento / Foto: Manuel Olmedo
Los galardonados con las Medallas de Andalucía, con los presidentes de la Junta y el Parlamento / Foto: Manuel Olmedolarazon

Juanma Moreno se estrena en el Día de Andalucía reivindicando «lo que hicieron nuestros mayores» e instando a que la «voz sensata y potente» por la igualdad territorial vuelva a oírse «gobierne quien gobierne»

uan Manuel Moreno Bonilla se estrenaba ayer en el cargo de presidente de la Junta en el Día de Andalucía y tras entregar, junto a la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, las once Medallas y los dos títulos de Hijo Predilecto, quiso sacudirse desde el principio el sambenito que acompaña a la derecha andaluza de no haber apostado en su día por la autonomía. La campaña por el no al primer Estatuto de 1980 –el PP sí apoyó la reforma de 2007– ha dado durante años munición al PSOE andaluz para capitalizar el movimiento autonomista. Una apropiación que Moreno afeaba desde la oposición a su antecesora, Susana Díaz, cada año por estas fechas. Ayer, era Moreno el que estaba en el atril del Teatro de la Maestranza de Sevilla como flamante presidente y Díaz le escuchaba desde el patio de butacas como una ex presidenta más –también asistieron Rafael Escuredo y José Rodríguez de la Borbolla– y el popular no sólo reivindicó el «orgullo de lo que hicieron nuestros mayores» el 28 de febrero de 1980 sino que insistió en que tanto este legado como la bandera verdiblanca «es de todos, siempre lo ha sido» porque «nadie debe ni puede patrimonializar el Día de Andalucía».

Moreno se dirigió a los jóvenes para decirles que el 28F «no es una historia antigua como muchos me dicen cuando voy a las universidades sino el símbolo de nuestro orgullo por ser andaluces y de nuestra firme decisión colectiva de hacer una Andalucía cada vez mejor. Una Andalucía para todos».

«Los andaluces hemos decidido escribir una nueva página de desarrollo económico y de bienestar social para todos. Una nueva etapa en la que el Gobierno andaluz está comprometido con el progreso, la salvaguardia de los derechos y la libertad de todos los andaluces. Y lo quiero hacer sin complejos, uniendo voluntades, con diálogo, buscando y encontrando lo que tenemos en común para dejar atrás lo que nos separa», defendió un presidente que cogobierna con Cs y que ha necesitado alcanzar acuerdos con Vox para ser investido.

Precisamente, y ante las polémicas peticiones del partido de ultraderecha en contra de las actuales leyes y servicios contra la violencia de género, Moreno aprovechó el reconocimiento en su discurso a una de las únicas dos mujeres distinguidas, la actriz Inma Cuesta, «que con fuerza y coraje defiende la igualdad y la libertad de las mujeres», para mostrarle expresamente su compromiso «no sólo en no ceder en nada de lo ya logrado, sino en seguir avanzando para conseguir la igualdad completa, real y efectiva entre hombres y mujeres. Y acabar definitivamente con la lacra de la violencia machista». «Yo te digo que no vamos a parar hasta conseguirlo», le prometió mirándola a los ojos.

Cual Kennedy diciéndole a los americanos «no te preguntes qué puede hacer el país por ti sino qué puedes hacer tú por tu país», Moreno apeló «a cada uno, en nuestra pequeña o gran parcela» para «amar», «cuidar» y «construir» Andalucía. Una tierra en la que, parafraseando a otro de los premiados, el comparsista gaditano Antonio Martín, «no hay que morir, hay que currar y vivir».

Admitiendo que el empleo es el principal reto de la comunidad con más tasa de paro del país, señaló que «tenemos que poner toda nuestra capacidad y energía, todas las fortalezas de nuestra comunidad al servicio del empleo», señalando como «motores» una «fiscalidad adecuada, la gestión eficiente de los recursos y un sistema de financiación justo y equitativo». Los dos primeros son dos grandes promesas de su Gobierno. El tercero corresponde al Estado, que estuvo representado por la ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero, pero no llegó a escucharlo porque tuvo que marcharse antes de oír el discurso de Moreno.

Sin mentar a Cataluña, el presidente andaluz alertó contra la «división y la crispación que desgraciadamente algunos pretenden y fomentan» para señalar que «la división es una amenaza que nos puede debilitar y menguar nuestras oportunidades» ante la que la respuesta es «la firme decisión de convivir en igualdad y cooperar desde el sentimiento común de que España es un gran país que formamos entre todos, cada uno con sus peculiaridades». Una concepción «solidaria y equilibrada» de país que es legado del 28F andaluz y que toca «defender ahora» con «voz potente y sensata que se escuche gobierne quien gobierne» para «no retroceder en consensos básicos».