Andalucía

La vuelta del verano

Ya se anuncia con cifras y datos, este verano ha sido de los más frescos que se recuerdan en la última década. Sólo hemos tenido una ola de calor, eso sí, era más fuerte que la ola que cantaba Rocío Jurado. Pero también se anuncia que el otoño viene con traje de verano. Así que hasta el Día de los Difuntos no guarde el vestuario de los treinta grados. Como hoy domingo, estaremos instalados en los 36ºC. Qué mal número para el momento político. Ya se lo ha dicho Pablo Casado a un alto dirigente de de la Unión Europea: España es un desastre; es que no hay nada más patriótico que las altas instancias de la política exterior tiren piedras contra tu propio tejado. Pero volvamos al domingo. Personalmente, estoy en Zahara de los Atunes, aprovechando que el calor alarga la temporada playera. Por tanto, lo que procede es enfangarse totalmente en las cañas y los barros que te ofrecen las revistas del corazón. Una llamada de teléfono no programada produjo uno de los terremotos más grandes que se recuerdan en los medios informativos. Claro está que quien llamaba era la reina de estos menesteres del corazón, la mismísima Isabel Pantoja. Más de una hora hablando en directo, vaciándose, desesperada, ocurrente, soberbia, tierna, llorosa... Un auténtico recital del personaje que concita más adhesiones y rechazos en este país. Telecinco disparó sus audiencias ese día en «Sálvame» y por el efecto contagio en otros programas de la cadena y durante varios días. Hay que tener en cuenta que Isa Pantoja está participando en «Gran Hermano Vip», una de las grandes apuestas de la cadena televisiva, siendo la causa del arrebato de la madre. Generalmente, en profesiones que son públicas, y más las artísticas o deportivas, si además de triunfar en alguna de ellas traspasas las barreras de las mismas y te conviertes en personaje nacional, esta situación te ayuda mucho en tu éxito. En el caso de Isabel es de los pocos casos que sucede lo contrario, la grandísima artista que es la Pantoja. Todos sus éxitos en medio mundo son de alguna forma eclipsados por el personaje. Claro que su leyenda y su historia dan para un culebrón de mil capítulos. La verdad es que cómo se van a comparar estas historias «Pantojiles» con las aburridas historias políticas. Que el número fuerte que ofrecen son las guerras de los másters, doctorados y de fin de fiesta, mentiras y más mentiras. En el Congreso, junto a los leones, tendrían que alzar un monumento a la mendacidad, que es una de las actitudes que más se practica entre los señores diputados de todos los partidos.

La noticia bonita es una puesta de largo, acto que había caído en desuso, y las cosas agradables, que lo que pretenden reunir a familias y a los amigos para pasar una noche de fiesta, para celebrar que la niña que pensaban los padres que era hasta hace poco, se ha convertido en una espléndida mujer. En este caso así es, se trata de una mujer con raza, con belleza. La fiesta reunió a muchos personajes de primera línea de los que gusta ver, porque en muchas ocasiones lo que te ofrecen es una especie de aquelarre de «pericos verbeneros».

En «¡HOLA!», la otra Isabel, «la Preysler», nos vuelve a ofrecer, supongo que por arte de magia, una demostración que sólo ella puede realizar: estar diez años más joven que en el anterior reportaje. Ya sé, me van a decir lo de siempre, que le habrán hecho de todo para aparecer con tan insultante juventud. La prueba del algodón es fácil, hágase usted también de todo, a ver si queda como ella. Por cierto, a la amiga de toda la vida de Preysler, me refiero a Carmen Martínez-Bordiú, le haría muchísima falta que le hicieran un «de todo» en esa barrigota que luce por las playas. Como primera medida, un bañador negro, que los hay ideales, y la figura mejora mucho.