Sevilla

Olores, sonidos y ciencia en la nueva exposición de Tutankhamón

El Museo Casa de la Ciencia de Sevilla descifra los misterios del Antiguo Egipto a través de réplicas y piezas originales de la tumba del gran faraón

Una muestra de la exposición "Descifrando el antiguo Egipto: Tutankhamón"del Museo Casa de la Ciencia-CSIC / Fotografías: Manuel Olmedo
Una muestra de la exposición "Descifrando el antiguo Egipto: Tutankhamón"del Museo Casa de la Ciencia-CSIC / Fotografías: Manuel Olmedolarazon

La Casa de la Ciencia de Sevilla descifra los misterios del Antiguo Egipto a través de réplicas y piezas originales de la tumba del gran faraón

Casi seis mil kilómetros de distancia separan el Templo de Dakka de Sevilla. Un lugar dedicado al conocimiento, cuya puerta se podrá atravesar, a partir de hoy y hasta julio del año que viene en el Museo Casa de la Ciencia, para descubrir los secretos de Egipto: la cuna de la humanidad.

La exposición «Descifrando el Antiguo Egipto: Tutankhamón», producida por Ingeniería Cultural, en colaboración con el CSIC, engloba –en ocho ámbitos– las ciencias que se desarrollaron en esta civilización como la arquitectura funeraria, la escritura jeroglífica, la agricultura, la astronomía, la momificación o la medicina.

La comisaria de la muestra, Marina Esteve, afirmó –en un recorrido guiado para la prensa–, que es «una exposición única en nuestro país» con «25 piezas originales» incluidas en un recorrido interactivo que mezcla contenido audiovisual, olores y sonidos para «teletransportase» hasta el momento exacto en el que Howard Carter descubrió la tumba en noviembre de 1922.

La muestra cuenta en total con 90 piezas entre las que destacan originales como vasos canopos y una cabeza de momia femenina, con más de 3000 años de antigüedad, que podrá verse solo durante el primer mes de exposición. Además, también es relevante la colección de más de 60 réplicas de las piezas del ajuar funerario de Tutankhamón, así como la representación a tamaño real de su sarcófago, a partir de los originales del Museo Egipcio de El Cairo.

Esteve explicó que «la clave de la exposición es descifrar toda la arqueología» a través de la desmitificación de cómo construyeron las pirámides y todas las falsas creencias que «las películas» han generado. Es decir, sí hay respuesta para entender todas las cuestiones que rodean a las construcciones y rituales del Antiguo Egipto. A través del hallazgo arqueológico más importante del siglo XX –la tumba de Tutankhamón– esta muestra tiene como objetivo, explicar, según los aportes científicos, el misterio matemático en torno al sistema constructivo de las pirámides o cómo se momificaban a los muertos.

«En un principio no se momificaba», afirmó la comisaria, para explicar que es un ritual, que se llevó a cabo cuando «decidieron enterrar a los muertos en tumbas de piedra», en vez de hacerlo bajo las arenas del desierto, lugar en el que se conservaban mejor los cuerpos. Como para los egipcios la preservación del cuerpo es imprescindible para su supervivencia en el más allá, «tuvieron que desarrollar técnicas como la evisceración, descerebración, la limpieza y secado externo e interno o la utilización de cebolla para conservar el cabello» que, a lo largo de los siglos, daría lugar a grandes avances en la medicina. Igualmente, con la astronomía o la agricultura, ciencias muy relacionadas porque gracias a la observación de las estrellas y las crecidas de los ríos, podían prever «el tipo de impuesto» que iban a aplicar.

Un recorrido creado para todos los públicos, con hologramas de pirámides y olores «a medio oriente, clavo e incienso» que acercan al visitante, aún más, a las momias y, en otra sala, «a cedro y sándalo junto a sonidos de excavación con voces de fondo» que simulan el descubrimiento, por parte de Carter y su equipo, del tesoro de Tutankhamón. Una exposición que llega a su desenlace como lo hacían los egipcios, «con el juicio final», y un sarcófago original que no dejará indiferente a ningún visitante.