Historia

Francia

Se busca enterrador para un régimen

La Razón
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Para no perder al lector en la explicación de esta sopa de acrónimos en la que ha degenerado el Estado autonómico, digamos que el Egopa es un sondeo que realiza cierto chiringuito académico de la Junta con arbitraria irregularidad: cuando los arúspices no leen números propicios en los posos del café, se quedan misteriosamente sin fondos y dejan correr el turno. Parió su ratón demoscópico, tras un año de gestación, la Universidad de Granada, quizás porque ahora la cosa pinta regular para el ponedor de la pasta pero amenaza con pintar peor. Alfonso Guerra, en su infinita sapiencia, ya advirtió que las encuestas las gana quien las paga y al denominado Cadpea no sólo lo sufraga el socialismo gobernante, sino que es su creador. Los números, despojados del aliño partidista, mantienen su proverbial tozudez y muestran pronósticos parecidos a lo que parece que viene en el conjunto del país: Ciudadanos se dispara, el PP amenaza derrumbe, el PSOE sobrevive y la izquierda desaseada retorna despaciosamente a la caverna de marginalidad que jamás debió abandonar. Es aventurado, desde luego, extraer tantas conclusiones pero lo que está fuera de discusión es el deslizamiento del electorado hacia la derecha, tendencia continental corroborada en recientes elecciones en Gran Bretaña, Alemania o Francia, entre otras. Ni siquiera el cargadísimo especiado de la cocina del Egopa ha disimulado el aroma a mayoría absoluta que desprende el sumatorio de centristas y populares, sin que el orden de los factores altere el producto pero con la certidumbre de que el influyente voto urbano se ha anaranjado definitivamente. Siempre que encuentren a los candidatos adecuados, que ni están ni se les espera. ¿Fátima Báñez e Inés Arrimadas? «Audentes fortuna iuvat», nos enseñó Virgilio.