Política

Relaciones laborales

La sanidad concertada sigue en huelga y los CAP hacen sudokus para reprogramar visitas

Quim Torra se escuda en el déficit fiscal e insiste en que con una «república catalana» respondería al malestar social

Ocho de cada diez centros de atención primaria, como el de San Rafael, recuperaron la actividad
Ocho de cada diez centros de atención primaria, como el de San Rafael, recuperaron la actividadlarazon

Maria Teresa por fin pudo vacunarse ayer de la gripe. Tenía hora el jueves, pero su enfermera se sumó a la huelga convocada por la Intersindical Alternativa de Cataluña (IAC) para reclamar las pagas extra de 2013 y 2014 que la Generalitat todavía debe a los funcionarios.

Maria Teresa por fin pudo vacunarse ayer de la gripe. Tenía hora el jueves, pero su enfermera se sumó a la huelga convocada por la Intersindical Alternativa de Cataluña (IAC) para reclamar las pagas extra de 2013 y 2014 que la Generalitat todavía debe a los funcionarios. En total, 1.100 millones secuestrados para contener el gasto público en época de vacas flacas que ahora reclaman los funcionarios –el 12 de diciembre, UGT y CCOO han convocado paros para pedir que se les devuelva lo que es suyo–. El conseller de Administración Pública, Jordi Puigeneró, aseguró que trabaja en una propuesta para negociar con los sindicatos.

El malestar de los trabajadores de los principales servicios públicos catalanes –sanidad, educación y función pública– que ha explotado esta semana en forma de huelgas y protestas ha empujado a diferentes departamentos del Govern a aparcar el «procés» y trabajar para dar una respuesta sectorial. Gobernar también era esto, aunque ayer Quim Torra volvió a escudarse en el argumento de que una «república catalana» dispondría de recursos suficientes para poder asumir todas las demandas sociales que se le plantean. «Cataluña se encuentra en una situación de déficit fiscal insoportable, tiene un 8% de déficit fiscal estructural y 15.000 millones de euros que se marchan a Madrid cada año y no vuelven», alegó.

Mientras Torra repite el discurso en los que los gobiernos independentistas se han escudado durante seis años de «procés», tras cuatro días de huelga, el CAP Adrià, en Sant Gervasi, volvió a llenarse de vida. Valentina se vio a las 16.30 con su médico de familia, tal y como tenía previsto, para comentar los resultados de una analítica. Y Bruna lo hizo con su pediatra, que le recetó un jarabe para combatir la tos.

Pero no todos los CAP volvieron a la normalidad, el 20% que depende de la concertada sigue en pie de guerra. También el sindicato minoritario de la CGT, que defiende los intereses de todos los profesionales de la primaria, al que no le satisface el acuerdo del Institut Català de la Salut (ICS) y Metges de Catalunya (MC), el sindicato mayoritario. El CAP Raval Nord o La Mina fueron algunos de los que pararon. Recuerdan que en 10 años de recortes han perdido a 920 profesionales y que contratar a 250 médicos ahora, medida que tampoco es seguro que pueda cumplirse no soluciona el problema. «Pedimos un cambio de modelo», reclama Antonio Atienza, médico de familia, que lamenta que la huelga haya generado listas de espera de hasta cuatro semanas.

El presidente del sector de hospitales concertados de MC, Xavier Lleonart, que se manifestó en Terrassa junto a más de 500 médicos informó de que no han desconvocado la huelga, que ayer tuvo un seguimiento del 70%. Denuncia que sus demandas fueron ignoradas en la negociación del convenio colectivo. Y hacen suyas les reivindicaciones de centros públicos. La semana que viene el director de CatSalut, Adrià Comella, se reunirá con las patronales sanitarias para abordar las demandas de los médicos de la concertada que han quedado excluidos del acuerdo.