Política

Exposición

Una exposición con sentimiento

CaixaForum invita a que su colección de arte dialogue con obras de otros museos

CaixaForum invita a que su colección de arte dialogue con obras de otros museos

¿Se pueden convertir los sentimientos en motivo de exposición? Eso es lo que propone la exposición que desde ayer puede visitarse en CaixaForum Barcelona. Para ello, la muestra toma como punto de partida la Colección de Arte Contemporáneo de La Caixa y que entra en diálogo abierto con piezas de catorce prestadores. Instituciones como la Fundació Miró, el Macba, Es Baluard-Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma y, sobre todo, el Mnac han dejado obras de sus fondos para construir el discurso expositivo que puede verse hasta el próximo 19 de mayo.

Son 44 obras que abarcan 700 años, gracias a la presencia de creadores de la talla de Joan Miró, Darío de Regoyos, Manolo Millares, Julio González, Colita, Joaquim Mir o Bill Viola, entre otros. Todo ello a partir del comisariado de Érika Goyarrola, con la intención de generar conocimiento y sensibilidad hacia el arte más actual, rompiendo las barreras que en ocasiones separan al público del arte contemporáneo.

Para Goyarrola, la muestra «Poéticas de la emoción» busca resaltar la capacidad de conmover que tiene el arte contemporáneo frente a aquellas posiciones que lo sitúan en un terreno más racional o preeminentemente político. De esta forma, se pretende profundizar en la forma en la que el arte ha incorporado las emociones en su discurso a lo largo de todos estos siglos. El conjunto presente en CaixaForum exhibe cómo son transformadas las emociones básicas a la experiencia humana en emociones estéticas representadas por medio de gestos, signos y formas que logran resistir al paso del tiempo.

Un exponente, por ejemplo, de lo que representa la exaltación colectiva la podemos encontrar en la gran tela de Joan Miró, «Mayo de 1968», donde aparece la iconografía habitual del gran pintor, pero ligada a los acontecimientos que se vivieron en ese momento, especialmente la mítica reividicación de los estudiantes parisinos.

Otro nombre clásico es el de Darío de Regoyos, con una pintura suya procedente del Mnac. Se trata de «Danza vasca», con la plasmación de una tradición celebración de un festejo religioso, con las emociones acompañando a los protagonistas del óleo.

Lo sublime nos llega con un cuadro espectacular de Joaquim Mir: una visita a los acantilados de Mallorca mediante un lenguaje propio del impresionismo, pero que conserva el muy personal len guaje plástico del pintor catalán. Esa «Puesta de sol» de 1903 dialoga con el Perejaume de «Paisatge 17» de 1985.

La abstracción, el gesto fuerte y contundente nos llega con uno de los maestros del grupo El Paso. Es «Homúnculo», una composición de 1960, de Manolo Millares con mano maestra para hablar con la abstracción.