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El postparto, el momento para cuidar a la madre y a la lactancia

El parto y el postparto son momentos de emoción y a la vez de cansancio, que conducen a la mujer a una debilidad física y emocional. Pueden faltarle fuerzas para superar las dificultades que pueda conllevar la lactancia
El parto y el postparto son momentos de emoción y a la vez de cansancio, que conducen a la mujer a una debilidad física y emocional. Pueden faltarle fuerzas para superar las dificultades que pueda conllevar la lactancialarazon

El parto y el postparto son momentos de emoción y a la vez de cansancio, que conducen a la mujer a una debilidad física y emocional. En ocasiones se ven mermadas sus fuerzas para enfrentarse y superar las dificultades que puedan presentarse en el postparto inmediato, lo cual puede llevar a socavar su confianza y afectar el establecimiento de la lactancia.

El papel de los profesionales sanitarios que atienden al binomio madre hijo es conseguir que todo recién nacido se alimente con leche de su madre, evitando el uso indiscriminado y no justificado de suplementos de leche de fórmula, que entran en conflicto con el buen establecimiento de la lactancia materna ya que acaban favoreciendo un destete precoz. Como sanitarios debemos ser capaces de promover y apoyar la lactancia materna ofreciendo alternativas más seguras a los suplementos de leche de fórmula. A continuación, detallo algunos ejemplos de cómo los profesionales pueden apoyar a las madres que quieren amamantar.

Hay que asegurar el contacto piel con piel con la madre inmediatamente después del parto se relaciona con un mejor establecimiento de la lactancia y con lactancias más prolongadas. Enseñar a las madres cómo amamantar aprovechando los periodos de alerta tranquila que presenta el recién nacido tras el parto, indicando a la madre cómo reconocer y atender las señales de hambre del lactante, transmite confianza y da seguridad a la madre que desea amamantar.

Mostrarle cómo puede extraerse pequeñas cantidades de calostro de forma manual, puede ser útil en los casos de que este indicado suplementar al bebé.

Hechas estas recomendaciones, lanzo una pregunta: ¿Por qué suplementar con leche de fórmula a un lactante por una pérdida de peso del 10 por ciento sin haber realizado una valoración previa de esa lactancia? Esta no es una práctica justificada. La pérdida de peso puede deberse a una inadecuada trasferencia de leche, causada por problemas de agarre o de succión. Como consecuencia, el pecho no recibe el estímulo adecuado para la producción de leche. Son problemas de fácil solución con la ayuda inmediata adecuada.

Las recomendaciones abogan por evitar la administración de suplementos, si no existe indicación médica justificada. Cuando la suplementación es inevitable, los sanitarios no podemos obviar, que como alternativa a la leche de fórmula está la de la propia madre. Debemos alentarle y enseñarle a la técnica de extracción, manualmente o con extractor. La primera es más adecuada por ser más cómoda y estimulante para la madre, permite un mayor reflejo de eyección y por ende una cantidad superior de leche.

A la vez, es nuestro cometido recomendar técnicas de suplementación que protejan la lactancia, por lo que no es adecuado ofrecer el suplemento con biberones. El empleo de un relactador es una alternativa preferible al biberón, con este método incitamos al bebé a mamar, a la vez que se estimula la producción de leche. Otras opciones válidas, son el empleo de una taza, cuchara o la técnica dedo jeringa. La utilización de una u otra técnica de suplementación va depender en gran parte del bebé, de la cantidad de leche a administrar y de las habilidades del administrador. Sea cual sea, el procedimiento elegido lo recomendable es permitir que sea el lactante quien controle el ritmo de alimentación. Un flujo rápido de administración puede hacer que tome cantidades innecesarias de alimento. Es más adecuado una pauta de administración lenta, es decir, que la toma dure alrededor de 20 – 30 minutos.

En los casos que no fuese posible suplementar con leche de la propia madre es conveniente animar a la madre a que realice extracciones de leche cada vez que el bebé recibe el suplemento (al menos ocho extracciones si el bebé no es amamantado), de este modo se aumenta la producción de leche y se evitan ingurgitaciones u otras complicaciones.

Las guías clínicas recomiendan las fórmulas hidrolizadas para suplementar durante la lactancia materna, ya que se evita con ellas exponer al lactante a las proteínas de leche de vaca. A su vez, hace más sencillo suspender el suplemento, por la percepción de que es más un tratamiento que un alimento.

Hay que realizar un estrecho control de la lactancia y del lactante cuando se utilizan suplementos. No se puede recomendar suplementar, sin asesorar sobre cómo debe ir retirándolos, ni tampoco es adecuado dar la recomendación tan habitual de: «lactancia materna a demanda y cada tres horas suplemento», porque no hay mejor forma de cargarse la lactancia que indicarlo así. Tanto las madres como los profesionales sanitarios deben de ser conscientes de los riesgos de la suplementación innecesaria. Como sanitarios debemos ser conscientes de que también estamos para ayudar a la madre que desea amamantar.

Pueden enviar sus preguntas a
consultalactancia@larazon.es