Iñaki Zaragüeta

La CEV cede ante el poder político

La Razón
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«No hay árbol recio ni consistente sino aquel que el viento azota con frecuencia». La frase es atribuida a un genio clásico, cordobés de la antigua Hispania, Lucio Anneo Séneca. A ella añado hoy «y, a pesar de ello, se mantiene firme, sin quebrarse». Una máxima que ayer los dirigentes de la CEV olvidaron cediendo a las presiones externas y arriesgando algún jirón de su imagen. Abandonar sus convicciones no es la mejor vía de comportamiento.

Me refiero a la decisión empresarial de sumarse a la manifestación del día 18 de noviembre con la excusa de reivindicar el cambio del modelo de financiación. Lo digo porque el objetivo se ha ido mancillando con el tiempo. Me limito a dar tres razones.

Una, porque ha vulnerado aquel argumento de que la CEV estaría presente si lo estaban todos los partidos parlamentarios. No lo estarán.

Dos, una organización con nivel de independencia y seriedad superior a otras, no ha tenido en cuenta que, después de la convocatoria, Rajoy se comprometió con el presidente de la Generalitat en que se cambiara la financiación.

Tercera. Además del claro sesgo político de los convocantes iniciales, han venido sumándose organizaciones independentistas y catalanistas en un momento especialmente delicado ¡Qué casualidad!.

Al tiempo. Confirmaremos el calibre de las pancartas, banderas y proclamas que destacarán en el evento.

Desconozco si ha habido más presiones que las del poder político. Como sociedad civil, se ha plegado a él. Así es la vida.