Elecciones autonómicas

Aguirre planta cara a las embestidas por la corrupción

La candidata del PP, Esperanza Aguirre, y el del PSM, Antonio Miguel Carmona, antes del debate
La candidata del PP, Esperanza Aguirre, y el del PSM, Antonio Miguel Carmona, antes del debatelarazon

El enfrentamiento más duro lo protagonizaron los candidatos del PP y del PSOE. Carmona rompió el «fair play» llamando a Aguirre «indecente»; ella le acusó de mentir.

Debían hablar del modelo de ciudad que quieren para Madrid, de sus propuestas económicas y del futuro de los servicios públicos; pero la corrupción terminó marcando algunos de los momentos más destacados de la primera ronda de debates entre los candidatos de PP, PSM, Izquierda Unida y UPyD al Ayuntamiento de Madrid. Se trataba, por tanto, de confrontar a los cuatro partidos políticos que actualmente tienen representación en el Pleno de Cibeles. Sólo dos de ellos, sin embargo –populares y socialistas–, parecen tener asegurado repetir si hacemos caso a las encuestas publicadas hasta la fecha y al último barómetro del CIS. Para Raquel López, de Izquierda Unida, y David Ortega, de UPyD –el único que repite como candidato de los comicios de 2011–, estos debates se presentaban como la última gran oportunidad para captar votos entre los indecisos. Marginados del mapa electoral por el empuje de Ciudadanos y Podemos, López y Ortega estaban obligados a pasar a la acción y no siempre lo demostraron.

Fueron, eso sí, enfrentamientos más ágiles que los que pudieron verse en el debate a seis de la semana pasada entre los cabeza de cartel a la Comunidad de Madrid el 24-M. El formato permitió que los políticos se interrumpieran e incluso se interpelaran de forma directa.

De entre todos los «rounds», sin duda, el protagonizado por Esperanza Aguirre y Antonio Miguel Carmona fue el que más titulares dejó. También el más relevante para el futuro de la gobernabilidad de la ciudad. No en vano, Aguirre llegaba a esta cita con la ventaja de saberse, según las encuestas, la opción favorita entre los madrileños, aunque sin mayoría absoluta. Carmona, por su parte, aterrizaba en Telemadrid con más urgencias, ya que no todos los sondeos le confirman como la segunda fuerza política.

Quizá por la necesidad de marcar la pauta de su enfrentamiento de Aguirre, fue Carmona el primero en tirar de hemeroteca. Le recordó en su primera intervención «Tamayazo», los casos «Gürtel» y «Bankia» y la investigación al ex ministro Rato. Acusaciones sobre escándalos ligados al PP que el candidato socialista acompañó de duros ataques a Aguirre al calificar de «siniestra» su trayectoria: «No debería pedir el voto, debería pedir perdón». Antes, había asegurado que su modelo de ciudad pasa ineludiblemente por «terminar con el gobierno del PP tras 26 años». La candidata del PP contraatacó a las acusaciones de Carmona –«miente con el ‘‘Tamayazo’’ y la mentira es el arma de los totalitarios»– y presumió de gestión poniendo encima de la mesa su balance como presidenta de la Comunidad de Madrid: se declaró «orgullosísima» de haber puesto en marcha la libertad de elección en Sanidad y Educación, de haber doblado el presupuesto de los servicios sociales y aumentado la contratación de médicos y enfermeras. Para el intercambio de golpes, Aguirre se guardó una de las polémicas protagonizadas en el pasado por Carmona. Mostrando a cámara una portada de LA RAZÓN, la candidata del PP le recordó al socialista que tuvo que dimitir tras asegurar, tras la catástrofe del «Prestige», que «si hace falta, hundimos otro barco». La presidenta del PP de Madrid destacó que lo importante para luchar contra la corrupción es «cortar el cuello a los implicados y a pedir perdón», como aseguró que hizo ella cuando estalló la «Gürtel».

Carmona no quiso dejar ahí el cuerpo a cuerpo. Recriminó a Aguirre «llevar imputados por prevaricación y cohecho en las listas», mencionó los casos de corrupción relacionados con Granados, López Viejo y algunos alcaldes, y la instó a que hiciera pública su declaración de la renta. «No es quién para darnos lecciones de honradez y de decencia, señora Aguirre», llegó a reiterar en varias ocasiones: «Que usted hable de regeneración democrática es como si el presidente de Corea del Norte hablara de democracia pluralista», concluyó Carmona.

Frente a estos ataque, Aguirre aseguró que «todos los madrileños saben que no he robado» e insistió en que Carmona mentía. Aprovechó uno de sus turnos para lanzar un dardo a Podemos –«la ‘‘libertad’’ es una palabra que a los socialistas y a los bolivarianos les da alergia»– y a continuación se centró en algunas de las medidas concretas incluidas en su programa: bajada de impuestos, la eliminación de trabas al emprendimiento y la descentralización en las Juntas de Distrito. Respecto a las medidas concretas que formularon en regeneración democrática, ambos coincidieron en lo esencial. Aguirre destacó la importancia de «prevenir» y reiteró su intención de crear un Portal de la Transparencia para informar en tiempo real de los gastos del consistorio y de reformar la ley de contratos públicos para reducir hasta los 3.000 euros el límite para hacer adjudicaciones sin concurso. Carmona, por su parte, aseguró que, si se convierte en alcalde, creará una Oficina Antifraude independiente, una medida que, según el candidato, hubiera evitado que Madrid se hubiera convertido en el «‘‘prime time’’ de la corrupción en España».

En su intervención final, Carmona instó a los madrileños a apostar por la «decencia» en el «plebiscito» del 24-M para que «Madrid pertenezca a los madrileños y no a los asesores del PP». Por su parte, Aguirre aseguró enarbolar «los mismos principios y valores de siempre» para hacer una ciudad «más libre, más abierta, más próspera y más solidaria».