Ayuntamiento de Madrid

Quinto cubo para restos de comida y jardín en octubre

Dos millones de madrileños de doce distritos tendrán que acomodar un contenedor marrón

Quinto cubo para restos de comida y jardín en octubre
Quinto cubo para restos de comida y jardín en octubrelarazon

Dos millones de madrileños de doce distritos tendrán que acomodar un contenedor marrón

A partir de octubre dos tercios de la capital tendrán que separar los residuos orgánicos entre dos contenedores. El cubo marrón, que el Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid probó el pasado noviembre en 17 «barrios-piloto» se extenderá un año después a la población de 12 distritos. Este «quinto cubo», que convivirá con los ya existentes amarillo (envases), verde (vidrio), azul (papel) y naranja (resto), obligará a los madrileños a distinguir entre restos de comida y restos orgánicos que no son reciclables en el contenedor marrón.

Los residuos de este nuevo contenedor servirán para producir compost (abono) y biogas desde el centro de tratamiento de Valdemingómez. Así, desde el inicio de la prueba piloto se han recogido 8.738,23 toneladas de este tipo de restos y, entre mayo y noviembre, se incrementó el volumen en un 66% después de una campaña de concienciación que se realizó el pasado otoño antes de implantar el cubo en los barrios-piloto. Es por ello que se realizará una nueva oleada informativa dirigida a las 1.913.000 personas que se sumarán en octubre a la ampliación de la recogida selectiva.

A más de 100.000 personas y 2.000 comercios se les entregó un kit de reciclado y se realizaron visitas a domicilio para explicarles qué se recicla en el cubo marrón, así como otras iniciativas informativas en centros educativos y centros comerciales. De hecho, según explicó ayer Sabanés junto al director general de Limpieza y Residuos, Victor Sarabia, los resultados de la prueba han sido mejores de lo esperado y tan sólo ha habido un 25% de «errores» en el nuevo contenedor marrón.

Y es que la mayor parte de errores se han producido respecto a los residuos que son orgánicos pero no pertenecen al cubo marrón, tales como excrementos de animales o pelo que deben ir al cubo de tapa naranja. «Las explicaciones más habituales han sido sobre lo que no entra, ya que fundamentalmente en el cubo marrón van restos de comida, de jardinería y servilletas manchadas de restos orgánicos, entre otros», detalló Sarabia, que dirigió a los ciudadanos a la página web www.aciertaconlaorganica.es, así como al 010 y a las redes sociales municipales para resolver las dudas sobre qué va en cada contenedor.

Asimismo, respecto al problema de espacio que suponen nada menos que cinco cubos diferentes –además de los residuos electrónicos, aceite usado, aerosoles o pilas, que van al punto limpio– en los domicilios de los madrileños, la delegada de Medio Ambiente recordó que tanto los de tapa naranja como marrón son de recogida diaria por lo que no es necesario tener contenedores de gran tamaño para almacenar la basura hasta el día de la recogida correspondiente, como ocurre con los envases. «Además, gracias a esta nueva separación se tardará más en llenar el contenedor de restos (naranja)», aseguró. Igualmente, Sabanés explicó que el Ayuntamiento ha hecho un «esfuerzo económico importante», cuyo coste aún se está evaluando. Para la experiencia piloto el ayuntamiento instaló 5.618 contenedores de tapa marrón y destinó 13 camiones compactadores. En otoño, se establecerán nuevas rutas para los distritos de Arganzuela, Ciudad Lineal, Chamberí, Hortaleza, Latina, Moncloa-Aravaca, Puente de Vallecas, San Blas-Canillejas, Tetuán, Villaverde y Vicálvaro, que se enmarcan dentro de una estrategia de reciclaje que se anunciará la próxima semana.

Además, la delegada de Medio Ambiente y Movilidad explicó que pretenden «tener esta nueva fracción orgánica implantada en su totalidad en 2020», que es además un objetivo de recuperación de residuos de la Unión Europea. «La idea es reducir al mínimo el contenedor de tapa naranja y los elementos que tienen una capacidad de reciclado mínimo o un proceso de reciclaje muy complejo, como los cepillos de dientes, pañales o excrementos de animales», añadió Sarabia.