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“Yo sentía que era mejor madre antes de ser madre”

El club de malasmadres nació tras una cuenta de Twitter en la que Laura, una publicista y diseñadora, encontró desahogo tras abandonar su carrera profesional ante la imposibilidad de conciliar su maternidad. Hoy, este club es una comunidad formada por más de un millón de madres que abogan por un relato más realista de lo que significa en la actualidad tener un bebé. Así lo explica en Mejor Conectados, la plataforma de contenidos de Telefónica para conectar historias increíbles

Laura Baena Fernández sentía que era mejor madre antes de ser madre.
Laura Baena Fernández sentía que era mejor madre antes de ser madre.TelefónicaLa Razón

Laura Baena Fernández(reivindicando el segundo apellido, el de su madre) sentía que era mejor madre antes de ser madre. “Tú te visualizas con ese modelo de madre perfecta, que va a hacerlo todo bien, que va a hacer tarta de fambruesa a sus hijas y que va a tener paciencia infinita, pero luego la realidad es bien distinta”, comenta para Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica para poner en valor historias de personas que conectan.

En esa realidad, llena de “desesperación, pérdida de control y de ganas”, Laura decidió abrir una cuenta de Twitter, @malasmadres, para comentar situaciones cotidianas y sensaciones que tenía con respecto a ser madre. Era enero de 2014 y había dejado su trabajo como creativa publicitaria, tras haber intentado una conciliación entre su vida con una hija de dos años y la profesional sin ningún éxito.

Su intención era la de reivindicar una conciliación laboral y familiar real, en la que las mujeres que son madres puedan disponer de un espacio propio. En seguida, encontró un apoyo que no esperaba: “Cuando me desahogo en Twitter, veo que salen muchas más malasmadres del armario”, relata. “Había una necesidad de que alguien dijera qué es de verdad la maternidad y fui yo”.

Hoy, el de las Malasmadres es un club que cuenta con más de un millón de socias que luchan cada día por romper el mito de la “madre perfecta” y desacralizar el todavía hermético relato de cómo tiene que ser una madre, desde el humor y la comprensión. Se definen como una “una comunidad emocional 3.0 de madres que tenemos mucho sueño, poco tiempo, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo o al menos de morir en el intento.”

Y de momento, no van mal en eso de cambiar el mundo.

Hoy, el de las Malasmadres es un club que cuenta con más de un millón de socias que luchan cada día por romper el mito de la “madre perfecta”.
Hoy, el de las Malasmadres es un club que cuenta con más de un millón de socias que luchan cada día por romper el mito de la “madre perfecta”.TelefónicaLa Razón

La conciliación es cosa de todos

Laura cuenta que, al principio, y debido a su nombre, muchas personas pensaban que su lucha iba solo encaminada a la conciliación para las madres, pero señala contundentemente este error. “La conciliación va mucho más allá, tenemos que conciliar todos y todas”, afirma en el lugar para inspirarse y aprender que es Mejor Conectados.

Algo en lo que aún tenemos mucho que trabajar: como apuntan desde Malasmadres, vivimos en una sociedad en la que ser madre está penalizado social y laboralmente y en la que el cuidado de los hijos recae, en muchos de los casos, únicamente en ellas. No se ve como una respondabilidad social a compartir y con una elevada frecuencia, muchas madres tienen que renunciar a su trabajo y también a su vida personal.

Para poner estos datos en práctica de una forma mucho más elocuente, Laura y las malasmadres proponen hacer La Rueda de la Vida: con un sencillo círculo, se trata de dividir en quesitos nuestro día, en función de las horas que les dedicamos a cada actividad: trabajo, tiempo personal, deporte, amigos… Laura, así, comprobó que la maternidad y Malasmadres consumían casi la totalidad de su tiempo: “No tienes tiempo de pareja, ni para hobbies, ni para amigos, ni para llamar a tu madre…”.

Por eso es necesaria la conciliación y la colaboración entre todos. Para Laura, la conciliación, por un lado, no es solo cosa de las mujeres y madres: también apela a los hombres, que tienen que acompañarlas y con los que tienen que formar equipo. Por otro, comenta, la conciliación sí es solo cosa de mujeres y madres “porque somos las que la sufrimos”.

Y es que las cifras hablan por sí solas. Según los datos recogidos por el Club de Malamadres, son las mujeres las que solicitan excedencias o las que interrumpen su jornada laboral para atender a un hijo o hija cuando enferma, y las que siguen soportando el peso de las tareas del hogar. Además, el 90% de las reducciones de jornada laboral son de mujeres y 6 de cada 10, al ser madres, se ven empujadas a renunciar a su carrera profesional.

La gestión de la culpa

Uno de los principales rasgos de las malasmadres es, como cuenta Laura, la culpa que muchas mujeres sienten en el manejo de su vida diaria cuando llega la maternidad. “Yo me sentía mala profesional, mala creativa, mala madre, mala hija, mala amiga…”. La falta de tiempo para llegar a todo y el complejo de superwoman con el que muchas madres lidian a diario es el principal foco de esta sensación que muchas comparten.

“Cuando te dan al bebé, te dan una mochila que se llama culpa y tienes que vivir con ella”. Para Laura, es esencial seguir haciendo las cosas, aunque sea con culpa: “Cuídate con culpa, pero cuídate; lucha por tu carrera profesional con culpa, pero hazlo”.

Por último, en este Mejor Conectados -plataforma por la que ya han pasado personajes de la talla de Rafa Nadal, Teresa Perales o Javier Gómez Noya- también podemos aprender de los consejos que Laura tiene para una malamadre primeriza: que no haga caso a los juicios externos, que se deje llevar por su intuición y su amor de malamadre, y que siga a gente que realmente le aporte. “Hoy en día lo bueno de estar conectados con la red es que tenemos mucha información, de expertos y expertas que dan aprendizajes y formación estupenda”, explica.

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