Este Citroen 2CV se ha subastado por más de 140.000 euros

141.960 euros. No, ese no es el precio de un Ferrari de época, sino de un Citroën 2CV muy especial. ¿Cómo ha podido alcanzar esta cifra un modelo que fue tan popular en Europa en los años 80 y 90?

Hay varias razones, porque un Citroën con estas características es prácticamente inalcanzable, por no decir que es único en el mundo.

Como nuevo, literalmente

Lo primero que hace único al 2CV subastado es su kilometraje: el coche ha recorrido sólo 9 km. En la práctica, ni siquiera ahora, cuando recoges un modelo nuevo en el concesionario, puedes encontrar un modelo tan recién salido de fábrica. El Citroën nunca se ha vendido ni matriculado y es, de hecho, una especie de cápsula del tiempo.

El modelo salió de la fábrica en 1990, pero algunos componentes no tienen los códigos que se suelen aplicar en las fábricas. El aceite del motor, el líquido de frenos e incluso el aire de los neumáticos son los mismos que en 1990.

Es probable que el coche haya recorrido 9 km sólo para ir de una parte a otra de la fábrica y realizar una rápida prueba de seguridad en carretera. De hecho, el subastador asegura que el habitáculo «huele a nuevo».

Más especial que un Ferrari

El Citroën ha estado en un garaje durante 30 años y, obviamente, está en perfectas condiciones. El hecho de que este 2CV es un Charleston aumenta significativamente el precio de remate. No se puede descartar que dos o más personas estuvieran pujando por el coche durante la subasta.

Presentado en el Salón del Automóvil de París de 1980, el acabado especial Charleston presentaba una pintura negra y roja delage y tejidos interiores de pata de gallo. Con el paso de los años, el Charleston tuvo bastante éxito y la producción aumentó a 8.000 unidades.

Un 2CV Charleston bien conservado suele encontrarse por entre 13.000 euros y 15.000 euros. Otros 2CV más raros y restaurados por expertos han alcanzado cifras más altas, de hasta 66.000 o 75.000 euros. Sin embargo, nunca antes un 2CV había alcanzado un precio de 141.000 euros, lo que supera incluso a un clásico como el Ferrari 308 GTB.