Ciencia
Voyager Station, el hotel de lujo en el espacio que será realidad en cinco años
La empresa estadounidense Orbital Assembly avanza en su proyecto de llevar el descanso y las vacaciones 1.000 kilómetros por encima de la Tierra.
¿Te imaginas cómo sería colgarte del aro de esa canasta a la que nunca has llegado para hacer un mate estratosférico? Pues lo puedes hacer de dos maneras: o con una cama elástica, o reservando una plaza en el Voyager Station, el primer hotel construido para que te puedas ir de vacaciones al espacio y, de paso, poder aprovecharte de la ausencia de gravedad para dar el salto de tu vida y emular a los grandes del baloncesto.
El proyecto está liderado por la empresa estadounidense Orbital Assembly, que prevé su entrada en funcionamiento en 2027, aquí a la vuelta de la esquina, como quien dice. Según el antiguo CEO de Orbital Assembly y actual presidente de la Gateway Foundation, John Blincow, “la industria de construcción en el espacio está en auge, a una velocidad inaudita”, y esa es la línea esta compañía aeroespacial creada en 2018. “Estamos tratando de que el público se dé cuenta de que esta era dorada de los viajes espaciales está a la vuelta de la esquina. Se acerca. Se acerca rápido”, añadió, profético, Blincow.
La estación espacial estará compuesta por 24 módulos conectados por huecos de ascensor que formarán una rueda giratoria orbitando la Tierra y hasta el hotel se viajará en cohetes Starship, cuyo diseño corre a cargo de la empresa SpaceX, propiedad del todopoderoso Elon Musk, cuyos intereses por los viajes al espacio ya son de dominio público.
Aún se desconocen las tarifas para poder ocupar una de las villas vacacionales que se instalarán en pleno espacio, pero, al menos en sus primeros meses de funcionamiento, los precios supondrán varios millones de dólares, teniendo en cuenta la potentísima inversión que están llevando a cabo sus promotores.
Está previsto que en la Voyager Station haya habitaciones de 30 metros cuadrados para estancias de unos días, pero también villas de hasta 500 metros cuadrados con cocina, tres baños y camas para hasta 16 personas, además de la mayoría de las comodidades que ya poseen los exclusivos hoteles terráqueos.
El hotel estaría ubicado en un lugar entre 160 y 2.000 kilómetros por encima de la corteza terrestre y los promotores, en principio, no renuncian a nada. Ni siquiera a que allí, en la Voyager Station, haya espacio y tiempo para conciertos protagonizados, según Blincow, por “los músicos más grandes del mundo”, aunque, en su opinión, “la mayor atracción de estar en gravedad baja es simplemente correr y experimentar lo ligero que estás”.
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