Cultura

De Rivas al equipo de J. K. Rowling

Los dibujos de dos niñas madrileñas han sido seleccionados para ilustrar «El Ickabog», último libro de la afamada autora de la saga de Harry Potter

Cuentan quienes lo vivieron, que el último fue un «verano fantasma». Que en los parques lo único que se oía era el rechinar de los columpios mecidos por el viento, que las calles se vistieron de gala como cada año, con banderines de colores y flores, pero que las fiestas nunca llegaron a bailarse. Dicen, incluso, que todos los viajes y hasta los juegos tuvieron que aplazarse. Un verano sin chapuzones, sin fiestas, sin amigos. En fin, un verano que no merecería ninguna historia si no fuera porque, pisándole los talones, el otoño llegó con el final feliz. «Traigo un paquete para María y Verónica», dijo monótono el mensajero tras llamar a la que para él era una puerta cualquiera. Al otro lado, convertidas en un torbellino, las dos niñas concentraron toda la emoción contenida durante semanas tras sus enormes ojos verdes para lanzársela en forma de sonrisa a aquel hombre uniformado que, sin saberlo, tenía entre sus manos un tesoro como recompensa a un verano fantasma ahí fuera, pero muy fructífero entre las paredes de una casa en Rivas que rezuma arte. Y es que, lo que escondía la caja que hizo explotar de felicidad a María y a Verónica aquel día era nada más y nada menos que un ejemplar de «El Ickabog», la última aventura literaria de J. K. Rowling, ilustrada, entre otros, ¡por ellas mismas!

«Lo quisimos plantear como un proyecto didáctico, para que ellas aprendieran ciertos conceptos y teorías en torno a la composición, la luz o los colores», reconoce el orgulloso padre y culpable de que las dos hermanas participaran en el concurso de dibujo convocado por la afamada autora de la saga de Harry Potter. «La verdad es que la idea fue de papá, pero a nosotras nos encantó y es una afición que tenemos dese siempre», dice María a sus diez años. Y aunque pueda parecer exagerado, la niña solo puede estar en lo cierto teniendo en cuanta que su madre estudió Bellas Artes y su padre se dedica a la animación, lo que explica también la profesionalidad de las artistas: «Podías enviar tantos dibujos como quisieras, pero nosotras solo presentamos ocho en total porque cada uno nos podía llevar una semana entre repetir, repetir y repetir», explica la hermana mayor mientras la pequeña asiente con la expresión satisfecha. «Tenemos una mesa de luz para ver negativos en la que ellas trabajaron sobre bocetos que después pasaban a limpio en escala grande y, por último, añadían el color», respalda el padre y maestro de lecciones estivales sobre lo que es el punto focal o en qué consiste la ley de los tres tercios.

Después de semanas de trabajo, llegó la recompensa: «De los ocho dibujos nos preseleccionaron seis, tres de cada una; ya entonces nos pusimos muy contentas, pero cuando supimos que habíamos ganado, ¡más aún!», narra Verónica a sus ocho años con el desparpajo de quien ya ha respondido a más de una entrevista. Porque conseguir que tus dibujos estén entre los 34 seleccionados para ilustrar la edición en español de la última obra de una escritora de éxito internacional es motivo de noticia, más si el concurso contó con un total de 2.000 participantes de 19 países. Las ilustraciones de María y Verónica son dos de las 14 ganadoras españolas, siendo que las hermanas con su creatividad y esfuerzo han colocado en el mapa no Madrid, sino Rivas.

Antes incluso de saber quién es esa tal J. K. Rowling, estas dos niñas que sueñan con ser pianistas o nadadoras profesionales, arquitectas o diseñadoras de joyas, escritoras, poetas, pintoras o directoras de cine y todo a la vez, pasaron a formar parte del equipo de una de las autoras más leídas en el mundo. Porque María y Verónica han dado color a un cuento que la «madre» de Harry Potter escribió hace una década para leérselo a sus hijos antes de dormir y que, durante la primera ola de la Covid-19, recuperó y difundió por Internet para amenizar las noches de una nueva generación de lectores y lectoras y que, desde el 10 de noviembre, está disponible en librerías gracias a la editorial Salamandra. «Aquí están nuestros nombres, junto al suyo», señalan complacidas en sus ejemplares firmados refiriéndose a la autora como Joanne y dejando suspendida en el aire, sino una moraleja, una esperanzadora reflexión: hoy J. K. Rowling no habría tenido que esconderse tras unas siglas. Y así, las tres, sin conocerse, se encontraron en un cuento de hadas gestado en un verano fantasma y hecho realidad en un otoño mágico.

Las bibliotecas de Rivas, las otras ganadoras

Además del honor de compartir páginas con J. K. Rowling, el premio por haber sido ganadoras del concurso de ilustración de «El Ickabog» es un lote de libros de la editorial Salamandra –la filial española de Penguin Random House, editora de las obras de la escritora inglesa– valorado en 300 euros para cada una y que las pequeñas artistas ceden a sus bibliotecas favoritas que, como no podía ser de otra manera, se encuentran en Rivas-Vaciamadrid. María, la mayor, ha elegido la Biblioteca Federico García Lorca, mientras que su hermana, Verónica, ha optado por la Biblioteca Gloria Fuertes. Durante esta semana, las dos protagonistas participarán en el acto oficial de entrega de los libros, en el que no faltarán representantes políticos del Ayuntamiento y que, de alguna manera, pondrá el broche final al que ha sido en palabras del padre de las niñas «un viaje muy bonito y una experiencia genial».