Mensaje electoral

La voz de los candidatos: de la tensión en el mentón de Ayuso a la mímica paralizada de Gabilondo

El Colegio de Logopedas de Madrid analiza para LA RAZÓN los parámetros acústicos que definen a los cabezas de cartel del 4-M y hasta qué punto pueden condicionar su imagen

Ayuso, Gabilondo y Monasterio
Ayuso, Gabilondo y MonasterioLa Razón

Si hay una regla de oro para que un político sea aceptado es la credibilidad del mensaje, especialmente en un momento crucial como es una campaña electoral como la que arranca para las elecciones del 4 de mayo en Madrid. ¿Pero qué elementos entran en juego para ganarse la confianza del votante? ¿Cuenta solo el mensaje? ¿Puede una voz cambiar un voto? «No necesariamente, pero puede ser un elemento de acercamiento, igual que la belleza, que no es un elemento político, no motiva el voto, pero lo acerca», explican expertos en comunicación del PP que han dirigido campañas electorales en distintos países. «Un discurso bueno te lo puedes cargar si no hay una buena entonación porque lo importante no es tanto la voz que tengas, sino que seas capaz de poner la fuerza necesaria para transmitir, hay que darle el empaque emocional que exige ese discurso», añaden las mismas fuentes. Por eso hay muchos políticos que han puesto especial empeño en trabajar un aspecto importante como la voz para tratar de imprimir una determinada imagen, como es el caso de Margaret Thatcher. La política británica llegó a realizar un entrenamiento vocal para desprenderse de su tono agudo hasta el punto de modificarlo en 60 hertzios para lograr un tono más grave que imprimiera más autoridad.

Teresa Yerro, especialista en voz hablada y cantada y componente del grupo de trabajo de Voz del Colegio de Logopedas de Madrid ha analizado para LA RAZÓN los distintos parámetros acústicos que definen a los candidatos al 4-M. Así, considera que Ángel Gabilondo (PSOE) es el candidato masculino con voz más grave y eso resulta «tranquilizador». «El timbre es el DNI de cada uno y el de Gabilondo es agradable, pero a veces no es claro. No articula bien por la falta de movilidad labial, su articulación es interna. Tiene una mímica paralizada. Debería relajar el entrecejo y cambiar las gafas para compensar y tener una mirada más clara. Sus gestos son bastante adecuados y relajados y su expresividad correcta. Gana cuando agudiza el tono de voz, es más enérgica sin ser agresiva».

Para la experta, Isabel Díaz Ayuso (PP) tiene un timbre «claro y reconocible. Su tono agudo lo sabe manejar para resultar más creíble. Mantiene una entonación adecuada, aunque tiene una tensión mentoniana y labial. A veces la respiración le juega malas pasadas por la tensión y tiene que hacer frases cortas». Yerro asegura que sus ojos tienen mucha fuerza en la cara de Ayuso, pero justamente por eso considera que debe jugar con la mirada y con movimientos de cabeza para compensar o bien aumentar la movilidad labial y así evitar «una mímica un poco estática» que podría dar sensación de rigidez excesiva. En lo que respecta a su discurso «suele ser corto, tipo tuit, con frases lapidarias y palabras clave. Es agresiva, pero directa cuando habla».

Rocío Monasterio (Vox) Es la voz femenina más aguda pero «lo disimula con los cambios de entonación a veces con sonido descendido, casi rasposo que ayuda a crear cercanía y transmitir tranquilidad. En los mítines es donde se manifiesta su tono de voz agudo que le ayuda a proyectar y llegar a su público”. Opina que tiene una mímica «excesivamente paralizada, no mueve los labios al articular y una de sus armas es la sonrisa mantenida que si la estira mucho se convierte en algo sarcástico. Su discurso es directo de frases cortas y palabras clave. Suele ser agresiva y sarcástica».

Edmundo Bal (Cs) es el candidato masculino con el tono más agudo que «puede dar una sensación de inseguridad, pero emplea una intensidad suave y su timbre resulta agradable. Cuando se enfada puede resultar excesivamente agudo y tensionante. Su estilo suele ser también directo, claro». En general, «tiene mucha gestualidad, incluso excesiva en la tribuna, y descarga muy bien la tensión en las manos sin descalificar en el mensaje».

Mónica García (Más Madrid) es, de todas las candidatas, la que tiene el tono más grave. «Da seguridad. Tiene un timbre claro, muy buenas inflexiones en la entonación, es comunicativa gestualmente y maneja bien la mirada». El suyo es un discurso que «no es agresivo, pero tiene un cuello muy poderoso que tiende a tensionar y que debería relajar».

Pablo Iglesias (Unidas Podemos) es un «orador ágil, comunica de forma clara y sin precipitarse. Su tono de voz es cambiante. En espacios de televisión tiende a agravarlo y lo airea, lo que crea cercanía. En tribuna su voz es más aguda, lo mismo que en los mítines. Asiente con la cabeza para producir cercanía y mantiene el contacto ocular».