4-M
El feudo de Vox: del Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón a la Asamblea de Madrid
La formación de Santiago Abascal cuenta con representación en las instituciones desde las elecciones municipales de 2015, cuando logró 22 ediles en todo el país, tres en la localidad madrileña
«A los jóvenes no les gusta la vida fuera de la ciudad», se dice. De la misma forma que muchos aseguran que los conservadores no van al teatro, mucho menos se suben a un escenario.
«Todos los universitarios votan a la izquierda», se generaliza. Igual que algunos piensan que los pensionistas solo confían en los partidos con mucha historia. «Mujer de derechas es sinónimo de ser madre y ama de casa», se suele dar por hecho. Como la mayoría afirma que un hombre que vota a Vox no tiene inquietudes culturales ni preocupaciones medioambientales. Pero, aunque se diga, se generalice o se dé por hecho, la realidad del día a día es otra cosa.
Miriam López es alumna de segundo de carrera en la Universidad Francisco de Vitoria. Estudia un Doble Grado en Administración y Dirección de Empresas y Análisis de Negocios, aunque en su título esto aparecerá en inglés porque su formación es bilingüe.
Es la hermana mayor de tres y, como a cualquier chica de 19 años, le gusta salir con sus amigos, pero también pasar tiempo en familia. Sabe que algún día se lanzará a la aventura de vivir en el extranjero, pero lo hará con la mirada puesta en el regreso a casa, en la vuelta a Villaviciosa de Odón.
«Incluso desde antes de poder votar, soy afín a Vox, un partido que se rige por el sentido común y que, a diferencia de los demás, defiende el concepto de patria y lucha por los derechos de todos los ciudadanos del país», revela esta joven para la que el bipartidismo es cosa del pasado.
Eulogio Puente tiene 52 años más que su vecina, pero comparte con ella el cariño por su tierra. Se casó en 1975 con Rosa y sus hijas Irene, Cecilia y Olga se lo han premiado con cuatro nietos a los que adora. Mucho antes de que la electrónica se consolidara como clave económica y social del futuro, Eulogio apostó por ella y ha trabajado casi medio siglo sin descanso, primero como jefe de una fábrica de telecomunicaciones y después como gestor de calidad y medioambiente. Ahora, como pensionista, se dedica a jornada completa a sus pasiones: la música, un amor inculcado por la chelista, la violinista y la flautista que tiene en casa; y el teatro, una afición que le ha permitido recopilar experiencias hasta en el Teatro Romano de Mérida.
«Voto a Vox desde 2015, cuando surgió como gran alternativa a los partidos tradicionales en Villaviciosa de Odón y no voy a cambiar de opción en estas autonómicas», reconoce el actor y corista amateur.
Antes de que Vox irrumpiera en la política nacional en general y en el Ayuntamiento de este municipio de más de 28.000 habitantes en particular, Eulogio, como muchos otros simpatizantes del partido de Rocío Monasterio, votaba al Partido Popular: «Vox fue creado aquí por un grupo de personas sin ninguna vinculación política y con el propósito de mejorar nuestras perspectivas de futuro; me convencieron con su entusiasmo para evitar la deriva que se presagiaba», explica. Y aunque Miriam nunca ha elegido una papeleta que no sea esta, justifica su intención de voto de la misma manera: «Después de muchos años de gestión del PP, y siendo los últimos bastante poco efectivos, Villaviciosa de Odón necesitaba un cambio, y por eso Vox consiguió representación».
No obstante, cuando se refieren a la Comunidad de Madrid, los dos simpatizantes de Vox coinciden a la hora de conceder algún mérito a la presidenta: «En cuanto a la gestión de la pandemia, me parece que Isabel Díaz Ayuso ha tenido en todo momento las ideas más claras que el Gobierno central, pues ha mirado por la salud de los madrileños sin dejar de lado el aspecto económico», admite la universitaria para la que, aun así, las de la candidata del PP «no son medidas suficientes». En la misma línea, Eulogio añade parte de la responsabilidad a los antiguos socios de Ayuso: «No transmitían cohesión y se percibía su inseguridad, quizás por los coqueteos de Ciudadanos con la oposición».
¿La solución para ellos? Rocío Monasterio, gobierne o no. «Me gustaría que el programa de Vox se complementara con las intenciones de Isabel Díaz Ayuso de dinamizar la economía, y así reducir al máximo la tragedia del paro juvenil o volcarse con la cultura sin bajar el ritmo de vacunaciones», confiesa Eulogio. «Por supuesto, yo quiero que Vox obtenga una amplia representación, sería lo más conveniente para Madrid, pero eso no implica necesariamente entrar en el Gobierno», continúa Miriam consciente de que el papel de Rocío Monasterio tras las elecciones será clave en las negociaciones para la conformación de la Asamblea.
De lo que no tienen dudas es de que Vox superará a Podemos este 4-M y de que «proteger Madrid» empieza por sumar más apoyos que el candidato al que llaman «codicioso», «trilero» y hasta «tirano», el que fue ministro y vicepresidente segundo y vuelve a Madrid convertido en adversario directo: su antagonista político, Pablo Iglesias.
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