Vinos

Blanco cántabro

Mar de fondo, o cómo combinar cuatro uvas forasteras que se aclimatan con un guante para un vino de ensamblaje

Mar de fondo
Mar de fondoLa Razón

Seguimos descubriendo territorios insospechados del mundo del vino. Cantabria es uno de ellos y aunque no tenga evidentemente mucho predicamento para todos los legionarios enopáticos, hay un vino que atesora una singularidad radical. Combinar cuatro uvas forasteras que se aclimatan con un guante para un vino de ensamblaje. En un pueblo de costas indómitas llamado Ruiloba, se gesta un blanco donde el único santo y seña es la tipicidad de cuatro castas que aparentemente no tendrían alquimia.

Dicen que la salinidad es una característica sobresaliente en un vino que mira al mar porque no tiene más remedio que buscar su destino donde no hay ley. Que te azoten los vientos recorre el alma, aunque la factura sea de de apariencia muy sencillita, pero con una globalidad conceptual única.

Vino del litoral, y si permiten la metáfora, como introducirse lentamente un percebe en la boca. No hay territorio para la osadía del vino. Solo las limitaciones de la pereza y la convención. Perfecto para los momentos donde hoy gobierna la náutica en la gastronomía. La ballena de la etiqueta simboliza rutas tranquilas que nos esperan en cada botella. La rara belleza del Cantábrico.

Bodega: Miradoiro.

Vino: Mar de fondo 2020.

D.O: Costa de Cantabria.

Precio: 14 euros.

miradoiro.com