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Los ‘Hippies de Goya’ estrenan ubicación: “Hemos conocido a tres generaciones de clientes”

Los tenderos de los puestos agradecen la nueva localización, pero reclaman tanto sombras como casetas más accesibles y con techos más altos

Hippies de Goya.
Hippies de Goya.Gonzalo Pérez MataLa Razón

Acotada entre las calles de Alcalá y Narváez, La Plaza de Felipe II estrenó nueva imagen hace unas semanas. Entre los cambios, los peatones le ganaron algo de terreno al asfalto y la zona pasó a ser más diáfana, aunque sin sombras que faciliten la supervivencia a las altas temperaturas que alcanza la capital durante el verano. El transporte también se ha visto afectado, pues, tras la reforma, los vehículos circulan por un único carril más ancho para facilitar la circulación y el giro de los autobuses.

En unos meses, según anunció el Consistorio, se instalará una escultura modular llamada Transparencias y firmada por Manolo Paz que intentará reflejar el lema De Madrid al cielo. Eso sí, la reordenación del espacio ha servido para descongestionar la zona, hacerla más accesible en algunos aspectos y renovar marquesinas. Además, junto a la plaza de Dalí, forma parte de un mismo eje que abarca desde el Palacio de los Deportes a la calle de Alcalá.

También ha influido la reforma a los emblemáticos Hippies de Goya, un mercadillo artesanal permanente que lleva ya más de 30 años ofreciendo sus productos a los madrileños y donde encontrar diversos regalos, como vestidos, bisutería sombreros o bufandas en invierno. Estos estrenan una disposición lineal abierta y nuevas casetas justo delante de las terrazas de la zona, aunque con un paseo en medio.

Hippies de Goya.
Hippies de Goya.Gonzalo Pérez MataLa Razón

“Nos llaman los Hippies de Goya porque, hasta tener casetas aquí, vendíamos en la propia calle en zonas como Goya, Alcalá, Conde de Peñalver... allí utilizabamos puestos desmontables, como los de El Rastro”, expone a LA RAZÓN Palmira, una de las tenderas de los puestos. Al igual que la mayoría de dependientes, lleva en esos resquicios de artesanía que antes fueron ambulantes más de 30 años.

Durante todo ese tiempo no reconoce muchos cambios en su trabajo, aunque sí recalca que, al estar en una zona tan conectada de Madrid, acceden numerosos paseantes nuevos a sus mercancías cada día. Unos puestos más allá está Marisol, que también lleva al mando de uno de los puestos desde sus inicios. “Aquí nos hemos hecho mayores”, dice con cariño. Marisol le pone algunas pegas a la reforma, como que los puestos estén 7 centímetros más altos que antes, algo que los hace inaccesibles a los usuarios de sillas de ruedas y que comprobó con la visita de una amiga.

Uno de los pocos mercadillos permanentes de la capital al margen de El Rastro

Sobre estos, señala que, de unos años hasta ahora, nadie lleva dinero en efectivo. Además, afea que muchos jóvenes acudan para mirar y finalmente decidan comprar artículos similares por internet, pese a que los precios sean más altos: “Luego cerrarán todas las tiendas e iremos por las ciudades como fantasmas”, advierte. Por ahora, su puesto funciona gracias a los vestidos de flores en verano y a los guantes y babuchas en invierno.

Recreacion de la nueva ubicación del mercadillo de los "hippies de Goya"
Recreacion de la nueva ubicación del mercadillo de los "hippies de Goya"Ayuntamiento de Madrid

Muy distinto es el caso de Víctor, otro de los tenderos, que lleva solo 7 años en un puesto que antes perteneció a su familia. Agradecido, comenta que pasó de estar en el paro a ganarse la vida por lo bien que funcionan y unos clientes que en su mayoría son locales o personas de paso, pero no turistas... aunque con la ola de calor que ha asolado a la capital durante estos días reconoce que no se ha acercado mucha gente a ver sus productos de plata ni sus vestidos.

Más veterana es Cinta, que además puede presumir ser una de las representantes de los Hippies de Goya. La orgullosa sombrerera cuenta que ha conocido a tres generaciones de clientes de algunas familias, que incluso van a comprar juntos, y que eso es algo muy bonito. Además, destaca que es uno de los pocos mercadillos permanentes de la capital al margen de El Rastro, algo que lo pone en valor a diferencia de otros países europeos, donde es más común que se den este tipo de mercadillos.

Cinta es una de las personas que habló con la Junta de Distrito y el Ayuntamiento sobre las obras, y aunque valora que la zona es mucho más abierta y agradable, ha tenido respuestas muy positivas por parte de sus clientes más fieles y hace que se asemeje a las icónicas Ramblas de Cataluña, tiene alguna corrección sobre las casetas, a las que tilda de “agobiantes” por sus bajos techos. Además, y al igual que sus compañeros, reclama iniciativas para paliar las inclemencias temporales: “Es una zona durísima climatológicamente, en invierno hace frío y ahora el sol es insoportable”, asevera sobre un lugar en el que pasa muchas horas, pues tiene horario comercial, entre las 10:00 y las 21:00 con un parón para comer, aunque depende del puesto.

Hippies de Goya.
Hippies de Goya.Gonzalo Pérez MataLa Razón