Retrato

El “Blade Runner” de Cifuentes y Ayuso en la Puerta del Sol: “Vi cosas que nunca hubiera imaginado”

La presidenta regional descubre el retrato de su antecesora en el cargo con una reivindicación de su figura

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (i), abraza a la expresidenta regional Cristina Cifuentes durante la presentación del retrato de Cifuentes este jueves en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional. EFE/ Borja Sanchez-Trillo
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (i), abraza a la expresidenta regional Cristina Cifuentes durante la presentación del retrato de Cifuentes este jueves en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional. EFE/ Borja Sanchez-TrilloBorja Sanchez-TrilloAgencia EFE

Blade Runner en la Puerta del Sol. Volvía este jueves Cristina Cifuentes al kilómetro cero de la capital para descubrir, mano a mano con Isabel Díaz Ayuso, su retrato como ex presidenta regional. La obra de Rafael Cidoncha, con Cifuentes enfundada en rojo, ya cuelga de las paredes de la Real Casa de Correos junto a los de Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón y Joaquín Leguina. Una cita en la que presidenta y ex presidenta echaron la vista atrás. Más a modo de reivindicación que de ajuste de cuentas. “Hicimos muchas cosas importantes, vimos muchas cosas asombrosas y que nunca hubiéramos imaginado. Vimos incluso atacar naves en llamas más allá de Orión, vimos brillar Rayos C cerca de la Puerta de Tannhäuser. Y precisamente gracias a este cuadro, esas cosas ya no se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia”, señaló Cifuentes.

Hace casi un año y medio, Cifuentes regresó por primera a vez a Sol tras su dimisión como presidenta. Más de 1.100 días después. Fue condecorada con la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid y confesó presentarse “libre de cargos y cargas”. Volvía a la que había sido su “casa” durante tres años. Desde entonces ha regresado en un par de ocasiones más. Pero ahora, por primera vez, el regreso era completo, al subir a la “planta noble” del edificio. “Decía Sabina que no hay que volver al lugar donde se ha sido feliz. Yo creo que sí hay que volver, aquí estoy, en un lugar en el que he sido profundamente feliz y lo hago sin nostalgia, pero con mucho orgullo y gratitud”, ha asegurado. Y ha puesto en valor el “privilegio” que representó “servir a los ciudadanos”. Y ha recordado las “cosas malas y terribles” que sucedieron entonces, pero también las “muchísimas cosas buenas”.

Antes, Ayuso ha hecho un recorrido personal y político de su antecesora. “Testaruda, alegre, graciosísima y profundamente detallista, apuntó. “Valiente, trabajadora y constante”, añadió. “Me afilié hace 17 años a mi partido y puedo decir que Cristina es una de las mejores personas que he conocido. Tratando a todo el mundo por igual. Tengo recuerdos de ella sentada en una mesa del PP a altas horas de la noche cuando ya no quedaban ni los figurantes de pasillo que hay en todas las organizaciones políticas o quedándose la última en un mitin para que todos los afiliados no se quedaran sin su foto. Agotada, subida a unos tacones altísimos con un dolor de espalda infernal y siempre con esa sonrisa”.

Plantar cara al mal

Lamentó el trato “despiadado” que ambas han recibido por llegar a Sol. “Nuestra familia sufre mucho porque son las víctimas de nuestra vocación de servicio público. Pocas personas saben lo que se siente cuando se han de tomar decisiones tan difíciles un mismo día, después de largas horas de duro trabajo y sentir el dolor de ver a los tuyos difamados, señalados o perjudicados en sus vidas diarias sin oportunidad de defenderse”. En el caso de Cifuentes, según Ayuso, se llegó a límites inhumanos. Como cuando estuvo “ingresada al borde de la muerte en La Paz y le organizaban protestas sindicales deseándole el peor final. O cuando fue insultada o escupida cuando iba sola por las calles de nuestra querida Malasaña. Ahí aprendí que cuanto más cara plantas al mal, más virulenta es su respuesta y eso es que lo estás haciendo bien. Por eso no hay que aflojar ni dejarse imponer ni que ese mal minoritario acabe con la alegría, la paz y la prosperidad de la mayoría”.

A pesar de todo lo malo, Ayuso ha ha insistido en una reflexión: “Merece mucho la pena ser presidente de la Comunidad de Madrid, merece la pena dormir poco, afrontar problemas reales, comprobar cómo Madrid despega y aprender de su pueblo, de su filosofía de vida, de su actitud, de su historia y de su bravura. Por eso sé que, a pesar de todo, a Cristina le ha merecido la pena y sé que no hay mayor honra del pedazo de España que te lo ha dado todo”.

“Una mujer moderna”

También visiblemente emocionada, Ayuso ha reconocido que “no son pocas las personas que todos los días me hablan de ti”. Y ha reivindicado su figura como la de “una mujer moderna que apoyaba la moda española y los toros, que apoyaba el uso de las nuevas tecnologías en política, que amaba los animales y la naturaleza, que respetaba las tradiciones y sentía pasión por las vanguardias que alimentan Madrid, que acercó a los jóvenes esta administración y siempre escuchó al débil y se encaró firmemente al que lo merecía”.

Cifuentes ha querido, durante sus breves palabras, agradecer a Ayuso “haber recogido el testigo que hace que Madrid sea una región cada vez más próspera y más libre”. También ha tenido palabras de gratitud hacia su familia - lo más importante de mi vida y lo mejor que tengo- y al pintor Rafael Cidoncha, “que no sólo es un grandísimo artista y un pintor maravilloso”, sino también “un regalo para cualquier persona”.