Acoso callejero
El 75% de las mujeres jóvenes en Madrid ha sufrido acoso en la calle
Una de cada cuatro confiesa haberse acostumbrado a estos episodios. Solo el 16% no modifica sus costumbres
El próximo 16 de abril se celebra la Semana Internacional contra el Acoso Callejero, que durará hasta el día 22. Esta actividad viene celebrándose desde 2011 en varios países cuando la socióloga peruana Elisabeth Vallejo impulsó el proyecto de «Paremos el acoso callejero». La red municipal de Espacios de Igualdad se suma al desarrollo de acciones de concienciación y sensibilización sobre la seguridad urbana y violencia contra las mujeres. Por su parte, Begoña Solórzano, directora de Programas Nacionales en la ONG Plan Internacional, ha revelado a LA RAZÓN el último informe referido a los datos obtenidos en Madrid.
En tres ciudades españolas (Valencia, Móstoles y Paracuellos del Jarama) y tres belgas, la ONG elaboró «Safer Cities for Girls». En Madrid, 569 jóvenes de entre 15 y 25 años contaron sus experiencias en la ciudad. Cada joven participante podía señalar uno o varios puntos en un mapa interactivo de lugares de la ciudad en el que se habían sentido inseguras y, además contar más detalles de sus experiencias: si había testigos o no, si el espacio estaba iluminado o no, etc. También se hicieron grupos de discusión online y entrevistas en profundidad a jóvenes. «El objetivo de este proyecto es recoger datos para que sean las propias chicas quienes compartan sus experiencias y reclamen las medidas necesarias para transformar las ciudades en espacios más igualitarios, de inclusión, tolerancia y oportunidades», expresa Begoña. Los resultados señalaron que el 75% de las experiencias que han registrado las jóvenes participantes son de acoso callejero o de inseguridad en las calles. Además, teniendo en cuenta que la violencia se puede ejercer desde muchos ámbitos, el 79% de los casos de acoso no implican contacto físico sino miradas, comentarios no deseados o persecuciones; mientras que el 7% sí suponen contacto físico.Ante esta situación, el 22% dijo haberse acostumbrado a estas vivencias. Solo denunciaron a la policía un 3%. «El acoso callejero es un tipo de violencia de género que ocurre con tanta frecuencia que las jóvenes lo han normalizado», comenta Begoña.
Las jóvenes usan estrategias de autoprotección, ¿y qué respuestas son las más comunes?: «Cambios en sus rutinas diarias, el uso intencionado o no de accesorios para sentirse más seguras. Hay que hacer una mención especial al uso de la tecnología. Y cabe destacar que el 16% no modifican sus costumbres y regresan al lugar», responde la directora. En cuanto a los lugares destaca la calle, de camino a actividades deportivas, de ocio, parques y transporte público. Y pese a que predomine la madrugada como momento principal del acoso o sensación de inseguridad, un 19% de estas situaciones ocurre a cualquier hora del día. Begoña sostiene que «un 58% de los casos de acoso que vivieron las jóvenes fue por un hombre solo, y un 35% por un grupo. En el resto de ocasiones, el acoso se produjo en otras circunstancias, por una mujer o grupo de mujeres».
Por qué ocurre y qué hacer
La escalofriante cifra de que 9 de cada 10 (el 90%) jóvenes hayan sufrido acoso callejero indican, a su vez, que no han recibido ayuda de testigos. «Este porcentaje demuestra que las niñas y jóvenes no pueden cambiar esto solas. Necesitan aliados, y los hombres tienen un papel fundamental que desempeñar en este sentido. También necesitamos que los niños comprendan la importancia de eliminar las barreras que enfrentan las niñas, y que apoyen a sus compañeras de clase, hermanas y amigas para ayudar a que sus ciudades sean lugares más seguros para ellas», declara Begoña. Cuando esto ocurre, un 24% se lo cuenta a su familia y/o amistades; un 14% eligen un camino alternativo; y un 12% de los casos las participantes indican que no vuelven a caminar solas por la zona.
Los motivos que responden a los resultados señalan que el 64% del acoso se produce por razón de género, seguido por la edad con un 20%, lo que confirma que ser mujer es un factor de riesgo en estos casos, limitando sus derechos y libertades. Para sentirse más a salvo, las jóvenes se decantan por dos medidas principales: un espacio con infraestructuras adecuadas y presencia policial. Desde la ONG explican que el acoso callejero conlleva sensibilización, educación, implicación de las autoridades y una mejor planificación urbana, entre otras: «Recomendamos que, en caso de que esto ocurra: hablar con alguien en quién confíes que se encuentre cerca, ponerse en contacto con autoridades como Policía nacional o Guardia Civil, localizar el Punto Violeta más cercano o contactar con expertos en salud mental».
Paracuellos y Móstoles
En el caso de la Comunidad de Madrid, no existe ninguna iniciativa legislativa relacionada de manera explícita con el acoso callejero, aunque sí dispone de algunos recursos pioneros, como el Centro de crisis 24 horas. Plan Internacional ha informado sobre el caso de dos ciudades de Madrid que han sido estudiadas: Paracuellos del Jarama y Móstoles. En Paracuellos un 56% apuntan haberse sentido inseguras y un 43% en Móstoles. El 51% de ellas indicó haber vivido de manera directa acoso, y el 49% haber percibido inseguridad, siendo las causas más destacadas el carácter sexual y el bullying (durante la noche en más de la mitad de los casos).
Llama la atención que, en el caso de Paracuellos un 67% ha vivido experiencias de inseguridad y acoso en grupo, en compañía de amistades de la misma edad; a diferencia de un 33% en solitario. Caso contrario ocurre en Móstoles, cuya cifra superior destaca en solitario, alcanzando un 89% y un 11% en grupo. En ambas ciudades coincide que el sujeto culpable es, entre el 80 y 100% de las ocasiones, un hombre de mayor edad que la de las víctimas.
Otro de los puntos más alarmantes que demuestra el informe de Plan Internacional tiene que ver con la edad: el acoso llega mucho antes de la mayoría de edad. En Móstoles el 40% antes de los 15 años y en Paracuellos el 56%. Y por último, los elementos que creen influyentes para que se den estas situaciones son, en este orden: el género, la edad y el aspecto físico. «Asco, miedo, vulnerabilidad, impotencia y rabia» son los términos más repetidos por las preguntadas en referencia a los sentimientos que han generado tras haber sido acosadas. Por eso, casi el 100% de ellas confiesan que estos acontecimientos le han influido el resto de sus vidas. En las entrevistas declararon un alto porcentaje el acoso verbal. En un grupo de trabajo, las jóvenes de Paracuellos dijeron haber recibido: «silbidos, gritos por la calle (...) comentarios desafortunados (...) tocamientos de nuestro cuerpo sin permiso». Aunque en contra de esta lacra se ha de estar siempre, esta semana y los datos facilitados invitan a reflexionar sobre los resultados. «El miedo y la inseguridad no pueden determinar la rutina de quienes han sufrido una experiencia de este cariz», concluye Begoña.
✕
Accede a tu cuenta para comentar