
Carreteras
Así es la desconocida vía subterránea de Madrid: un laberinto debajo de la M-30
Por debajo de la carretera discurre una vía paralela de uso exclusivo para emergencias

La M-30 es una de las carreteras más transitadas de España, con una media de 32 millones de vehículos al mes. En total abarca 32,5 kilómetros de vía, de los cuáles 10 se encuentran bajo túneles. Este dato la convierte en la red subterránea más extensa de Europa y la segunda del mundo, después del túnel de Yamate, en Japón.
Desde su Centro de Control, ubicado en la intersección entre Méndez Álvaro y la Avenida de Entrevías, se gestiona todo lo que se produce en la M-30 que a diario pasan más de 1.250.000 vehículos, desde el tráfico hasta las incidencias. Con un sistema que utiliza IA, es capaz de percibir cualquier alteración en la vía. "Las cámaras tienen una serie de máscaras asignadas y cuando un píxel detecta un cambio, la cámara empieza a parpadear en los monitores que hay sobre la mesa", redacta El Mundo.
Inaugurada en 1974, la M-30 se ha convertido en una vía fundamental para la ciudad de Madrid, que más allá de su función de circunvalación, también juega un papel muy importante en la vida cotidiana de los madrileños. Lejos de la superficie, a la vista de muy pocos, se encuentra un túnel secreto a 65 metros de profundidad que solo verá la luz si hiciera falta una evacuación.
El laberinto escondido de la M-30
Por debajo de la conocida M-30 discurre una carretera subterránea de uso exclusivo para situaciones de emergencias. Tras bajar casi veinte plantas de un edificio, se llega a un laberinto cerrado por puertas blindadas. Estos túneles ocultos solo los recorren especialistas, personal de mantenimiento y los servicios de emergencias. Su tamaño es tal, que está preparado para la circulación de camiones de bomberos y la legión en caso de evacuación.
"En caso de un incidente grave, la galería de emergencia se convierte en el refugio perfecto para los usuarios del túnel principal. Su diseño y equipamiento la convierten en un lugar seguro, preparado para afrontar cualquier situación", afirma José Luis Muñoz, ingeniero de instalaciones de la Calle 30 de Madrid. Casi 2.000 cámaras controlan lo que sucede en los túneles de la M-30, tanto en superficie como en el subsuelo. La capacidad de respuesta es de cinco minutos y medio como máximo y, son capaces de cerrar los túneles en cuestión de segundo si fuera necesario.
Desde su inauguración en 2007 aún no se ha tenido que utilizar nada más que para casos prácticos. En su interior dispone de comunicación de radio, detección de incendios, iluminación de emergencia, equipamiento para bomberos, tomas de agua cada 25 metros y caminos alternativos. Además, existe una brigada específica de la Policía Municipal dedicada exclusivamente a la Calle 30.
Galerías de emergencia y ventilación
Las galerías de emergencia disponen de vestíbulos independientes que evitan el paso del fuego y el humo de un túnel a otro, con el objetivo de permitir la evacuación segura de los usuarios. El sistema de evacuación cuenta con salidas de emergencia situadas cada 200 metros en los arcenes del túnel, y una de cada tres cuenta con conexión para vehículos.
Estas salidas permiten el acceso a la zona de circulación del túnel de los equipos de asistencia desde la galería inferior, así como una posible evacuación asistida si fuera necesario. En cuanto a los sistemas de ventilación, el túnel cuenta con una tecnología que garantiza la calidad del mismo, con un sistema de filtros en las salidas de ventilación, que mejoran la limpieza del aire y absorbiendo los gases contaminantes de los vehículos.
Las marcas que indican la ubicación
A lo largo de un día en la M-30 se registran varias incidencias, como pinchazos, roturas de motor o colisiones, lo que provocan atascos diarios. Para indicar el punto del incidente, es necesario que el conductor tenga se fije en las paredes laterales donde se encuentran los códigos alfanuméricos. Estos indican información sobre el kilómetro y el metro exacto donde se encuentra, además del punto de calzada interior o exterior.
Cada código está formado por dos o tres letras y un número. La primera letra indica la calzada, 'X' para exterior, 'N' para interior y 'C' para la central. Después, la letra 'L' indica si está en un lateral y 'R' si está en un ramal. Por otra parte, el número indica el kilómetro en el que ha ocurrido el accidente.
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