Historia
La fuente que viajó desde Cuatro Caminos a la Casa de Campo
Un surtidor que, como tantos otros monumentos de Madrid, cambio varias veces de emplazamiento
Esta es otra más de esas fuentes itinerantes que ha tenido y tiene la ciudad de Madrid. «Nacen» en un lugar, con el destino de dar servicio y ornamento a ese espacio pero, con el paso de los años, y las malas o buenas decisiones de los gobernantes de turno, acaban en otro lugar, muchas veces distante del emplazamiento para el que fueron creadas en la capital.
Buen ejemplo de ello es este surtidor, que un 24 de junio de 1860, se inauguraba. Fue llamada «fuente provisional de la Puerta del Sol». Y su destino estaba claro. De esta manera se concluía la tercera fase de traídas de aguas a Madrid con el Canal de Isabel II. Con todo, originalmente estuvo en la Calle San Bernardo (frente a la iglesia de Montserrat) y más tarde se trasladó hasta la Puerta del Sol. Como el surtidor -de los primeros en aquel Madrid- era demasiado alto, y ponía todo perdido de agua, decidieron llevársela. Finalmente se trasladó hasta Cuatro Caminos en 1913 . Alrededor de la fuente se celebraba la verbena de Nuestra Señora de los Ángeles, en honor a la patrona del barrio y de la iglesia. Tras la guerra civil, de nuevo, se llevó hasta la Casa de Campo porque no había sitio para ella en ninguna zona destacada de Madrid. Allí ha pasado desapercibida durante muchos años.
En su origen, la Academia de Bellas Artes de San Fernando propuso al Ayuntamiento convocar un concurso para hacer un monumento conmemorativo en la Puerta del Sol sobre la victoria de las tropas españolas en África. En 1862 se realizaron además obras para reforzar la base de la fuente, y curiosamente las obras fueron presentadas como «las de la nueva fuente de la Puerta del Sol». Tan sólo se añadieron dos farolas a los lados a la fuente y se ensancharon las aceras de la plaza. Cosas de la propaganda política.
En el año 1875 se pensó cambiar la fuente de ubicación y colocar una estatua de Isabel la Católica sustituyéndola. Posteriormente se barajó instalar un quiosco de cristal con diversos servicios como retretes, venta de refrescos, espacio de descanso. Cosas de las doctrinas higienistas que por entonces se alumbraban en Europa.
En junio de 1894 salió a concurso el diseño de una gran columna decorativa con iluminación en su parte superior para sustituir a la fuente. Sallaberry y Agustín Querol, fueron los ganadores del concurso, pero la columna nunca llegó a instalarse. Parte de aquel fracaso constructivo estuvo en las burlas que provocaba entre los madrileños aquella instalación.
Curiosamente, y aunque no era exactamente el mismo diseño, aunque sí columna, la creatividad de Querol sí tuvo éxito el otro lado del Atlántico. O bien podríamos decir en el Pacífico. La Columna de los Próceres de la Independencia, que se encuentra en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, ubicada en la parte central del Parque Centenario, es obra de ese escultor y artista. Este importante monumento es de su autoría, ya que en 1907 ganó el concurso internacional convocado al efecto.
Pero volvamos a Madrid. Finalmente el tráfico de tranvías y la gran actividad en torno a la plaza hizo que la fuente fuese considerada un estorbo y se terminó desmontando.
Tras la Guerra Civil se llevó hasta la Casa de Campo porque no había sitio para ella en ninguna zona destacada de Madrid. Allí ha pasado desapercibida durante muchos años.
En 1969 se construyó el gran escalextric de Cuatro Caminos y era impensable devolver la fuente al barrio. Cuando se destruyó el escalextric, hace muy pocos años, los vecinos de Cuatro Caminos demandaron al Ayuntamiento que les devolviera su fuente. No pudo ser, el peso de la instalación haría que el paso subterráneo que han construido se viniera abajo. Así las cosas, si algún vecino quiere ver la fuente de Cuatro Caminos deberá desplazarse a la Casa de Campo.
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