Medio Ambiente

Madrid: así trabajan los "pastores digitales" para prevenir incendios

La Comunidad de Madrid ya aplica collares GPS que marcan a los animales el terreno a desbrozar

La ganadera Clara Benito, en su granja de Berzosa de Lozoya
La ganadera Clara Benito, en su granja de Berzosa de LozoyaLRM

Asegura que el suyo es un «mini rebaño»: 130 cabras, cuatro mastines y un perro pastor en los montes de Berzosa de Lozoya (Madrid). Sin embargo, hay algo de lo que la ganadera Clara Benito puede presumir: un pastoreo cien por cien sostenible. No en vano, su proyecto Entrelobas, que comenzó hace ahora nueve años, obtuvo en octubre de 2023 el premio a la Mejor Agricultora Sostenible, entregado en la Gala de Premios Ecológicos de la Unión Europea. Para lograrlo, ha contado con una aliada: la tecnología. Puede que el pastoreo no haya cambiado en esencia en los últimos siglos, pero sí las herramientas para que los animales estén en las mejores manos.

Entre esos nuevos utensilios se encuentra la tecnología GPS. Según avanzan desde la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior del Gobierno regional, la Dirección General de Emergencias ha puesto en marcha un proyecto piloto para añadir una funcionalidad más a esta herramienta: un collar colocado en los animales que ayudará a la prevención de incendios forestales.

Desde 2011

Como explican desde la Comunidad de Madrid, el pastoreo controlado y dirigido reúne una serie de prácticas donde se dirige a los rebaños sistemáticamente para controlar los períodos de pastoreo, recuperación o descanso de la vegetación. Lo que se denomina, en silvopascicultura, ordenación del pastoreo.

No es una novedad que el ganado, a través de su alimentación, ayude a eliminar material que, potencialmente, es inflamable. El Ejecutivo autonómico puso en marcha en 2011 el programa de pastoreo, que forma parte del Plan Anual de Prevención, Vigilancia y Extinción de Incendios Forestales, en el que hoy participan unas 20.000 cabezas de ganado como cabras, ovejas, vacas y caballos, que se alimentan del pasto crecido durante la primavera.

«Dentro de los montes, elegimos unas fajas, unas zonas especiales a las cuales, estratégicamente, conviene rebajarle mucho la cantidad de combustible: matorrales, demasiada densidad de arbolado...», explica a este diario Marta Jerez de la Vega, jefa del Servicio de Incendios Forestales en el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid. «Nosotros tratamos esas fajas a través de personal y maquinaria. Pero la vegetación sigue creciendo. Y ahí acude el ganado a nuestro auxilio. Se trata de un ‘‘desbroce a diente’’, en lugar de mecánico», añade.

Energía solar

Los nuevos collares GPS harán que este trabajo natural del ganado sea más eficiente. «A través de una app del teléfono, dibujas un vallado, tu mapa del terreno que, a su vez, está incluido en el collar de cada cabra», explica Clara Benito a LA RAZÓN. Unos collares, por otro lado, que se cargan con energía solar y pueden funcionar incluso en zonas en las que no hay cobertura. «Cuando las cabritas se acercan a uno de los límites del vallado, reciben un aviso sonoro. Y si insisten, reciben un impulso eléctrico, mucho menor que el de los pastores eléctricos habituales», añade la ganadera.

Este sistema cuenta con varias ventajas. En primer lugar, permite una geolocalización constante del ganado, lo que se refleja en una reducción de la perdida de cabezas, o la posibilidad de detección de heridas y otros problemas. Por ejemplo, que una cabeza permanezca demasiado tiempo sin moverse. Y, por encima de todo, da pie a delimitar a la perfección las zonas que deben ser objeto de este pastoreo preventivo contra los incendios.

Hay que tener en cuenta que las cabras del proyecto Entrelobas se nutren únicamente de las jaras y hierbas de los pastos. Y esta actividad alimenticia de los animales es clave a la hora de crear zonas que sirvan de cortafuegos, reduciendo «significativamente» el riesgo de incendio.

Regeneración

Actualmente, explica Marta Jerez, existen dos modelos de collares: uno más sencillo y económico, con GPS incorporado, que sirve para localizar al animal y que cada vez son más habituales entre los ganaderos». Y después, están estos nuevos dispositivos con los que, a través de un móvil o tablet, es posible ver en tiempo real el recorrido de los animales, dibujando un «vallado virtual» del terreno. «Al poder controlar el rebaño, puedes controlar también que se está llevando a cabo una regeneración del terreno del que comen», afirma Clara.

«Es muy importante tener a los ganaderos de nuestro lado», asegura Marta Jerez. Y es que, con esta iniciativa, se logran varios objetivos: por un lado, ayudar al «maltrecho medio rural», ya que reciben un pago por esta labor de pastoreo. Además, se colabora en su mantenimiento, demostrando que «la tecnología también está al alcance de los ganaderos». Por el momento, son seis las ganaderías que participan en este programa. «Queremos desterrar la controversia de la figura del ganadero en los incendios forestales, que en ocasiones ha sido objeto de fricción», indica Marta Jerez.

Hay que tener en cuenta también el «declive» de la ganadería menor en nuestra región. Sin embargo, en los últimos tiempos, ya es habitual la presencia de estos rumiantes en municipios como El Boalo-Cerceda-Mataelpino, Cercedilla, Navacerrada, Sierra del Guadarrama y otros espacios como Rascafría y Lozoya en la Sierra Norte.

Ganadería circular

Al final, como define Clara, la filosofía de su pastoreo es «circular». «Las cabras se alimentan exclusivamente del campo, sin utilizar ningún otro complemento. Hay mucha comida para ellas: pueden digerir bien el arbusto de la jara, algo que otros herbívoros son incapaces, por lo que no cuesta dinero alimentarlas. Mientras, ellas ayudan a todo ese desbroce que incide en la prevención. Van abriendo el campo y las praderas, posibilitando una captura del CO2 mejor que la de los árboles. Y eso genera más biodiversidad». Por otra parte, con esta ausencia de vallados físicos «no impides el paso de la fauna salvaje, lo que supone un proyecto de coexistencia total».

Como explican desde el Ejecutivo regional, los técnicos del Cuerpo de Bomberos planifican, desarrollan y acuerdan con los propietarios de los rebaños las zonas que conviene que sean pastoreadas. La iniciativa cuenta con el apoyo de la empresa Tragsa y el asesoramiento del área de ecología de la Universidad de Alcalá.

De hecho, Clara señala que su ganadería está colaborando con dos universidades madrileñas, interesadas en el proyecto. Y si todo va bien, no descarta en un futuro próximo abrir una quesería. Por supuesto, cien por cien ecológica.