De ruta
Descubriendo la “nueva” Plaza de España
Tras más de dos años de obras, luce ya en (casi) todo su esplendor. Permite a los peatones desplazarse a la catedral, al Palacio Real y, próximamente, a los Jardines de Sabatini
La construcción de este enclave privilegiado es relativamente reciente. En 1908, se derribó el Cuartel de San Gil, instalación militar que se alzaba en la parte septentrional de lo que hoy es la plaza. El espacio resultante se sumó a la Plaza de San Marcial y, ya en 1911, se planeó su urbanización. De aquel proyecto, heredamos su nombre. Su aspecto ahora es muy diferente.
El peatón cuenta ya con más de 70.000 metros cuadrados para pasear en torno a la gran plaza central donde se halla el popular Monumento a Cervantes y donde también se han instalado zonas infantiles. Pese a que todavía no luce en su totalidad (se han plantado más de 1.200 nuevos árboles en el entorno y cuenta con una vegetación todavía en desarrollo), la gran obra se ha realizado teniendo en cuenta las necesidades presentes y futuras y se han utilizado las técnicas de construcción más avanzadas: cuando llueve, el agua se filtra por las juntas de la gran plaza cívica, que no cuenta con rejillas para absorberla.
El túnel que atraviesa el eje Bailén-Ferraz mejorará el tráfico
Además, la misma plaza tiene toda la infraestructura eléctrica bajo el suelo, para poder celebrar fácilmente eventos como mercadillos o conciertos. Son tres las fuentes disponibles. A las dos ya existentes se ha sumado una nueva, denominada la Fuente del Cielo, una obra de mármol de makauba. Trasladarse en bicicleta sin compartir espacio con los coches también es una de las grandes ventajas de la zona.
Dos carriles bici se han diseñado para atravesarla: de norte a sur (uniendo las calles Bailén y Ferraz) y de este a oeste, uniendo la Cuesta de San Vicente con la Gran Vía. La tercera vía discurre entre Princesa y Ferraz. Como continuación del que se construyó en la década de 1990 frente al Palacio Real, se ha diseñado un nuevo gran túnel, que conecta las calles Bailén y Ferraz. Al mismo tiempo, se ha actualizado el existente, adaptándolo a las nuevas necesidades de circulación de la zona.
Restos arqueológicos
Los trabajos, de gran complejidad pusieron al descubierto algunos vestigios del Madrid de Felipe II, todo un reto a la hora de acomodar el proyecto y decidir si valía la pena conservarlos o no. Muchas de las ruinas de la zona llevan la firma del maestro Francesco Sabatini, así que el proyecto inicial se reformuló. Sabatini fue un arquitecto italiano que desarrolló la mayor parte de su trayectoria profesional en España en el siglo XVIII, al servicio de la casa real.
Además de las caballerizas reales, se encontraron restos del Palacio de Godoy, una construcción que limita con el Senado y que se derribó en parte en la década de 1930, dejando intactos los sótanos y las bóvedas diseñadas por este conocido arquitecto.
El Ayuntamiento ha diseñado un itinerario arqueológico y se ha construido un centro de interpretación de esta zona monumental de la ciudad. La Plaza de España ya está disponible para disfrute tanto de los madrileños como de los muchos turistas que nos visitan. Se une así a otras grandes obras recientes como Madrid Río, convirtiéndose en una de las mayores transformaciones de nuestra ciudad en lo que va de siglo.
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