
Arte
La primera galerÍa escandinava de España esta en Madrid
La capital se presenta como un intercambio cultural de largo alcance

El próximo 15 de octubre Madrid se convierte en epicentro del arte escandinavo. La capital recibirá la exposición inaugural de Ett Rum, la primera galería en España dedicada al arte y al diseño nórdicos. Y lo hará con un invitado de excepción: el fotógrafo sueco Åke E:son Lindman (Estocolmo, 1953), considerado una de las grandes figuras internacionales en la fotografía de arquitectura.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 16 de enero en la calle Columela, no es solo un acontecimiento cultural: supone el regreso de Lindman a España tras 25 años de ausencia. Un reencuentro que, como él mismo admite, le llena de emoción: “Me hace mucha ilusión volver a España. En el año 2000 expuse en el Ministerio de Fomento y solo mostré fotografía arquitectónica. Esta vez será un encuentro entre mi fotografía arquitectónica y experimentos fotográficos analógicos”.

El fotógrafo sueco ha construido su carrera retratando los edificios más emblemáticos del mundo: desde la Sagrada Familia de Barcelona hasta el Museo Guggenheim de Bilbao, pasando por la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o el Teatro Romano de Mérida. También ha trabajado junto a arquitectos de renombre como Oscar Niemeyer, Carlo Scarpa, Rafael Moneo o Juan Navarro Baldeweg.

Pero su obra va más allá del registro documental. En sus imágenes, la luz se convierte en protagonista, moldeando volúmenes y revelando la esencia de cada espacio. La exposición en Ett Rum mostrará precisamente esa dualidad: por un lado, su vertiente más reconocida, la fotografía de arquitectura con su marcada abstracción geométrica; y por otro, su faceta más experimental, con técnicas analógicas que exploran el azar y la materialidad de la imagen. “La arquitectura de Madrid se caracteriza por un aire algo más administrativo. Es una de las capitales más grandes de Europa y eso se refleja en su arquitectura formal y algo autoritaria. La ubicación de la ciudad en el centro del país, lejos del mar, también le confiere una luz especial”, reflexiona Lindman. El fotógrafo reconoce, además, su interés por cómo dialoga su estética nórdica con la robustez mediterránea: “Será interesante ver cómo la mezcla entre el estilo escandinavo claro y limpio de mis obras se combina con el estilo más pesado y robusto de Madrid en un contexto español”.
Un reencuentro con Madrid
No es la primera vez que Lindman expone en la capital. En 1985 participó en una muestra colectiva en Foco y, quince años más tarde, regresó con una exposición en el Ministerio de Fomento junto al Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Entre sus recuerdos más significativos, destaca su trabajo en 1993 para el Museo Sueco de Arquitectura, que le llevó a recorrer España fotografiando edificios de Rafael Moneo, como el Museo Thyssen-Bornemisza y Bankinter, ambos en Madrid. Su vínculo con la ciudad es también personal: “He seguido el trabajo de mi amigo, el arquitecto Ángel Fernández Alba, a lo largo de los años y he fotografiado muchos de sus proyectos en España, entre ellos el Jardín Botánico de Madrid”.
En esta ocasión, Lindman confiesa estar especialmente intrigado por la recepción de sus obras más experimentales: “Tengo curiosidad por saber cómo serán recibidas las obras más experimentales. Para mí, muchos de mis quimigramas más abstractos son una visión de un paisaje nórdico, pero pueden ser interpretados de forma totalmente diferente por un espectador con otro bagaje cultural”.
La elección de Lindman para inaugurar la galería Ett Rum se debe a la ambición de ser más que una sala de exposiciones: quiere convertirse en un hogar para el arte nórdico en Madrid. Su nombre, que en sueco significa “habitación”, refleja esa filosofía. “Partimos de una convicción sencilla pero esencial: ningún hogar está completo sin arte. Ett Rum ha sido concebido como un apartamento precisamente para que el arte se viva en lo cotidiano, no solo se contemple”, explica Patrick List, fundador de Nordic Standard, el grupo al que pertenece la galería. La galería busca acercar al público madrileño la sencillez, la luminosidad y la sostenibilidad que caracterizan al diseño escandinavo, pero siempre en diálogo con la cultura local. “Madrid ocupa una posición privilegiada como punto de encuentro entre Europa y América Latina, y se ha consolidado como una de las capitales culturales más dinámicas del continente. Aquí existe curiosidad por nuevas estéticas y una sensibilidad creciente hacia la sostenibilidad, la luz y el diseño, valores profundamente arraigados en el arte escandinavo”, subraya el equipo de Ett Rum. La comisaria Estelle af Malmborg añade: “Estamos muy contentos de inaugurar la nueva línea de Ett Rum con Åke E:son Lindman, porque su sensibilidad por el espacio encaja perfectamente con la filosofía de la galería. Otra faceta de su trabajo que me parece tan interesante es que nos muestra el proceso fotográfico desde diferentes perspectivas y las infinitas posibilidades de la fotografía analógica”.
El desembarco de Ett Rum en Madrid es también reflejo del papel creciente de la capital en el panorama internacional. “Madrid permite que los artistas nórdicos dialoguen con otras culturas y contextos, y que su lenguaje encuentre nuevas lecturas y resonancias fuera de su geografía original”, señalan desde la galería. La ciudad, con su vitalidad cultural y su condición de puente entre Europa y América Latina, se convierte en un terreno fértil para que la estética escandinava encuentre nuevos matices.
La programación de Ett Rum no se limita a esta primera exposición. A lo largo del próximo año, la galería presentará proyectos que cruzan las fronteras entre arte, diseño y artesanía, con especial atención al diálogo entre lo nórdico y lo mediterráneo. Uno de los hitos será la exposición de Gustaf Nordenskiöld, prevista para febrero de 2026. Este artista combina pintura, escultura e instalación y encarna la visión interdisciplinar de Ett Rum. “Su obra refleja el carácter nórdico en su esencia: el vaivén entre la melancolía de los inviernos y la intensidad luminosa de los veranos. Esa tensión, entre lo material y lo poético, entre lo tangible y lo existencial, define también la manera en que queremos trabajar”, avanza la dirección.
La apertura de Ett Rum con la obra de Lindman no solo trae a Madrid una parte esencial de la tradición estética escandinava, sino que también abre la puerta a un intercambio cultural de largo alcance. El propio fotógrafo indica que “la arquitectura que fotografío proviene de diferentes lugares de países completamente distintos, pero mi expresión está influenciada por el tono escandinavo”.

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