Medio Ambiente

La falla que amenaza con sumergir bajo un tsunami la costa andaluza

El Gobierno autonómico se prepara para realizar varios simulacros ante desastres naturales como este: una ola de seis metros que llegaría a la costa de Málaga en 20 minutos

Las ondas gigantes se rompen contra las rocas, durante una tormenta en Sagres Algarve
Las ondas gigantes se rompen contra las rocas, durante una tormenta en Sagres AlgarveDreamstimeDreamstime

El 1 de noviembre de 1755 un devastador terremoto (de 8,5 grados en la escala de Richter) sacudió la ciudad portuguesa de Lisboa durante varios minutos. El fenómeno originó, además, una ola gigante que alcanzó las costas de Huelva en solo 47 minutos y las de Cádiz en las dos horas siguientes. Como consecuencia de todos estos sucesos encadenados se calcula que murieron unas 15.000 personas (el gran tsunami de Indonesia de 2004, recogido por el cine en películas como «Lo imposible», acabó con la vida de 200.000 personas).

Año 88 d. C., 218, 1522, 1680, 1773, 1804, 1978... todos ellos figuran en los registros como años en los que tuvieron lugar algunos de los casi 20 maremotos que han golpeado el sur de la Península Ibérica a lo largo de la historia. Los datos pertenecen al Catálogo de Tsunamis Euro-mediterráneos (EMTC) elaborado por un grupo de investigadores liderados por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV). La Penínsulas Ibérica puede sufrir los efectos de una ola gigante tanto en el lado del Atlántico de Andalucía como en el del Mediterráneo. De hecho, la Junta ha preparado varios simulacros sobre el terreno que se llevarán a cabo en los próximos días de este mes de octubre. Las acciones forman parte de un Plan de Contingencia y un futuro Plan de Emergencias ante el riesgo de maremotos en sus costas. El plan que recibe el nombre de RespuestA 21 recreará tres situaciones de emergencia: un gran terremoto en la zona oriental de Andalucía (Almería, Granada y Málaga), un maremoto en el Golfo de Cádiz (Cádiz y Huelva) y unas graves inundaciones en las provincias del Valle del Guadalquivir (Jaén, Córdoba y Sevilla), según explican varias agencias de noticias. Según dice el estudio de riesgo elaborado por el Gobierno autonómico, el mayor riesgo de tsunamis se concentra en la franja oeste del litoral, desde Ayamonte en Huelva hasta Tarifa en Cádiz. Olas de hasta 12 metros podrían sumergir literalmente en cuestión de minutos a 22 municipios: Ayamonte, Isla Cristina, Lepe, Cartaya, Punta Umbría, Huelva, Palos de la Frontera, Moguer, Lucena del Puerto y Almonte, en la provincia de Huelva y otros doce en Cádiz (Sanlúcar de Barrameda, Chipiona, Rota, El Puerto de Santa María, Puerto Real, San Fernando, Cádiz, Chiclana de la Frontera, Conil de la Frontera, Vejer de la Frontera, Barbate y Tarifa.

Los habitantes de la costa este andaluza, de Málaga a Murcia, tampoco están a salvo de las olas gigantes. Las fallas del activo Mar de Alborán así lo indican. Un reciente estudio llevado a cabo por el Instituto de Ciencias del Mar del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se centra en una de estas fallas, la de Averroes.

Perfiles sísmicos

Este mar es una microplaca, un trozo de continente atrapado entre Eurasia y África. La ciencia apunta a que la placa africana se está moviendo hacia el norte a un ritmo de unos cuatro milímetros al año con dirección a Europa empujando y atrapando cada vez más esta pequeña placa bajo el mar. «Hay muchas fallas en esta zona, pero no sabemos si todas tienen capacidad para generar tsunamis. Decidimos estudiar esta porque parece tener posibilidades para provocar olas gigantes» dice Ferrán Estrada, investigador al frente del estudio. Esta falla de Averroes presenta un salto vertical de hasta 5,4 metros en uno de sus extremos y este salto, a su vez, presupone que debió originarse un terremoto de hasta siete grados alrededor del año 365. Los científicos han encontrado evidencias de este suceso y estudiado la historia de la zona en los últimos 124.000 años.

Para estudiar estas fisuras de la corteza terrestre los investigadores se han desplazado en barco para obtener un perfil sísmico de la zona. Hay que tener en cuenta que la falla descansa a 900 metros de profundidad bajo el mar. Desde el barco se emiten ondas acústicas que viajan por el agua hasta penetrar en el suelo. Cuando suben otra vez al barco se registra la información rebotada y se vuelve a lanzar nuevas ondas. De esta manera, se consigue dibujar una radiografía vertical de cientos de metros de profundidad. «Sería algo parecido a cortar un pedazo de pastel y ver las diferentes capas de sedimentos» explica Estrada.

Gracias a la información recabada, los científicos pueden afirmar que esta falla tiene más capacidad para generar tsunamis de lo que se pensaba y podría provocar olas de hasta seis metros de altura que alcanzarían la cosa en nada más que 20 minutos. «Al detectar ese escalón en el fondo, vimos que ha habido un desplazamiento que muy posiblemente provocara un tsunami. Calculamos que puede producirse uno de estos episodios cada 30.000 años aproximadamente, pero esto no quiere decir que mañana no pueda ocurrir. Desgraciadamente, en el caso de las fallas, no es posible adelantarse; no hay indicios previos que indiquen cuando se puede producir un terremoto. Esto es lo que los diferencia de otros sucesos naturales como las erupciones volcánicas; antes de uno de estos episodios hay muchos sismos que indican que el magma está luchando por salir del interior de la Tierra», comenta Estrada. En esta caso, la falla está tan cerca de la costa que de producirse un terremoto, un posible tsunami llegaría a pueblos costeros en muy poco tiempo. «Ante estas situaciones la única opción es avisar a la población.. si ven que el mar se retira, lo recomendable es que se desplacen a zonas más altas» alerta.

Tras estudiar Averroes, un grupo internacional de investigadores entre los que también se encuentra Estrada, ha vuelto al mar de Alborán para analizar la que hasta ahora se considera la falla más activa de toda esta zona. La llamada de Al- Idrissi es la responsable del terremoto (6,4 grados) de 2016, que provocó graves daños en la ciudad de Melilla y en numerosas localidades del sur de la Península y el norte de África. «Con este nuevo proyecto queremos extraer testigos de sedimentos y medir propiedades geotérmicas para ver cómo de estable es el terreno ante posibles tsunamis», dice Estrada, quien refiera además al futuro de todo este mar de Alborán. «En cientos de miles de años este mar que ahora baña las costas andaluzas desaparecerá bajo la presión de los movimientos tectónicos. El mar Mediterráneo se empequeñece también. La geología de este mar es compleja, baste pensar que los Alpes son formaciones de montañas con base de rocas provenientes de África» comenta el investigador.

Un mar amenazado

Aunque parezca un mar tranquilo, en el Mediterráneo se produce uno de cada diez tsunamis que se generan en el mundo. Al menos esto es lo que afirmaba un estudio llevado a cabo hace un años y publicado en la revista Ocean Science, publicación principal de la Unión de Geociencias Europea. Entonces, un grupo de investigadores desarrolló un modelo de simulación matemático que predice que un maremoto podría hundir si problemas las ciudades del sur de Italia y Grecia. Y recuerda que «en el 365 AC se produjeron una serie de terremotos con magnitudes entre 8 y 8,5 en Creta. Los tsunamis resultantes destruyeron ciudades en Grecia, Italia y Egipto, con un saldo de más de 5.000 víctimas solo en la ciudad de Alejandría. En 1908, un terremoto de magnitud siete se produjo en la región siciliana de Messina, causando un tsunami con olas de más de diez metros de altura que mató a miles de personas».