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Medio Ambiente

El Amazonas, en juego en las elecciones de Brasil

El país se enfrenta a graves problemas como el aumento de la pobreza y la falta de seguridad. La comunidad internacional también mira preocupada el rápido ritmo de deforestación que sufre el pulmón verde del planeta

Según WWF, en una década, 43 millones de hectáreas (dos veces el Reino Unido) se han perdido por la deforestación. Las tasas más rápidas ocurren en el Amazonas brasileño DANIEL BELTRAAP

Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva se enfrentan este domingo por la presidencia de Brasil. Son las primeras elecciones que se celebran en el país tras la pandemia del Covid-19 (que dejó más de 680.000 muertes) y las más polarizadas que se recuerdan. «Brasil se ha derechizado. Tanto el Congreso como el Senado suman una mayoría de partidos de derechas. También ha crecido la brecha territorial. El Norte vota al Partido de los Trabajadores de Lula y el sur, más rico, sigue siendo el bastión de la derecha derecha de Bolsonaro», afirma Anna Ayuso, investigadora del think tank « Barcelona Cent erforInternat ion al Affairs (CIDOB)».

Si hay algo que define la política de Bolsonaro es la frase «política del buey, la bala y la Biblia », es decir una gestión que defiende la expansión agrícola y la creación de milicias armadas en el campo, además de una férrea defensa de la familia, etc. Frente a él reaparece Lula, que dirigió el país entre 2003 y 2011 y ha cumplido condena acusado de corrupción y lavado de dinero. Además, lo hace con diferentes apoyos progresistas a los que ha sumado alguno entre los conservadores, como su antiguo rival Geraldo Alc

khim. Ambos se enfrentan a graves problemas como la pobreza o la falta de seguridad y graves estragos en la economía. El número de brasileños que pasa hambre ha aumentado de los 19 millones de 2020 a los 33 en 2022, según un estudio de la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria (Penssan).

Sin embargo, el mundo mira preocupado lo que pase el domingo no solo por la realidad social que vive el país, sino también por las consecuencias que podría tener para la conservación del Amazonas, considerado el gran pulmón verde terrestre del planeta. Euronews lo afirma categórico: el destino de la selva amazónica depended el resultado de las elecciones. De hecho, la imagen exterior de Brasil está muy marcada por la protección o destrucción del Amazonas. La preocupación es más internacional que interna. «El Amazonas a nivel de votos no es una región importante porque no está muy poblada. Sin embargo, el lobby de la ganadería y la agricultura intensiva tiene mucha influencia y es uno de los grandes apoyos de Bolsonaro», dice Ayuso, quien recuerda que internamente el Amazonas es muy importante para el movimiento ambientalista y los indígenas, que representan una minoría de población. «Las preocupaciones más importantes ahora mismo son la pobreza, el aumento de la violencia o, incluso, la religión», cuenta Ayuso.

El Amazonas es la selva tropical más grande del mundo con sus 5,4 millones de km2. Más de la mitad de la superficie se sitúa dentro de las fronteras de Brasil. Esta extensión verde regula la producción de lluvia y ayuda a enfriar la temperatura de la Tierra, por lo que se le considera una barrera de protección contra el cambio climático.

En los últimos 60 años se calcula que la cuenca amazónica ha perdido un 20% de su superficie, sobre todo para crear tierras de cultivo y explotaciones ganaderas. Sobre su conservación hay algunas diferencias entre los dos candidatos. «Durante el mandato d eL u la se llevaron a cabo programas para luchar contra la pérdida de bosque, como la creación de zonas de exclusión para usos agrícolas. Se monitorizó a través de satélites la deforestación», afirma Ayuso, que matiza que sin embargo sí hubo diferencias durante el mandato de Dilma Rousseff. «Hubo un relajamiento de las políticas y se puso más énfasis en el desarrollo de infraestructuras. También aumentó la superficie de cultivos, pero se respetaron las zonas protegidas de la selva», matiza. Además, en algunos períodos del mandato de Lula, afirma la BBC, las tasas de deforestación también han sido elevadas, incluso por encima de las del gobierno Bolsonaro. «En 2008, Lula firmó un decreto que multaba a los propietarios de tierra que no respetaran la reserva legal... Sin embargo se dilató por tres años la entrada en acción», decía en 2010 la revista del Centro Andino de Estudios Internacionales.

Sabanización del Amazonas

A Bolsonaro, sin embargo, se le acusa de protagonizar el mayor aumento de superficie deforestada. En 2019, primer año de mandato, se deforestaron casi 10.000 km2, un aumento de un 30% respecto al año anterior. En 2021, se perdieron 13.038 km2. «La deforestación se ha disparado en los años del gobierno Bolsonaro. Los índices de destrucción son los más altos de los últimos 15 años», afirma en un tribuna en El País, Gustavo Faleiros, editor de investigación medioambiental del Centro Pulitzer y cofundador de InfoAmazonia.org. Además, «se levantó la prohibición de cultivar determinadas zonas protegidas, se congelaron los fondos destinados a protección y monitorización, y se relajaron las multas para quien contra viniera las leyes medioambientales. No es de extrañar, viendo quiénes son sus aliados, que él defienda públicamente el derecho a explotar la tierra y a decidir libremente sobre sus recursos naturales», continúa Ayuso. También han aumentado los conflictos violentos por la tierra y los asesinatos de indígenas, según apunta Euronews.

Para los científicos el principal problema que tiene el ritmo actual de deforestación de la selva brasileña es que se alcance un punto de no retorno y que la degradación sea de tal magnitud que sea imposible regenerarlo. Sin embargo, los datos no son halagüeños. Un reciente estudio publicado en Nature afirma que el Amazonas actualmente emite más CO2 del que absorbe. Concretamente, entre 2010y2019un20% más que lo que absorbió. «En el lado este, el cual está deforestado en un 30%, se emite hasta diez veces más carbono que en el oeste, el cual está alrededor de un 11% deforestado», dijo Luciana Gatti, del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil y autora principal del estudio. La investigadora asegura también que la misma deforestación pone en peligro la producción agrícola.

La pérdida de bosque ya está provocando menos lluvias, más calor y sequías en Brasil. Las temperaturas en la región han aumentado hasta tres veces el promedio mundial durante los meses más calurosos y desde que iniciara el siglo la región, en teoría una de las más lluviosas del mundo, ha vivido cuatro grandes sequías (2005, 2010, 2015 y 2021). Para final de siglo, afirma un estudio internacional liderado por la Universidad de Leeds, toda la oriental se enfrenta a una grave desecación. Este fenómeno, del que se empezó a hablar en los años 90, se conoce como sabanización del Amazonas.

El cambio en los patrones de lluvia también afectan a regiones mucho más alejadas. Ya en 2013 un equipo de la Universidad de Princeton afirmaba que una Amazonia deforestada podía alterar las precipitaciones en EE UU provocando un 20% menos de lluvia en la costa noroeste o la pérdida de un 50% de la nieve de Sierra Nevada.

Propuestas de los candidatos

Bolsonaro ha relajado un tanto su discurso medioambiental, por ejemplo, amenazó con salirse del Acuerdo de París pero dio marcha atrás porque eso suponía perder los certificados necesarios para poder exportar productos agrícolas y ganaderos. «Cuenta con un programa medioambiental pero sin medidas concretas», afirma Ayuso. Por su parte, «con Lula, lo que podemos esperar es la reanudación del Fondo Amazónico, una de las iniciativas que han surgido de las negociaciones sobre el clima. Encabezados por Noruega, varios gobiernos han apoyado medidas contra la de forestación », afirma Faleiros.

Habrá que ver qué sucede este domingo y en los próximos días, porque el futuro de Brasil y del Amazonas no solo depended el o que pase en las urnas. «En consonancia con las amenazas vertidas por Bolsonaro, qué ocurrirá si el presidente es derrotado en las urnas: ¿lo aceptará o iniciará como Donald Trump, actuaciones para mantenerse en el poder?», dice Carlos Malamud, investigador del Real Instituto Elcano.

Comercio ilegal de especies a China

China domina el comercio con América del Sur con unas inversiones equivalentes a los 450.000 millones de dólares de 2021, según publica el National Geographic. De Brasil sale soja, carne y hierro con dirección a China. Por desgracia, estos lazos comerciales también le han abierto las puertas al tráfico ilegal de especies: jaguares, reptiles, pájaros o ranas venenosas salen cada año desde el Amazonas con destino el sudeste asitático. Muchas de las especies con las que se trafica forman parte de la Lista Roja de la UICN. «Elizabeth Bennett, vicepresidenta de conservación de especies de la organización sin fines de lucro Wildlife Conservation Society (WCS), fue una de las primeras en hacer sonar la alarma en la Conferencia sobre comercio ilegal de vida silvestre de 2018 en Londres», cuenta esta revista.

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