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Medio Ambiente
El mar Báltico será la fuente de energía para la calefacción de Helsinki
El proyecto para extraer agua del mar para la central térmica de la capital finlandesa será realizado por Acciona y requiere la construcción de un túnel submarino de 17 kilómetros
En España hay unos 6.000 edificios que se calientan con mismo equipo central desde el que se distribuye el calor por una red de tuberías a cada vivienda, como otros suministros ya sea el agua, la electricidad o el gas.
Es la calefacción de distrito, traducción del concepto ‘district heating and cooling’, como se denominan los sistemas de producción centralizada de calor y frío que atienden las necesidades de calefacción, agua caliente sanitaria y frío de los usuarios que se conectan a ese sistema en una zona urbana más o menos amplia.
En el norte de Europa, Estados Unidos y Canadá este sistema está más extendido. Mientras que en Reino Unido, Italia, Francia y Países Bajos, la capacidad instalada va del 2 al 6 por ciento.
Perspectivas en España
Su uso en España es incipiente y minoritario, pero ya hay ejemplos de calefacción de distrito en Cataluña, País Vasco y Castilla y León. Suponen el 0,5% del total de calefacción en España, con 918 kilómetros de tuberías de 516 redes y una potencia de 1,6 GW.
La previsión es que las redes de climatización crezcan hasta 26% anual en España en 2030, de manera que supondría un 5% del total de calefacción, similar a otros países de nuestro entorno. De hecho, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) remitido a la Unión Europea por el Gobierno, contempla medidas para promover las redes de calor y frío, sistemas a los que otorga un papel relevante en la consecución de los objetivos de implantación de energías renovables en usos térmicos y de reducción de emisiones. Los motivos son que los combustibles y tecnologías más utilizados en estas redes son renovables: biomasa, geotermia o biogás, contribuyen, por una parte a incrementar la independencia energética; y, por otra, a la progresiva descarbonización de los sistemas de calefacción, con un ahorro de toneladas de CO2 que alcanzaría los 3,4 millones.
En España, el combustible más utilizado es la biomasa, un 76% «aunque en las nuevas redes que se están haciendo se está empezando a utilizar también la geotermia. Es un sistema que tiene muchas ventajas y que proporciona una autonomía energética y una importante estabilidad de precios. Además, sin duda, de los beneficios», explica Jorge García, director de Desarrollo de Negocio de Concesiones Industriales de Acciona.
Adicionalmente, las redes de calor/frío, son un 50% más eficientes; al no tener que manipular ni almacenar combustible reducen riesgos de explosiones en edificios, así como de legionelosis y tienen una alta fiabilidad y disponibilidad gracias a la sensorización y monitoreo de la red y las centrales. Además, son aptas tanto para nuevos barrios como para zonas urbanas consolidadas.
En esto de la calefacción de distrito la capital finlandesa juega en otra liga. No solo tiene en funcionamiento uno de los sistemas más veteranos de Europa, con el que climatiza las viviendas de casi la mitad de sus más de 600.000 habitantes, sino que está en fase cambiar la tecnología energética y pasará de quemar carbón a aprovechar el agua del mar Báltico, a cuya orilla está, para obtener energía térmica.
Proyecto singular
La empresa municipal energética de Helsinki, Helen, ha seleccionado a Acciona y su socio local, YIT, para llevar a cabo este proyecto, decisión en la que ha pesado mucho la experiencia de la compañía en la construcción de túneles.
Acciona diseñará la infraestructura necesaria: «un túnel submarino de 17 kilómetros y 7 metros de diámetro, a 50 metros de profundidad, -indica Fernando Vara, director de Desarrollo de Negocio de Túneles de la empresa-, con el que se captará agua del mar entre noviembre y marzo, porque en la superficie está casi congelada, a una temperatura constante de 2 grados bajo cero, mientras que en verano se captará de la superficie. Ese agua, mediante un proceso térmico, alimentará el sistema energético, y después se devolverá al mar a través de otro túnel de 8 kilómetros».
La longitud del túnel de extracción, «que se hará con tuneladora, técnica nunca utilizada antes en Finlandia, la potencia de la central térmica, de 400 MW y que será la mayor del mundo de sus características, y el uso de un recurso natural como es el agua del mar para obtener energía térmica, hacen este proyecto muy singular».
La previsión es que la nueva central entre en servicio en 2029, y durante los próximos dos años «desarrollaremos el diseño del proyecto, la evaluación ambiental que será muy seria dada la sensibilidad del entorno, etc. En definitiva, se hará lo necesario para ceñirlo al concepto definido por el cliente. Entonces, tendremos un diseño definitivo y un presupuesto, unos 430 millones de euros. Luego ya se podrá hacer la obra».
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