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La carrera europea para producir biometano
Se prevén inversiones de 6.000 millones para transformar residuos en este gas renovable e independizarse del gas ruso
El biometano tiene capacidad para cubrir dos tercios de la demanda europea de gas prevista para 2050. Así de tajantes se mostraban los ponentes en la Conferencia Europea de Biogás celebrada hace unos días en Bruselas. El acto ha coincidido con el aniversario de la aprobación del plan REPowerEU que aboga por poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles de Rusia y en el que el biometano se posiciona como una alternativa para conseguirlo. El objetivo es que se produzcan 35.000 millones de m3 (bcm) en 2030. Pero queda camino por recorrer. La producción actual no supera los 21 bcm, mientras que el consumo de gas de Rusia sigue aumentando. Concretamente se importa hasta un 40-50% más que hace año y medio.
¿Qué es el biometano? Se trata de uno de los llamados gases renovables y se obtiene a partir de biogás. Este biogás a su vez se produce a partir de la descomposición de residuos de todo tipo, desde lodos de las depuradoras a restos sólidos urbanos y agroindustriales o deyecciones de los animales. «En general se usa un proceso llamado digestión anaeróbica. Las bacterias en ausencia de oxígeno descomponen la parte orgánica de los residuos produciendo metano (CH4) y CO2. Depende de la materia prima que se use, la cantidad resultante de metano varía. Se obtiene entre un 50% y un 70%. Además, no todos los residuos presentan el mismo grado de dificultad a la hora de trabajar. Los más usados y fáciles de tratar son las deyecciones animales, porque los animales comen más o menos lo mismo… Los más difíciles son los sólidos urbanos», explica Marcelo Ortega, investigador de la ETSI de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid. «La diferencia fundamental entre biogás y biometano es el poder calorífico de uno y otro. Además, para obtener biometano hay que hacer un proceso de limpieza y enriquecimiento sobre la base de biogás», detalla Javier Lázaro, director técnico y de regulación de la Asociación de Empresas de Energías Renovables.
Una vez obtenido, ese biometano se podría volcar a la red de gas o usarse para sectores cuya electrificación sea complicada como el transporte pesado por carretera o para barcos. «La condición del biometano de fuente de energía renovable no eléctrica puede contribuir a alcanzar la descarbonización, especialmente mediante la inyección en red de este gas renovable. Esta sería la opción de consumo más eficiente, pues posibilita que el biometano sea suministrado a un mayor número de clientes, equilibrando producción y demanda, y aprovechando las infraestructuras ya existentes», opina Joan Batalla, presidente de Sedigas (la Asociación Española del Gas). «El interés creciente de los gases renovables está fundamentado en el proceso de descarbonización, tenemos que cumplir los objetivos europeos de emisiones netas cero en 2050 y so significa que la industria está obligada a transformarse. Muchos procesos usan gas y eso hace que el sector industrial busque alternativas como el biogás y el biometano», matiza Lázaro.
Ahora mismo hay 146 plantas de biogás en España (entre vertederos, aguas residuales, etc.). Sin embargo, de biometano solo hay en operación 11 plantas (producen 455 GWh al año al año). Cerca de otras 200 están en fase de proyecto y desarrollo. La clave aquí es la inversión. «Para obtener biometano, hay que invertir casi el doble que para obtener biogás y si no tienes garantía de que se va a vender ni que vas a tener rentabilidad o de qué va a cumplir con las especificaciones técnicas de cada mercado (la red de gas exige que el 95% del gas que se inyecta sea metano y para los coches que contenga un 85% de metano), puede ser que no merezca la pena invertir en su producción», matiza el investigador de la UPM, quien considera que el principal motivo por el que España cuenta con tan pocas plantas es porque «no se tiene el modelo de negocio claro. Lo primero es saber para qué lo queremos usar, antes de hablar de otras barreras».
España esconde un gran potencial en producción de biometano; un reciente estudio de Sedigas afirma que se pueden producir hasta 163 TWh anuales. «Su aprovechamiento supondría la puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas, una inversión de casi 40.500 millones de euros, el equivalente al 3,6% del PIB, y generaría unos 62.000 empleos», dice el texto. Además, por CC AA Castilla y León, Andalucía y Castilla-La Mancha acaparan el 50% del total de la capacidad nacional. Y es que entre los residuos con poder para transformarse en este gas renovable ocupan un lugar destacado los purines de las granjas de animales. Decía Jorge Pinto Antunes, subjefe de Gabinete del comisario europeo de Agricultura durante el congreso que 15 de los 22 Planes Estratégicos de la Política Agrícola Común (PAC) apoyan la producción de biogás y biometano. «Tiene la ventaja de que se trata de economía circular para esos residuos ganaderos que terminaría lanzando a la atmósfera metano», puntualiza Ortega. De hecho, se calcula que evitaría la emisión de 8,3 millones de toneladas de este gas.
España es el primer productor ganadero de Europa -los purines del sector ganadero representa el 15% del total en la UE y, sin embargo, de momento se sitúa en el puesto nueve en producción de biometano. «El aprovechamiento del potencial de producción de biometano de España preocupa especialmente debido a objetivos poco ambiciosos (20TWh de producción de biogás, no de biometano, muy alejado del objetivo de entre 35 y 47 TWh que propone el sector) en comparación con las estimaciones de informes nacionales y otros recientes avalados por la propia Comisión Europea. Este 2023 está llamado a ser un año clave para el futuro mercado de los gases renovables en la UE y en España. Es muy significativo que, en el momento actual de actualización del PNIEC, la propia Comisión apele a establecer objetivos más ambiciosos y alineados con la capacidad potencial que atesora nuestro país y que, según sus propios cálculos podrían reemplazar hasta el 13% de la demanda actual de gas actual», afirma el presidente de Sedigas.
Europa
A las deyecciones animales (tanto de cerdos, como de vacas o aves) habría que sumar los restos forestales o los cultivos intermedios… «El biogás ahora mismo se está usando para generar electricidad o bien para autoconsumo o bien para volcar a la red. Para que arranque el biometano en España se necesita antes que nada saber cuál es el modelo de negocio que queremos. y decidir en qué queremos usar el biometano. ¿Para transporte pesado, para barcos, para los consumos de calefacción de los hogares? Parece claro que la energía se va a generar con renovables y que el transporte será eléctrico. Sin embargo, hay sectores donde no está tan clara la electrificación como el transporte por carretera o el marítimo, donde puede ser interesante usar este biometano o para consumo de los hogares. Una vez que se defina la demanda, se podrá desarrollar la industria. Además, tiene que haber mecanismos de ayuda como se ha hecho con otras renovables como la fotovoltaica», puntualiza el investigador de la UPM.
En el resto de Europa también se afianza la apuesta por este gas renovable. Ya hay casi 20.000 instalaciones de biogás, aunque la producción sólo supone un 1% del consumo de gas en Europa. Sin embargo, La Asociación Europea de Biogás prevé inversiones de 6.000 millones de euros en proyectos de biometano en los próximos dos años y un montante total de 12.400 millones para 2030. Los países en los que más está previsto invertir son Francia (1.400) Italia (1.100) y Países Bajos (951). España sería la cuarta con 948. Lidera la lista, Alemania con una producción de 13 TWh anuales. El país, además, está empezando a mirar con interés las granjas porcinas españolas para invertir y garantizarse biometano con garantía de origen, es decir, gas con certificado de origen renovable. Por detrás, otras potencias como Francia: «El Ejecutivo quiere aumentar sus objetivo al 15-20% para 2030. Francia dispone de un elevado potencial de residuo agrícola y ganadero, cuenta con objetivos ambiciosos (10%) desde 2015 y un sistema variado de ayudas, cuyo principal instrumento desde 2011 ha sido la prima a la producción», afirma Batalla.
¿Independencia del gas natural?
El objetivo de REPoWerEU y de esta apuesta por los gases renovables es, pregona la Comisión, la independencia del gas de Rusia. Sin embargo, entre las sanciones económicas que ha impuesto la UE a Rusia por la guerra de Ucrania no figura la prohibición de la importación de gas de ese país. Esta misma semana se hacía público un informe que apunta a que los países europeos compran más gas natural de Rusia ahora que hace un año y medio. España y Bélgica han aumentado sus importaciones un 50% y nuestro país es el que más paga por el gas de todos los países del entorno europeo (1.650 millones de euros). España es por capacidad de regasificación un punto de llegada clave para el gas natural licuado que llega desde Rusia en barco, se regasifica en la Península y se exporta.
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