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Verde

Arranca la vuelta al cole más «eco» en España

El comienzo del curso es el momento perfecto para acercar la educación ambiental a los más pequeños. Estos son los consejos prácticos de algunos expertos

Familia reciclando
Familia del centro educativo CEIP San Roque reciclando en su hogar, en PradoluengoMaría Valderrey

Con el final de las vacaciones de verano, llega la vuelta al cole. Toca retomar rutinas como el reciclaje y formular nuevos propósitos. Muchos hogares apuestan por adoptar hábitos más sostenibles para que el arranque del curso lectivo tenga el menor impacto ambiental posible. Recurrir a la segunda mano a la hora de adquirir los libros de texto es uno de los trucos más socorridos para ahorrar dinero en casa y «ahorrarle» recursos al planeta.

«Cuando hablamos de vuelta al cole se pone el foco en el material escolar. Parece que “cada año nos piden más” y esto incluye a nuestros hijos: quieren una mochila nueva, bolis nuevos… La clave es inculcarles el valor de la reutilización. Hacer acopio de todo el material escolar que esté en buen estado y volver a usarlo», aconseja Helena Astorga, responsable de Naturaliza, el proyecto de Ecoembes para impulsar la educación ambiental en el sistema educativo. Si el estuche del año pasado sigue en buen estado, ella anima a «personalizarlo con parches» o teñir la mochila con tintes naturales, dándole «un nuevo aire».

Si no queda otra que comprar materiales nuevos, debemos optar por productos reciclados y de calidad. Muchas marcas fabrican material escolar sostenible. Lefrik y Fieito son dos ejemplos españoles de mochilas creadas a partir de plástico reciclado. «El tejido está hecho con materiales 100% reciclados y es duradero. Nosotros ofrecemos 5 años de garantía», explica Curra Rotondo, CEO de Lefrik. Además, participan en proyectos de educación ambiental. «Explicamos a niños en riesgo de exclusión el ciclo de vida de los residuos. Les gusta mucho ver que ese trabajo extra que hacen en casa para reciclar en casa se convierte en una mochila que pueden llevar al colegio. Ver los resultados al alcance de su mano».

En cuanto a los cuadernos, no los tires si aún les quedan hojas. «Animamos a los padres a que no tengan que ser nuevos. Si les ha sobrado un cacho, ¡que lo traigan al colegio!», aconseja María Valderrey. Ella enseña música y es la tutora de de 1º y 2º de Primaria en el CEIP San Roque. Su centro es uno de los 1.750 colegios de España que forman parte de la red Naturaliza para promover el respeto medioambiental de forma transversal a asignaturas como Matemáticas o Lengua. En total, son ya más de 2.700 docentes los que se han formado a través de su plataforma, y unos 125.000 los niños que, gracias a ello, aprenderán sobre aspectos tan importantes como la sequía, la deforestación o la contaminación.

Enclavado en el pequeño municipio de Pradoluengo (Burgos), sus aulas suman en total unos 50 niños y niñas de Infantil hasta 6º de Primaria. Se trata de una comunidad pequeña donde ya están viendo los resultados de educar con enfoque ambiental, incluso fuera del colegio. «El año pasado trabajamos el reciclaje desde el aula a través de los contenidos de Naturaliza. Cada curso se centró en un contenedor de reciclaje distinto: el amarillo para envases, el azul para papel y cartón, el gris, el marrón… Pero queríamos que nuestro trabajo llegara a todo el pueblo, así que hablamos con el Ayuntamiento».

¿El resultado? «Logramos que los carteles informativos que habían hecho los alumnos se pusieran en el mercado. También se digitalizaron en QRs que pegamos a los contenedores. Cualquier persona del pueblo con un móvil podía consultar qué cosas se podían tirar y qué cosas no», cuenta Valderrey. Se trata de un ejemplo precioso del impacto real de una educación ambiental temprana. «Si se educa desde la escuela, se llega a toda la sociedad. Y, si se llega a toda la sociedad, se puede cambiar el mundo», afirma la maestra.

Además, Naturaliza busca fomentar las aulas al aire libre para generar conciencia ambiental. En Pradoluengo, muchas clases se dan en el patio escolar, donde tienen una pequeña granja de gallinas castellanas. «Esta raza está en peligro de extinción. A través de ellas, se forma al alumnado en el cuidado de la biodiversidad de forma transversal. En Naturales aprendemos cómo es el proceso de reproducción ovíparo. En Lengua, les dedicamos poesías, en Música canciones; resolvemos problemas matemáticos con huevos y, para fabricar el gallinero, se trabajaron los volúmenes», enumera Valderrey. Las familias también están implicadas: «Les vendemos los huevos (fomentando la compra de productos de cercanía) y usamos el dinero para alimentar a las aves».

Granja de gallinas castellanas en el patio escolar del CEIP San Roque
Granja de gallinas castellanas en el patio escolar del CEIP San RoqueCedida

También es importante dar ejemplo en cómo nos desplazamos. «Muchas veces vemos filas y filas de coches a las puertas de los colegios, pero si el trayecto es corto se puede recorrer a pie o en transporte público», apunta la responsable de Naturaliza. Incluso podemos compartir coche.

Otro consejo para una vuelta al cole más sostenible tiene que ver con el almuerzo. «Optar por bolsas de tela o fiambreras para guardar los bocadillos y usar botellas reutilizables ayuda a reducir los residuos», destaca Astorga. En el caso en que sea imprescindible, debemos recordar que los envoltorios de plástico, el papel de aluminio o el brik del zumo siempre van al amarillo.

«Nuestros adultos del mañana son los niños de ahora. Es importante que adquieran valores; que tengan conocimientos de base para comprender mejor su entorno e impactar en él de la forma más positiva posible», concluye Astorga.