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Energía

¿Puede convertirse la piel de naranja en combustible?

La industria frutícola genera cada año miles de toneladas de residuos que se desaprovechan si no encuentran un nuevo uso. Ahora, gracias a una investigación de dos universidades españolas, estamos más cerca de que ese desperdicio se convierta en energía para un sector estratégico como el transporte

La UPM y la UCLM han lanzado una investigación sobre la viabilidad los residuos generados por la actividad del sector frutícola como combustible.
La UPM y la UCLM han lanzado una investigación sobre la viabilidad los residuos generados por la actividad del sector frutícola como combustible.Unsplash - Sheraz Shaikh

Por un lado, la producción de zumo de naranja produce cada año hasta 30 millones de toneladas de subproductos y residuos que deben ser tratados de forma adecuada para evitar un impacto ambiental indeseado.

Por otro, la creciente preocupación por encontrar una alternativa a los combustibles fósiles ha empujado a investigadores y empresas a buscar fórmulas para ser menos dependientes.

Buscando nuevas fórmulas

La Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la Universidad de Castilla-La Mancha han unido sus esfuerzos y han lanzado una investigación conjunta que estudia la posibilidad de utilizar los residuos generados por la actividad del sector frutícola para utilizarlo como combustible en biorreactores.

Para ello, han extraído el aceite de naranja y han analizado su potencial como biofuel para la industria del transporte, gracias al D-limoneno, un elemento con una densidad excelente, un gran poder calorífico y sus propiedades de flujo en frío, a bajas temperaturas.

Su alto contenido en terpenos permite obtener como resultado que este elemento puede ser viable, por ejemplo, cuando se combina con combustible para aviones hasta en un 15%, lo cual supone un ahorro notable.

Además de no presentar ninguna diferencia en rendimiento y cumpliendo todos los estándares de las normas de aviación, este biocombustible presenta otra ventaja: reduce la formación de hollín, lo que significa una disminución importante de las emisiones contaminantes, en comparación con los combustibles que se emplean en la actualidad.

Como explica David Donoso, investigador de la ETS de Ingeniería Industrial de la Universidad de Castilla-La Mancha, “la principal ventaja de este proceso es que la hidrogenación completa del combustible permite reducir su emisión de hollín un 55 %, según hemos comprobado en nuestro estudio”.

Un viejo conocido

El aceite de naranja en forma de residuo ya se usa para diversas aplicaciones, sobre todo en los sectores de la alimentación, la cosmética y la farmacia.