El fracaso de la tecnología para crear un cemento «eco»

El acero y el cemento son dos materiales de los que ninguna sociedad puede prescindir. Sin embargo, su producción conlleva una importante huella de carbono. La realidad es que, al ritmo en que crecen las nuevas tecnologías de transporte y almacenamiento de CO2, electricidad renovable e hidrógeno verde, no vamos a cumplir el objetivo de cero emisiones para 2050. Así lo constata un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional de Estudios Ambientales de Japón y la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y publicado en la revista Nature. El estudio sostiene que también se deben considerar cambios en la forma en que se utilizan o consumen los materiales a base de acero y cemento para cumplir con el Acuerdo de París.

Dirigido por el Dr. Takuma Watari, el análisis revela una brecha entre el despliegue de la infraestructura previsto y el real. Por ejemplo, los escenarios elaborados por la Agencia Internacional de Energía (AIE) en 2010 estimaban que cerca de 200 millones de toneladas métricas de CO2 de las industrias del acero y el cemento serían capturadas y almacenadas para 2021. Sin embargo, la realidad fue muy distinta. La cantidad llegó a sólo 1 millón de toneladas, lo que cuestiona los 2.000 millones de toneladas métricas que la AIE espera capturar y almacenar para 2050.

«No estamos diciendo que los escenarios existentes sean física o económicamente poco realistas. Pero esperar a que surja nueva infraestructura y resuelva todos nuestros problemas es una forma muy arriesgada de abordar el problema, dada la escala de los desafíos y el plazo limitado», explica Watari. Suponiendo que el despliegue de infraestructura se base en tendencias históricas y planes actuales, el estudio continúa demostrando que el suministro de acero y cemento «eco», en línea con los presupuestos de carbono basados en el Acuerdo de París, no satisfará la demanda. «Necesitamos estar bien preparados para un futuro déficit entre la oferta factible y la demanda esperada», señala Watari. «Las industrias de la construcción y la manufactura tendrán que proporcionar el mismo nivel de servicios con menos material cambiando la forma en que se diseñan, utilizan y eliminan los productos». En concreto, sería necesario mantener el mismo nivel de servicios con un 60% menos de uso de materiales en la construcción y un 40% menos en la industria manufacturera.

Como nota positiva, el estudio encontró que el limitado suministro en la actualidad está en camino de satisfacer las necesidades básicas de una población mundial en crecimiento. De hecho, la demanda para satisfacer necesidades básicas como electricidad, saneamiento, vivienda y movilidad es mucho menor que la oferta estimada. «El desafío tiene que ver más con la distribución equitativa que con la cantidad total», afirma Watari. «Recomendamos que se asigne una mayor responsabilidad a los países de altos ingresos, que tienen reservas de materiales en uso mucho mayores que los países de bajos ingresos», concluye.