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La contra
«Es muy loco que destruyamos selva para alimentar pollos»
Joao Gonçalves, director senior de Mighty Earth en Brasil
Mighty Earth es una ONG que trabaja en todo el mundo monitorizando la deforestación. Joao Gonçalves vigila en Brasil la cadena de producción de carne, soja y maíz. «Aquí el agronegocio es muy fuerte, pero también poseemos los mayores bosques tropicales del mundo. A diferencia de otras organizaciones, nuestro foco es el sector privado. Somos muchos consumidores y conseguir que todos cambien es difícil. Sin embargo, si conciencias a una gran corporación logras mucho más impacto».
-¿Se nota ya la victoria de Lula en la protección del Amazonas?
- Cuando se vio que el gobierno de Bolsonaro podía cambiar, algunas empresas empezaron a presionar más todavía el Amazonas. De agosto de 2021 a julio de 2022 se ha dado la mayor deforestación de la historia, un área como siete veces la ciudad de Sao Paulo. Con Bolsonaro se relajaron las leyes. por ejemplo, en Brasil hay una que dice que si encuentras una empresa deforestando todas las máquinas tienen que ser incautadas y destruidas, pero durante su mandato se dejaron de destruir. Con el nuevo gobierno esperamos que las leyes que tenemos y cuidan y garantizan que las cosas se hacen de forma correcta en Brasil se cumplan.
-Europa acaba de aprobar un reglamento para impedir que se comercialicen productos de la deforestación ¿Es una buena noticia para el Amazonas?
-Puede marcar la diferencia para Brasil y otros sitios donde se explota la selva. Pero en nuestro caso, el reglamento se refiere a la Amazonía y deja otras zonas fuera. Pasa con El Cerrado, una sabana en el centro del país. Mientras que en el Amazonas la selva la componen árboles muy altos y densos y los ríos son muy caudalosos, el Cerrado es como un bosque invertido; las raíces son mayores que los árboles lo que lo hace esencial para el sistema hidrográfico de América del Sur. Aquí nacen el río Amazonas, el Paraguay, el San Francisco. De hecho, lo llamamos la cuna del agua porque es importante para la conservación del clima, del agua y el bienestar de la población. Al quedar fuera, la presión que teníamos en la Amazonas puede venir a esta zona. El Amazonas tiene protección y gente mirándola. Todos sabemos sabemos qué es y su importancia, pero las personas no saben nada sobre el Cerrado, por eso si la ley se enfocara también en otras áreas de bosque el impacto sería mayor. Puede pasar que a Europa se manden productos bien hechos, pero para China, etc., sigan mandando otros que nadie controla.
-¿El ritmo de deforestación en esa zona es igual de alarmante?
-En el Amazonas si tienes una hacienda tienes que mantener el 80% del bosque, pero puedes deforestar el 20% legalmente. En el Cerrado puedes hacerlo hasta en el 80% del terreno comprado. Además, en el Cerrado la mayoría de las tierras son privadas (en la Amazonía aún son públicas). Luego, la tierra es más productiva y hay más infraestructura. Al estar más conectada es más barato producir.
-¿Qué productos son susceptibles de venir de deforestación?
-La deforestación empieza con los árboles que tienen mucho valor para muebles. El terreno donde están se limpia para plantar soja (solo durante 3-4 años porque el terreno queda mal). Después llega el ganado. En el caso de la carne, el 75% de lo producido se comercializa internamente, pero la soja se exporta (un 60% a Europa). El problema es que se cultiva para alimentar animales. Es muy loco que destruyamos la selva para alimentar pollos y cerdos.
-¿Se sabe qué explotaciones con nombre y apellidos deforestan?
-Se sabe todo. En Brasil tenemos un sistema de monitorización de deforestación muy avanzado. El sistema de fiscalización no, pero el control es bueno. Además, las explotaciones son muchas, pero las empresas de detrás son pocas.
-¿Y no controlan su cadena de suministro?
-En abril publicamos un informe que relaciona productos vendidos en Tesco con la deforestación. Se ha mapeado la cadena de soja completa desde el nivel de la granja, pasando por el gigante agrícola Cargill hasta llegar a los estantes de Tesco. Una organización como la nuestra es capaz de hacer el camino y Cargill que tiene muchos compromisos de sostenibilidad ¿no? ¿Cómo puede ser?
-Hay otra negociación encima de la mesa, el acuerdo comercial UE-Mercosur ¿Les preocupa?
-El miedo es que al final se incentive la deforestación; se habla de aumentar la exportación de commodities desde Latinoamérica, pero si crece de la forma en que está redactado, la deforestación aumentará. No somos contrarios a aumentar la exportación, pero tiene que ser sin impacto en el medio ambiente. Es posible hacerlo, un poco más caro, pero posible.
-¿ El precio sigue siendo el problema para cambiar el consumo?
-Muchas veces el consumidor se guía por el precio, aunque tiene la información para poder elegir… estamos en crisis, nadie tiene dinero, por eso nosotros ponemos nuestro foco en la responsabilidad corporativa del sector privado. Una de nuestras estrategias es que los supermercados presionen a los productores para garantizar el origen y la producción correcta. Además, hay otra cuestión interesante: la financiación. Tenemos la cuenta en un banco, pero no sabemos que ese dinero está financiando empresas que deforestan. No hay tanta información sobre productos bancarios o nadie la lee.
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