Tráfico

Guía definitiva para afrontar una rotonda

Dos de cada tres conductores no saben cómo circular en una rotonda, según diversos estudios. Francia tiene una cada 21 kilómetros

Parece que llevan entre nosotros toda la vida, pero, todavía, la mayoría de conductores no tienen claro cómo afrontarlas. Son las populares rotondas, una solución de tráfico que resulta fluida y que, sin embargo, produce muchos accidentes. Las hay de varios tipos: kilométricas, partidas o incluso inteligentes, aunque todas tienen algo en común: las dudas que generan entre los conductores a la hora de circular por ellas. De hecho, según un estudio elaborado por Axa en España, dos de cada tres usuarios no saben cómo conducir adecuadamente en una glorieta. ¿Quién tiene preferencia de paso? ¿En qué carril nos tenemos que situar? ¿Cuándo debemos usar el intermitentes?

El momento más “complicado”, la entrada

Según Axa, el 54% de los accidentes en una glorieta se producen al entrar en ella. La primera recomendación al llegar a una rotonda es rebajar la velocidad. La segunda norma de oro es ceder el paso a quienes están dentro de la glorieta. En el caso de que el conductor tenga dudas de si tiene suficiente tiempo para acceder de manera segura, los expertos recomiendan esperar hasta que la maniobra se pueda llevar a cabo sin riesgo de accidente.

Elegir el carril

Llega el momento de conducir dentro de la glorieta. En general, es recomendable circular por el exterior para cruzar menos carriles y que las maniobras sean más seguras. En cambio, si vamos a cambiar de sentido o a hacer un recorrido largo en la glorieta, es aconsejable utilizar los carriles interiores.

Una vuelta más

En el momento de la salida, debemos colocarnos en el carril exterior, señalizando convenientemente la maniobra. El coche que circula por el exterior siempre tiene preferencia. Si en el momento de cambiar de carril, éste está ocupado por otro vehículo, el consejo es claro: dar la vuelta de nuevo a la rotonda hasta que esté libre y podamos salir de manera segura.

No sin el intermitente

El uso de los intermitentes en las glorietas es uno de los puntos que genera más confusión. Sólo es necesario activarlos al salir y al cambiar de carril, no al acceder a ella ni para indicar que se sigue circulando. Las nuevas tecnologías ayudan a mejorar la visibilidad de los intermitentes. Por ejemplo, el SEAT Tarraco incorpora el intermitente dinámico. Varios segmentos de luz que se van encendiendo progresivamente del centro hacia el exterior. “Un movimiento de barrido que permite al resto de conductores percibir con mayor claridad la dirección del vehículo, lo que supone una contribución significativa a la seguridad vial” afirma Magnolia Paredes, responsable de desarrollo, iluminación y testing en SEAT.

Un grupo de ciclistas es un solo vehículo

Hay que poner especial atención a los ciclistas, ya que son más vulnerables. Pero además, cuando circulan en grupo, en cuanto el primero entra en una rotonda o sale de ella, el resto ya tiene preferencia incluso sobre los vehículos que ya circulan por la glorieta. Muchos conductores desconocen esta norma, pero hay que ver a todo el grupo como un solo vehículo, y por lo tanto esperar hasta que pase el último.

Ante todo, mucha calma

Las glorietas ponen a prueba la paciencia de los conductores en muchas ocasiones, pero está prohibido usar el claxon para mostrar enfado o recriminar maniobras de otros conductores. Sólo se puede utilizar para alertar sobre un posible accidente.

Las rotondas más curiosas

Francia es el país que dispone de más rotondas en todo el mundo, hay una cada 21 kilómetros. Pero en todo el mundo existen glorietas muy variadas.

Las más antigua: La rotonda del Arco del Triunfo de París (Francia) es la más antigua del mundo. En esta intersección confluyen 12 avenidas. Además, es conocida por su alto número de accidentes. De hecho, a los conductores noveles no se les permite circular por ella. La más compleja: La rotonda Mágica de Swindon (Reino Unido) es considerada como la intersección viaria más compleja del mundo. Incorpora un total de siete glorietas en su interior y la circulación es diferente en cada una de ellas.

La más inteligente: La ventaja de las rotondas es que disminuyen el tráfico al mantener los vehículos en movimiento, pero si la vía está ocupada por peatones pierde su eficiencia. Por eso en la de Lujiazui, en Shanghái (China), se ha construido un anillo peatonal elevado que conecta con la estación de metro, los rascacielos cercanos y los edificios históricos más visitados. La más grande: Al sur de Kuala Lumpur, en Malasia, está la rotonda más grande del mundo, la de Putrajaya. Tiene un área de 4.500 metros cuadrados y para no desaprovechar el terreno interior en medio de la glorieta hay un hotel de 5 estrellas, la segunda residencia del presidente del país y los jardines de Petra Perdana.