Automoción
Los fondos PERTE deberán servir para la transformación del sector de la distribución
La iniciativa, presentada por Ganvam para salvar 70.000 empleos, ya cuenta con el apoyo del Partido Popular
Los fondos europeos Perte han de servir para la transformación del sector comercial del motor, como única solución para poder llevar a cabo la transformación digital de las 42.000 pymes y 35.000 autónomos de la venta y reparación de vehículos que actualmente, están fuera del reparto de las ayudas. Esta decisión ya cuenta con el apoyo del Partido Popular, según ha puesto de manifiesto el presidente de la patronal de vendedores y reparadores de automóviles (Ganvam), Raúl Palacios.
Esta asociación ha enviado una carta a Pedro Sánchez en la que explica el riesgo económico y laboral de la estrategia llevada a cabo por Industria, argumentando que “mirar para otro lado” pone en riesgo 20.000 empresas y 70.000 empleos, prácticamente el equivalente a la totalidad de los puestos de trabajo que genera la fabricación en España. En opinión de Palacios, la descarbonización debe articularse de forma eficaz y cree necesario reenfocar las políticas en esta materia, al no ser capaces de detener el envejecimiento del parque. Estima Ganvam que, pese a liderarlas un Gobierno “progresista”, las medidas adoptadas excluyen de su modelo de movilidad a grandes capas de la población que, por motivos económicos, no tienen acceso a un vehículo eléctrico. En este sentido, recordó que la transición hacia las cero emisiones debe articularse bajo criterios técnicos y sin dar la espalda al sector del motor ni al ciudadano.
Para los usuarios puede ser un serio problema la próxima entrada en vigor de las zonas de bajas emisiones, que podrán limitar a partir del 1 de enero la movilidad de, como mínimo, el 30% del parque de vehículos por no disponer de distintivo medioambiental. Para Palacios una política de descarbonización eficaz pasa por garantizar el acceso de todas las rentas a soluciones de movilidad eficientes, a través de planes de incentivo que, en lugar de diseñarse para las minorías, eliminen la barrera del precio de adquisición apoyando el usado joven y dando tiempo así a que la tecnología eléctrica madure por completo.
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