Prueba
Cuatro opciones con la misma vocación deportiva
El Lamborghini Huracán, con un motor V10 que rinde potencias de hasta 640 caballos y sus diferentes modos de utilización, nos proporciona todos los placeres posibles de la conducción al límite
Este no es su coche si lo que busca es pasar desapercibido. La espectacularidad es uno de los signos de identidad de la marca. Tampoco se ponga en la lista de espera, que como mínimo es de un año, si no le gusta la conducción deportiva y las grandes emociones al volante. El Huracán, en cualquiera de sus versiones, es un biplaza que se sale de lo común y que es capaz de transmitir toda la personalidad de una marca que nació para ser competencia directa de los Ferrari hace ahora sesenta años y que mantiene, y a veces supera, este reto. Un automóvil excepcional fabricado solo para minorías.
Y evidentemente, para privilegiados que puedan disponer de unos 300.000 euros para poder acceder a una de estas maravillas mecánicas. A cambio de ello, disfrutará de un Lamborghini que es una maravilla tanto en su estética como en su mecánica. De la fábrica de Santa Agatha Bolognese no salen suficientes unidades como para satisfacer toda la demanda. Aun así, la marca vendió el pasado año 9.233 vehículos y este año espera cerrar el año con unos 10.000. En España, Madrid y Barcelona son los principales mercados con unas ventas de 46 unidades durante el año pasado, que subirán hasta las 70 al cierre de este ejercicio. La marca va a combinar su espíritu deportivo con la electrificación ya que a partir de 2025 producirá coches híbridos y en el año 2030 sacará al mercado su primer coche cien por cien eléctrico bajo el nombre de Lanzador. En el Huracán sus formas aerodinámicas vienen dominadas por un capo delantero en forma de flecha y cuya inclinación se mantiene a través del parabrisas.
La llamativa apertura de sus puertas se complementa con una parte posterior espectacular y que varía según la versión elegida del Huracán ya que algunas disponen de elementos aerodinámicos que tienen especial relevancia en la estabilidad cuanto más exijamos a las prestaciones. Es común en su vista trasera los grandes escapes y los deflectores aerodinámicos en la zona más baja que canalizan la circulación del viento. El interior guarda el mismo carácter deportivo que sus formas externas. En contra de lo que pueda parecer, el acceso al habitáculo no es nada incómodo. El cuerpo se amolda rápidamente a las formas de unos asientos tipo «bacquet» tapizados en cuero alcántara y que sujetan perfectamente en las curvas. Sin casi modificaciones podrían colocarse arneses de cuatro puntos de ajuste, que acentuarán no sólo la seguridad, sino incluso la comodidad en la conducción y aumentarán su aspecto deportivo. Serán especialmente útiles si queremos sacarle gran parte de la esencia de su motor. Decimos lo de gran parte de las posibilidades mecánicas porque para llegar al límite de su mecánica hay que tener un nivel de conducción al que normalmente no pueden llegar la gran mayoría de sus clientes. Ante el conductor, un volante multifunción donde podemos realizar casi todo sin quitar las manos. Desde los intermitentes hasta los modos de conducción, pasando naturalmente por el accionamiento de la caja de cambios que, en su modo manual, se activa gracias a unas levas tras el aro del volante.
Frente al conductor aparece la gran pantalla que nos informa del funcionamiento mecánico con relojes de forma clásica y, en posición central, otra pantalla nos informa de otros datos y asimismo sirve de navegador. También dispone de una fila de mandos manuales, como por ejemplo un dispositivo para elevar la altura del coche al suelo. Un complemento muy útil en un automóvil tan bajo y deportivo como este que, sin embargo, tiene que enfrentarse a obstáculos en forma de badenes que invaden nuestras vías. La terminación y los materiales son de alta calidad.
En la parte posterior se ha instalado un bloque de 10 cilindros en V que ofrece una potencia de entre 610 y 640 caballos según la versión que elijamos. El cliente tiene cuatro posibilidades: STO, Técnica, Sterrato y un Evo descapotable que es la más domesticada de todas. Las otras alternativas tienen un carácter mucho más deportivo, aunque se adaptan a las necesidades del conductor en cada momento. Porque este Huracán, como todos los coches de raza, te pide demostrar todo su poderío. En la opción «Rally», «Sport» o «Circuito», según la versión, el cuentavueltas cambia de color y varía el sonido del motor. Pero no es sólo estética. Además, la entrega de potencia es instantánea y el resto de los elementos del coche, como suspensiones o dirección, acompañan a este comportamiento. La tracción integral hace que la estabilidad sea muy destacable y el coche se mantenga en la trayectoria, aunque el paso por curva sea muy elevado. Por encima de las 4.800 vueltas, el sonido del motor se hace envolvente dentro del habitáculo y se acrecientan las sensaciones y el disfrute de la conducción buscando los límites. Aunque están tan altos que es difícil acercarse. Sólo los privilegiados que puedan conducir un Lamborghini podrán apreciar la experiencia de sentir lo que les transmite un deportivo fabricado para rozar la excelencia en todos los niveles.
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