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Solterra, un todocamino eléctrico con toda la personalidad de Subaru
Sus dos motores, uno por eje, aseguran tracción total, una potencia de 218 caballos y una autonomía de hasta 465 kilómetros
Cuando Subaru planteó el pliego de condiciones para la construcción del Solterra, los ingenieros de la firma japonesa tenían claro que su primer vehículo totalmente eléctrico debía conservar todas las características que busca el cliente en un coche con el marcado carácter “off road” y la personalidad que hizo famosos a modelos como los XV o los Forester. Pero sin perder esas cualidades dinámicas y viajeras que la marca ofrece en cualquiera de sus modelos. Todas estas características se han conseguido reunir en su nuevo todo camino.
El Solterra ha sido desarrollado gracias al esfuerzo y la investigación de Subaru y Toyota. Ambas han aportado sus elementos más desarrollados para situarlos sobre una plataforma común, con el añadido de que Subaru, además, lo hace con ese empeño ya tradicional de la tracción total permanente y su minucioso trabajo en seguridad. No en vano todos sus modelos desde hace muchos años vienen siendo distinguidos con las cinco estrellas EuroNcap, lo que es un aval en este aspecto.
No obstante, tanto éste como su “primo hermano” de Toyota, el BZ4X, tienen muchos elementos en común tanto en el interior como en los rasgos de su carrocería. En el caso de Subaru, la parrilla hexagonal, su frontal con las luces de niebla integradas, o las ópticas delanteras y traseras típicas de su fisonomía le confieren ese factor diferencial en el aspecto, aunque por dentro el parecido entre ambos sea mayor. El Solterra es más grande de lo que parece, posiblemente porque las líneas rectas, afiladas y ascendentes de su carrocería así lo sugieren, lo que no quita que tenga una longitud de 4,69 metros, una altura de 1,65 y una anchura de 1,86 metros.
En el interior descubrimos que la idea I-Cockpit, que creó Peugeot hace una década, está siendo aplicada por otros constructores. Encontramos un puesto de conducción con un volante de reducido diámetro y un panel de instrumentación por encima del aro del volante. Una solución que a muchos aún no les acaba de convencer y que a nosotros nos encanta. Presidiendo el salpicadero se encuentra una panorámica consola central de más de doce pulgadas de lectura fácil, nítida e intuitiva. Los asientos, que pueden ser de tela o de cuero sintético microperforado, ofrecen una comodidad muy elevada y ayudan a percibir la sensación de mucho espacio interior sobre todo atrás, aunque en las plazas delanteras la situación del salpicadero y una voluminosa consola central aporte además una sensación envolvente muy agradable.
En el apartado de la mecánica, el Solterra ofrece una única opción, pero muy acertada: dos motores eléctricos aplicados a cada uno de los ejes para conseguir 218 caballos y tracción a las cuatro ruedas, con todas las ventajas que leo aporta tanto en el aspecto de la seguridad como la eficacia de su comportamiento en todo tipo de terrenos. Según los datos que facilita la marca, cuenta con una autonomía de 465 kilómetros y una agilidad de carga eléctrica muy aceptable que nos permitiría obtener el 80% de la carga máxima en 20 minutos, si tenemos la suerte de poder conectarnos a un cargador rápido.
Al entrar en las plazas delanteras nos sorprenden dos cosas: una altura de la plataforma donde irán nuestros pies algo elevada, para dejar hueco bajo los mismos a la zona destinada a baterías, y una posición de conducción casi deportiva una vez instalados, con los pies algo más elevados con respecto al cuerpo de lo que esperamos de un SUV. El maletero es más que suficiente para un coche de este tipo con una capacidad de hasta 452 litros, sin contar un generoso especio bajo el suelo de ese maletero, muy accesible, y donde se pueden ubicar los cables de carga.
Iniciamos nuestro recorrido de pruebas sobre carreteras de asfalto y desde el principio apreciamos muchas de las bondades del Solterra, tales como comodidad, silencio de marcha, una dirección suficientemente dura como para darnos seguridad en las curvas y permitirnos percibir una mayor agilidad de la esperada para un coche que supera los dos mil kilos. A ello contribuye la baja y acertada situación de las baterías, así como el suave trabajo de las suspensiones, pero que más adelante nos tendrían reservado lo mejor de sí misma. Porque las pistas, la tierra y el barro forman parte del hábitat natural de la marca y allí pudimos ver esa quintaesencia que ha caracterizado a Subaru.
El conductor tiene a su disposición la posibilidad de seleccionar en un mando en la consola central el sistema X-Mode, para adaptar el comportamiento de la tracción a “tierra y nieve”, o bien a “barro y nieve profunda”. Gracias a su altura libre al suelo, de 21 centímetros, y a la eficacia de las suspensiones, el Solterra puede pasar prácticamente por cualquier terreno con facilidad. Otro elemento diferenciador es el “grip-control”, que nos permitirá regular nuestra velocidad de paso por zonas complicadas, descensos o subidas especialmente lentas y olvidarnos del acelerador. Gracias a ello pudimos comprobar que este eléctrico puede llevarnos a lugares muy lejanos y complicados de acceder, sin ser, claro está, un todo terreno puro.
La terminación mecánica se completa con la inclusión de todos los elementos de seguridad de última generación ya conocidos, como los sistemas de ayuda a la frenada de emergencia, espejo retrovisor central mediante cámara, sistema de multivisión para ver todo el perímetro y el entorno de nuestro coche en una zona complicada, control de cambio de carril, de distancia de seguridad regulable, de velocidad de crucero adaptable, de alerta del tráfico posterior, reconocimiento de señales, etc… Todo ello coloca al nuevo Subaru Solterra en el pelotón de cabeza en seguridad activa y pasiva. Los clientes pueden elegir entre dos terminaciones: Treck y Touring, con diferencias únicamente de acabado en tapicerías, molduras y diámetro de llantas. Sus precios se han fijado en 58.700 y 62.900 euros respectivamente.
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