Opinión

No, Esteban, no

Hoy a las 11 de la mañana Pedro Sánchez prometerá su cargo de presidente del Gobierno ante el Rey. Volverán a verse las caras Felipe VI y el segundo presidente de su reinado. La última vez fue el lunes pasado en la Pascua Militar. Esta vez no habrá discursos. Todo será formalismo y buenas maneras, como corresponde a esta breve ceremonia.

Pero la jura de Sánchez se produce en un momento extraño en las relaciones entre ambos. Y todo por culpa del discurso de Mertxe Aizpurua, diputada de Bildu en el Congreso. Llamar en sede parlamentaria al Jefe del Estado «autoritario» fue un insulto. Y hacerlo en el Congreso de los Diputados mientras el presidente del Gobierno en funciones callaba fue mucho peor. Que los diputados del PP, Ciudadanos y Vox tuvieran que defender a Felipe VI, solo dejó aun más evidencia al candidato Sánchez. Hay silencios que son gritos.

Por eso se habló mucho en la Pascua Militar de este silencio cómplice mientras el Rey callaba la afrenta y tiraba por elevación mientras destacaba el compromiso de España en Europa y en la OTAN que «quiere avanzar hacia una Europa cada vez más fuerte y unida». Pedro Sánchez escuchaba.

Pero no hay dos sin tres. A la provocación de Aizpurua y al silencio de Sánchez se sumó ayer Aitor Esteban. Dijo el portavoz del PNV en la Cámara Baja: «En este Congreso, acerca del Rey se han dicho muchas cosas, y mucho más desfavorables que las que se han podido verter anteayer. Y así debe poder seguir siendo, porque la Jefatura del Estado no es más que una institución más sometida a crítica». Y recordó que la propuesta de Sánchez era del Rey.

Pues no, Esteban, no. El Jefe del Estado no es una institución más. Se le puede criticar. Y lo hemos hecho unas cuantas veces. Pero no se le puede insultar. Al menos no en la casa de todos.

Sin embargo lo mejor de la intervención del portavoz nacionalista estuvo en la traca final. Reiteró que votaría a favor de la candidatura de Sánchez porque «el problema territorial y de identidades nacionales necesita un desbloqueo, desde el diálogo y no desde la confrontación, tanto en Cataluña como en Euskadi». Solo le faltó recordar su apoyo a Rajoy y cuál fue el partido que cambió de cara en una moción de censura.