Opinión

No dio ni una

Tiene su lógica. Si al fontanero mayor de La Moncloa, al que arrastró a Pedro Sánchez a otras elecciones generales con la promesa de que conseguiría más de 150 escaños, ahora le hacen responsable de toda la comunicación y estrategia del Gobierno –hablo de Iván Redondo, claro– ¿qué no harán con su empleado más dócil y servicial? Pues renovar a José Félix Tezanos al frente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

De nada ha servido su burda metedura de pata en la encuesta previa a las elecciones generales del 10 de noviembre. No dio ni una.

Al PSOE le otorgaba entre 133 y 150 escaños y al final tuvo 120; al PP, entre 74 y 81 diputados y consiguió 89; a Ciudadanos, entre 27 y 35 y tuvo 10; a Podemos entre 37 y 45, y se quedó en 35; y a Vox, entre 14 y 21 y llegó a los 52. No acertó ni siquiera Tezanos con los resultados de los partidos catalanes.

Pero lo mejor fue su explicación postelectoral al respecto. Lo justificó porque el trabajo de campo había sido previo a la sentencia del «procès». Pero volvió a caer en su propia trampa, pues el resto de las encuestas que se hicieron en aquel mismo período no solo ofrecían datos muy distintos a los del CIS, sino bastante más cercanos al resultado electoral que al final se produjo.

Su gestión fue polémica. Cambió el criterio del instituto público varias veces sin explicar las razones que le llevaron a ello. Unas encuestas estaban cocinadas y otras no. Las tendencias y análisis de datos también se calculaban de una manera distinta en cada uno de los barómetros.

En la empresa privada le hubieran dado puerta, pero aquí no solo le mantienen los casi 100.000 euros anuales, sino que, además, le defienden. Podemos e Izquierda Unida, que no dudaron entonces en pedir su destitución, ahora le alaban.

Claro que después de ver a Pablo Iglesias defender a Dolores Delgado, ya no me extraña nada.